La fiesta de aniversario del oviedismo en los años en el barro se convirtió en un éxito porque se veía como un premio a la supervivencia. Celebrar implicaba que el club, maltrecho y asediado por las deudas, seguía otro año más con vida. De ahí el significado de una fiesta que fue adquiriendo más dimensión. Con la ampliación de capital de 2012, la llegada del Grupo Carso y el ascenso a Segunda, la sensación de riesgo desapareció, pero el afán de celebración se mantiene. Y ni un encierro provocado por la crisis sanitaria del coronavirus logra mermar del todo el afán oviedista, como se demostró en el original festejo del jueves. "Dentro de las posibilidad que teníamos creo que quedó una cosa muy original y diferente", señala Jaime Campillo, vicepresidente de la Asociación de Peñas Azules del Real Oviedo (APARO). La idea que se mantiene entre las peñas es que los actos no han quedado suspendidos, sino que se recuperarán cuando sea posible.

Dada la situación, el Oviedo pudo al menos ser felicitado por sus aficionados de una original manera. A las 19.26 horas del jueves, los seguidores se plantaron en ventanas y balcones para lucir sus bufandas y banderas y poner el himno en alto. Un gesto que demuestra que el oviedismo sigue latente, aunque ahora esté encerrado entre cuatro paredes. Pero los organizadores del aniversario azul, tanto APARO como el grupo Symmachiarii, se resisten a dar por perdido el cumpleaños.

"Al final dependes de varios factores. De cuánto dura el confinamiento, de cuándo regresa la competición y de que la Liga actúe con previsión al fijar los horarios. Que no los hagan públicos de una semana para otra porque no nos daría mucho margen de maniobra", explica Nacho Suárez, representante de Symmachiarii. "Nuestra intención es de celebrarlo", subraya.

Campillo ve diversas opciones en el calendario. "Debemos hablarlo con los peñistas y con Symmachiarii en especial, porque suponiendo que vuelve la Liga y se juega en verano no le veo mucho sentido a hacerlo en julio o agosto. Una posibilidad es dejarlo para después de San Mateo, para octubre por ejemplo", argumenta. La organización cuenta, al menos, con parte del recorrido hecho. "Los permisos ya están solicitados, así que hay trámites que serán más sencillos. Y, además, por suerte no nos cobraron la fianza", indica Campillo.

Entre los actos previstos para esta edición destacaba la celebración de una gala que sería dedicada a la cantera, con diversas distinciones entre los más pequeños de El Requexón. Fue el primero de los actos que se cayeron del cartel, ya en plena crisis del coronavirus. "Esos premios ya están hechos y se darán. Lo ideal es que podamos hacerlo en una gala al final de la temporada, pero si no puede ser así buscaremos soluciones para que los chavales tengan sus premios", aclara Nacho Suárez.

Con varias incógnitas en el aire, el deseo del oviedismo por festejar su pasión quedó demostrado en su aniversario más especial. Una gesto que pretende tener continuidad cuando sea posible.