La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Extraño regreso para el Oviedo

Los azules volvieron a trabajar ayer en El Requexón, tras 57 días de preparación en casa, con una inusual y hasta tediosa sesión individualizada

Champagne, durante el entrenamiento de ayer, deteniendo un balón lanzado por el entrenador de porteros, Sergio Segura. REAL OVIEDO

La primera plantilla del Real Oviedo volvió a ejercitarse ayer en El Requexón, 57 días después de que la entidad decidiera suspender los entrenamientos como medida de protección ante el coronavirus. La primera sesión de lo que ha dado en llamarse la "nueva normalidad" fue la más extraña que se recuerda y estuvo marcada por el estricto protocolo de seguridad puesto en marcha para que el fútbol español inicie su particular desescalada. "Parecía que estábamos en una película", apuntan fuentes del vestuario azul sobre un entrenamiento individualizado y que, precisamente por la falta de trabajo en grupo y de partidillo, resultó "muy aburrido" para los jugadores. El director deportivo del club, Francesc Arnau, estuvo presente y se le pudo ver intercambiar unas breves impresiones con Ciganda, guardando ambos en todo momento la preceptiva distancia de seguridad interpersonal.

Participaron en la sesión, por turnos, los treinta efectivos convocados por Cuco Ziganda (23 del primer equipo y 7 del Vetusta) para afrontar un tramo final de competición en la que el Oviedo tiene como objetivo ineludible salvar la categoría. De esa manera podría afrontar la nueva campaña con un incremento de un millón de euros en el límite salarial, gracias a la nueva ampliación de capital convocada por el Grupo Carso, justo cuando todo hace indicar que muchos equipos de la categoría van a afrontar importantes estrecheces económicas.

El hecho de que la participación de los futbolistas fuera escalonada, con un máximo de seis efectivos al mismo tiempo por terreno de juego, hizo que el entrenamiento de ayer fuese maratoniano. En concreto, se prolongó desde las nueve de la mañana hasta las dos de la tarde.

Los jugadores llegaron a El Requexón en sus coches particulares, vestidos ya con la ropa de faena y con unos quince minutos de diferencia entre cada uno para evitar que coincidieran. Aunque todos ellos dieron negativo en la prueba del Covid-19, los servicios médicos del club les tomaron la temperatura para comprobar que se encontraban en buenas condiciones. Los futbolistas de campo utilizaron los terrenos de juego número 1 y 2, mientras que los porteros estuvieron en el número 5. El 4 no se utiliza, ya que se resembró recientemente. Bajó la atenta mirada de Ziganda, que dirigió la sesión con mascarilla de protección, los azules realizaron en primer lugar una serie de ejercicios de activación de cara a la vuelta al trabajo. Después hubo carrera continua, estiramientos y prácticas técnicas con el balón. Cada futbolista tuvo asignada una botella de agua como medida de seguridad.

Una vez concluido sus turnos, los jugadores se dirigieron directamente al coche, sin pasar para nada por los vestuarios, para ir a ducharse a casa.

Tras la primera toma de contacto tras casi dos meses de preparación domiciliarias, los azules tienen programado para hoy, a partir de las nueve de la mañana, el segundo entrenamiento de esta extraña "nueva normalidad". Las medidas de prevención y seguridad serán tan exigentes como las de ayer.

Compartir el artículo

stats