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El Oviedo mete otra marcha

El cuerpo técnico personaliza la preparación de cada jugador por posición y estado para acelerar la puesta a punto sin lesiones

Alberto Martínez, con mascarilla, durante el entrenamiento del sábado en El Requexón. REAL OVIEDO

El cuerpo técnico del Oviedo tiene previsto personalizar a partir de esta semana la preparación física de los jugadores en función de su edad, estado de forma, demarcación o número de minutos disputados en esta inusual temporada. El objetivo es ir acelerando la puesta a punto de la plantilla de cara a un reinicio del campeonato cuya fecha concreta sigue siendo una incógnita. El pase a esta segunda fase de la desescalada azul fue anunciado ayer por el preparador físico del primer equipo, Alberto Martínez, encargado de que los futbolistas recuperen el tono competitivo para afrontar en las mejores condiciones los once partidos que restan para cerrar la campaña, minimizando un riesgo de lesiones agravado por estos casi dos meses de parón a causa del coronavirus. "El estado físico no va ser una excusa", indicó Martínez, cuyo protagonismo durante estos días en El Requexón es evidente.

Tras el primer entrenamiento de los azules una vez de vuelta al tajo en la ciudad deportiva azul, Martínez valoró que los jugadores han llegado en "muy buen estado" dentro de las circunstancias "extraordinarias" que suponen los 57 días de confinamiento. Pese al "exceso de sofá y de cama" generados por la situación, los futbolistas se han reincorporado a la actividad en El Requexón "con el peso idóneo" y dentro de los parámetros físicos esperables. No obstante, y aunque han cumplido las prescripciones del club, Martínez reconoce que la plantilla "ha perdido el estado de forma competitivo" debido a un parón que el preparador físico considera que "no ha sido beneficioso para ningún equipo", más allá de que haya permitido recuperar algún lesionado.

El objetivo de Martínez para los próximos días es aumentar el estado de forma de los futbolistas con la mínima carga de trabajo que sea posible. Así espera prevenir lesiones, un riesgo evidente tras estos dos meses de interrupción de los entrenamientos. El colaborador de Ziganda estima que lo "ideal" sería contar con seis semanas, el equivalente a una pretemporada normal, para afrontar el tramo final del torneo, aunque garantiza que se adaptará a lo que decida la Liga para reiniciar la competición. Martínez no da demasiada relevancia a que buena parte de los partidos restantes se vayan a disputar, salvo sorpresa, en pleno verano. "La temporada se nos hará larga, pero todos estamos en la misma situación y la preparación física no va ser una excusa", afirma el preparador, que se incorporó este curso al primer equipo tras dos campañas en el Vetusta, dentro del staff de Javi Rozada.

El plan de reintegración al trabajo diseñado por Martínez marca una primera fase, que concluye hoy, de tres entrenamientos generales de readaptación a la actividad en el terreno de juego. Será a partir de la siguiente sesión cuando se inicie ese nuevo tramo de puesta a punto más específico para cada integrante de la plantilla, en función de su demarcación, edad, estado físico o carga de partidos acumulada hasta que el coronavirus obligó a detener la competición.

A las órdenes de Ziganda, Alberto Martínez está trabajando en El Requexón con treinta efectivos. De ellos, 23 son del primer equipo y 7 pertenecen al Vetusta.

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