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Rodri Ríos | Delantero del Real Oviedo

"Tengo miedo, pero cuando el balón ruede se verá al mismo Rodri peleón"

"En nombre de la plantilla le doy las gracias al máximo accionista por cómo se ha portado con nosotros durante el parón"

Rodri, con su mujer Sara y su hijo Liam, en una sesión de yoga. INSTAGRAM DE RODRI RÍOS

El confinamiento, en su caso, ha dado para mucho. Para hacer sus pinitos en jardinería, por ejemplo. O para montar un pequeño gimnasio. También para descubrir nuevos entretenimientos: El yoga, al que se ha aficionado. "Soy un poco 'fatiguitas'", reconoce, empleando el término andaluz de las personas con mucha dedicación.

Pero la actividad continua no evita los momentos de reflexión en un momento tan delicado para la sociedad. Rodri Ríos (Soria, 1990) mira con cierto recelo la evolución de la enfermedad, reconoce que él también tiene miedo, aunque anhela un futuro con partidos, donde se siente en su hábitat y se muestra con naturalidad, sin temores. El futbolista atiende a LA NUEVA ESPAÑA desde su casa en Soto de Llanera (Pruvia), centro de operaciones durante el confinamiento. Ya ha pasado una semana desde que los jugadores azules dieran los primeros pasos, y patadas, hacia la normalidad en El Requexón.

- Su estado de WhatsApp dice "privilegiado".

No es de ahora, lleva un tiempo. Me considero un privilegiado por dedicarme a lo que me gusta. Soy un privilegiado por ser futbolista, por ganarme la vida así, pero a nosotros nadie nos ha regalado nada.

- ¿Qué opina de la polémica sobre los test a los que se someten los jugadores?

-Hay muchas formas de verlo. Si tenemos que volver a jugar tiene que ser sometiéndonos a test, no veo otra manera de hacerlo. Tenemos familia, algunos tenemos niños pequeños, y no queremos arriesgar a los nuestros. Es lo mismo que se hace en algunas empresas privadas.

- ¿Tiene miedo al contagio?

-Sí. Todos tenemos miedo, el que diga que no, miente. Por eso hay que cumplir escrupulosamente con el protocolo marcado.

- Usted además tiene un estilo muy "guerrero". ¿Teme que le influya ese miedo?

-Ahí es diferente. Cuando el balón eche a andar se verá al mismo Rodri peleón de siempre. El miedo desaparece cuando estás metido en el partido. También da seguridad las medidas que aplica la Liga: todo está controlado, con test continuos.

- Usted es especialmente sensible con el tema. Su madre trabaja en un centro de salud.

-He visto en primera persona los sacrificios que hacen las personas que se dedican a la sanidad. Siempre digo que mi aplauso de las 8 va dedicado sobre todo a ella. Debemos ser responsables para que la situación no se agrave.

- Tiene un hijo pequeño, eso debe de aumentar el temor al contagio.

-Sigo escrupulosamente todos los pasos. Según llego a casa me quito la ropa, que va a lavadora y me paso por la ducha. En casa no hay besos hasta que me pego la ducha y la ropa está en la lavadora.

- ¿Cómo ha sido el regreso a El Requexón? ¿Muy extraño?

-Muy deseado. Tienes ganas de estar cerca de los compañeros, del vestuario, pero poco a poco vas haciendo las cosas de forma automática.

- ¿Cómo han llevado la cuarentena?

-El grupo de WhatssApp del equipo ha estado bastante activo durante el encierro. Y luego están las charlas con el entrenador, que han sido frecuentes y nos han permitido estar algo más unidos a pesar de las condiciones actuales.

- ¿Mono de fútbol?

-Tengo la suerte de tener un jardín en casa y, además, con una portería. El utillero me trajo las botas para al menos calzármelas y practicar un poco en el jardín. Mi hijo Liam (8 meses) aún es pequeño para hacer de portero, esa ha sido la pena (risas).

- ¿Cómo ha llevado las sesiones físicas?

-Bien. A mí me gusta entrenar, soy un poco 'fatiguitas'. Siempre he hecho cosas. Toda la vida. Además del trabajo que nos mandaba el club, por las tardes he estado entrenando por videollamada con un entrenador personal de Granada, del centro Myo Sport Clínic. Aún mantengo ese trabajo complementario. Y me he preparado un gimnasio bastante coqueto.

- ¿En su casa?

-En el garaje, sí. Hemos sacado el coche y aprovechamos para pintar el suelo. Tenía algunas máquinas en casa y he comprado otras por internet. También me ha ayudado Michi Menéndez, readaptador, que me ha dejado la cinta de correr de su centro, Mimfit. Me ha quedado un gimnasio bastante chulo, para abrir al público (risas).

- Samuel Sánchez, que les dirigió un día sobre la bicicleta, le destacó en aquella sesión.

-Desde pequeño he ido a todos los sitios en bicicleta. ¡Soy de barrio! Recuerdo ir a entrenar en bici desde que era un chaval.

- El parón también le habrá servido para conocer a Ziganda más de cerca.

-Me gusta porque es un entrenador cercano, que le gusta hablar con el futbolista, mantiene charlas individuales. Siempre es positivo contar con un entrenador que te diga lo que necesita de ti.

- ¿Qué será clave en el regreso de la competición?

-El aspecto mental. Creo que cobrará más protagonismo. Hay que estar preparados para lo que viene y tener la cabeza limpia.

- El fútbol sin aficionados es?

-El fútbol debe ser con público. Así lo entiendo yo. Pero estamos ante un momento extraordinario y nos toca aceptar las normas.

- ¿Le inquieta regresar en una situación liguera tan comprometida?

-La clasificación no es la que esperábamos. Pero en las últimas jornadas antes del parón habíamos mostrado una evolución de menos a más. Fue una faena que se suspendiera en nuestro mejor momento. Estamos convencidos de que regresaremos al mismo buen nivel.

- ¿Qué le parece el Oviedo?

-Un club grande, con una afición exigente y un gran jefe detrás.

- Han sido junto al Almería el único club sin ERTE ni reducción de salario...

-Es lo que le decía, que tenemos un gran jefe detrás. Nos sentimos respaldados. Hablo en nombre de la plantilla cuando le doy las gracias al máximo accionista por cómo se ha portado con nosotros. No solo a los jugadores, sino a todos los empleados del club. Da tranquilidad para seguir trabajando.

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