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Un apellido de Primera

En Segunda solo el Dépor ha modificado el nombre de su estadio por motivos comerciales Un millón de euros, el precio hipotético que el Oviedo ponía para aplicar el conocido "naming"

Un apellido de Primera

El Oviedo apuesta por entrar en un selecto club de los equipos de fútbol españoles. Se cuentan con los dedos de una mano a las entidades deportivas del deporte rey que, en España, optan por incluir un apellido comercial o modificar el nombre de su estadio. La incidencia, en este momento, es especialmente llamativa en clubes de la zona norte. Uno de los siguientes en unirse a esta fórmula puede ser el Oviedo, que ya ha iniciado los trámites para poder añadir una marca comercial a la nomenclatura del estadio Carlos Tartiere, como adelantó ayer LA NUEVA ESPAÑA.

La entidad, que se puso en contacto con el Ayuntamiento hace semanas, durante la pandemia, parece además tener el visto bueno del Consistorio. Mientras el club busca posibles patrocinadores para añadir al estadio Carlos Tartiere, inaugurado en el año 2000, lo cierto es que (lo que en jerga anglosajona se denomina "naming") comercializar el nombre es un terreno aún por explorar a fondo en la Liga española, una de las competiciones más competitivas y rentables del panorama europeo, únicamente superada por la Premier League Inglesa. Los datos son claros. En estos momentos, únicamente cinco equipos del fútbol profesional español han aplicado un apellido comercial a su estadio. En porcentaje, pues, solo el 12% del total de los clubes utilizan la citada fórmula del "naming", que no obstante parece revertir beneficios considerables a las entidades. Además, varios responsables económicos de clubes de la Liga creen que el apellido comercial es una fórmula que irá claramente a más. Una opción que los clubes quieren llevar con el máximo sigilo posible respecto al dinero que le puedan reportar en sus cuentas. El Oviedo, en 2017, ya había puesto precio en el caso hipotético de que se plantease poner un apellido comercial.

La cifra, que figura en in informe elaborado por la Universidad de Cantabria con datos facilitados por el Oviedo, ascendía al millón de euros, una cantidad que en la actualidad puede tener variaciones. Ese millón de euros, trasladados a la actualidad, supondría una octava parte de lo que el club dedica al límite salarial (alrededor de 8 millones), que es la cantidad que se puede gastar en plantilla y filial.

En Segunda División, categoría en la que milita el Oviedo en este momento, únicamente un equipo utiliza la citada fórmula: el Deportivo de la Coruña, uno de los conjuntos más potentes de la categoría de plata por historia y masa social, aunque, como el club azul, esta campaña lucha por no bajar a Segunda B, peleando en los puestos bajos de la clasificación.

El caso del conjunto gallego, además, guarda alguna similitud con el del Oviedo: ambos campos son de propiedad municipal. El estadio de Riazor, desde el verano de 2017, se llama Abanca Riazor (en este caso es un nombre comercial delante del tradicional), tras un acuerdo con el Ayuntamiento. La entidad financiera Abanca, paralelamente, le concedió al Dépor un crédito de unos 45 millones de euros, con el que el club pagó la deuda que tenía pendiente con Hacienda. El crédito, según dijeron desde el Dépor, a devolver en quince años, no coincide con la duración del acuerdo del nuevo nombre comercial, que figura hasta el año 2025.

Curiosamente, solo un año después del aterrizaje de Abanca en el Dépor, la entidad financiara también llegó a un acuerdo con el Celta de Vigo, rival histórico de los coruñeses, que milita en Primera División. En su caso, el acuerdo contó con ciertas reticencias iniciales con el alcalde de Vigo, el conocido socialista Abel Caballero (PSOE). Finalmente, salió adelante, y con una duración de diez temporadas, hasta 2018. El estadio se llama Abanca Balaídos. También en la zona norte de España, uno de los equipos que recientemente apostó por modificar el nombre de su estadio por criterios comerciales fue la Real Sociedad. Anoeta, el pasado verano, pasó a denominarse Reale Seguros Stadium, tras el acuerdo, para los próximos seis años, con la compañía de seguros italiana. Las negociaciones culminaron mientras el club concluía las obras de la remodelación del estadio. Además, la citada compañía goza de una sala propia en el campo.

Dos estadios cierran el círculo de patrocinadores comerciales: el Wanda Metropolitano (inmobiliaria china), del Atlético de Madrid, y el Estadio de la Cerámica, del Villarreal (engloba varios patrocinadores en la fachada y las cifras, según el club, van desde los 3 a los 8 millones de euros). Hubo otros equipos con el nombre alterado, pero que actualmente recuperaron el tradicional al concluir el contrato. El Mallorca, por ejemplo, fue de los pioneros en España y, en distintas etapas, se llamó Ono Estadi e Iberostar Estadi por motivos publicitarios. Actualmente su nombre oficial es Son Moix. Lo mismo sucede con el estadio del Espanyol, el RCDE Stadium, quese denominó Power8Stadium y ahora espera por otro patrocinador. El Barcelona, por otro lado, anunció recientemente que busca uno y que luego donará el montante económico a la lucha contra el virus. El panorama en España respecto al "naiming", en comparación con otras ligas de Europa, es muy llamativo. En Alemania, por ejemplo, alrededor del 80% de los estadios tienen modificado el nombre. En la Liga inglesa desciende al 30%.

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