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La sanción eterna de Riki

El pivote vio la quinta amarilla con el Vetusta y al cancelarse la Liga no ha cumplido el castigo

Riki, en El Requexón. LAURA CARADUJE

El último partido que disputó Riki Rodríguez (Oviedo, 1997) acabó con el mejor sabor de boca posible: victoria en el derbi de filiales ante el Sporting B (3-2), y gol del protagonista. En su hoja de servicios de aquel día, un simple borrón, la tarjeta amarilla que vio en el tiempo añadido. Era la quinta de la temporada por lo que acarreaba sanción. Un mal menor en una jornada redonda, debió de pensar el futbolista. Lo que no sabía Riki en aquellos momentos es que el castigo le iba a pesar más de la cuenta.

Porque después de aquel encuentro ante el Sporting B, la competición se suspendió. Llegó la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y al paréntesis inicial le siguió, en el caso de Segunda B, la cancelación de las jornadas que quedaban por disputarse de liga regular. Mientras se tomaba la medida definitiva, Riki fue uno de los 7 elegidos desde el Vetusta para echar una mano al primer equipo en los entrenamientos cuando tocó regresar a El Requexón. Pero la sanción sigue vigente y Riki, reglamento en mano, no podrá jugar con el primer equipo en lo que queda de Liga.

La razón se encuentra en el código disciplinario de la Federación Española de Fútbol que expone, en su artículo 56, las condiciones de las sanciones. En el apartado 3 dice sobre lo sancionados que "cuando se trate de futbolistas que pudieran ser reglamentariamente alineados en otros equipos de la cadena del principal o en alguno de los equipos de un club patrocinador, el futbolista sancionado no podrá intervenir en ninguno de estos equipos o clubes, hasta que transcurra, en la categoría en la que se cometió dicha infracción, el número de jornadas a que se haga méritos la sanción".

Es decir, con el reglamente en la mano debe transcurrir una jornada de competición del Vetusta sin que Riki participe para entender que ha cumplido su sanción. La situación creada por el coronavirus, nunca vista antes, hace que la situación se dilate ahora en el tiempo, en una sanción extendida que parece contraria al espíritu de la normal. A Riki, la amarilla vista en el último choque con el filial le inhabilita para participar con el primer equipo en las 11 jornadas que restan. Es más, también le pesa de cara a la primera jornada de la temporada que viene, en la que el centrocampista tiene por contrato ficha asegurada con el primer equipo: Riki seguirá sancionado en la jornada inaugural. En total, la amarilla vista por el ovetense tendrá influencia en 12 jornadas.

Dada la anomalía creada, el Oviedo decidió hace algunos días enviar una consulta a la Federación española de fútbol para saber si, en caso de que Ziganda lo necesitara, podría contar con el pivote. La contestación de la Federación no es clara. El órgano se basa en lo establecido en el código disciplinario sin aclarar si la alineación de Riki con el primer equipo es posible o no.

Para defender la posición de Riki existe un precedente muy similar. Abdelilah Damar vio la quinta amarilla en la última jornada de División de Honor el 10 de abril de 2019 y fue alineado con el Cornellá, de Segunda B, el 19 de mayo, sin haber cumplido la sanción en categoría juvenil. El Teruel denunció la irregularidad, pero el juez de competición y apelación no observaron alineación indebida, aunque mantuvieron el choque de castigo a la primera jornada de la siguiente campaña.

El Oviedo prefiere no correr riesgos con Riki y mientras no obtenga el visto bueno de la Federación no se arriesgará a alinear a Riki en las jornadas que quedan de Segunda.

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