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Un Tartiere sin alma

lEl Oviedo es uno de los pocos clubes que saben lo que es jugar a puerta cerrada l Su último precedente, hace 7 temporadas ante el Racing de Ferrol

Una imagen del Oviedo-Racing de Ferrol de 2014. MIKI LÓPEZ

Oviedo, José PALACIO

Lo que resta de competición, once partidos, se jugarán a puerta cerrada para finalizar las ligas de Primera y Segunda División, salvo que el CSD diga lo contrario. Disputar un encuentro sin público en las gradas es en estos momentos es la decisión adoptada por las autoridades sanitarias, pero es una situación por la que pocos clubes han pasado a lo largo de su historia. No es el caso del Oviedo que ya conoce lo que es jugar con las gradas vacías. El precedente más cercano lo vivió el equipo azul en la temporada 2013-2014 cuando tuvo que disputar a puerta cerrada en el Carlos Tartiere la segunda parte del partido ante el Racing de Ferrol.

Fue el 16 de enero de 2014. Un mes y medio antes, el encuentro entre ambos equipos había sido suspendido al descanso, con ventaja del Oviedo por 1-0 y con los azules en inferioridad, ya que Cervero había sido expulsado en el tramo final de esa primera mitad. Cuando los conjuntos y el equipo arbitral se dirigían a los vestuarios, un petardo lanzado desde la grada explotó en el túnel de acceso y el colegiado Zarrabeitia Arrieta decidió suspender el choque. El Comité de Competición multó económicamente y decidió que la segunda parte pendiente se disputase a puerta cerrada.

Esa segunda mitad en un Tartiere vacío, pero en el que se hizo visible, con varias pancartas, el descontento de la afición por la trayectoria de su equipo que cuatro días antes sólo había podido conseguir un punto en su visita al Noja, colista de la categoría y desahuciado, se disputó la segunda mitad.

El Oviedo, que jugó con diez jugadores, por la expulsión de Cervero, presentó ese día el siguiente equipo. Orlando Quintana; Alba, David Fernández, Pardo, Álvaro Cuello, Eneko (Señé, min. 81); Salva Rivas, Erice; Iván Rubio (Susaeta, min. 72), y Sergio García. El Racing de Ferrol consiguió dos goles en esos 45 minutos que le sirvieron para darle la vuelta al marcador y llevarse la victoria del Tartiere por 1-2. Un mes después de aquel partido, Granero fue despedido y Roberto Robles llegó al primer equipo desde el juvenil A. El Real Oviedo acabó el curso en quinta posición, a tres puntos de los puestos de playoff. Fue en la siguiente temporada cuando se produjo el ansiado regreso al fútbol profesional

El Oviedo también disputó un encuentro a puerta cerrada lejos del Tartiere. Fue en la temporada 82-83. Los incidentes ocurridos en el partido entre el Oviedo y el Elche, desencadenados por la expulsión de Joaquín en el minuto 55, provocaron las iras del público, con lanzamiento de todo tipo de objetos al campo. El árbitro del encuentro Jiménez Muñoz, decidió la suspensión del choque, a falta de 25 minutos para el final, con empate a un gol en el marcador. El Comité de Competición acordó el cierre del Tartiere y la disputa de los 25 minutos restantes del encuentro a puerta cerrada y en Murcia. El 4 de mayo se completó aquel encuentro y se disputó a puerta cerrada, con la única presencia de medio millar de personas en La Condomina. El marcador no se movió, a pesar de que gozó de la ocasión más clara fue un remate de Anquela, el ex técnico azul, al que respondió el portero azul Viti con una gran parada.

Por el Oviedo jugaron aquel partido Viti; Vili, Peruena, Antuña (José Manuel, min. 55), Juanito, Pantoja, Blanco (Rivas, min. 55) (Ondina, min. 65), Arias, Juanjo, Lozano y Joaquín.

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