La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Oviedo con menos pólvora

Ante la Ponfe, los azules volvieron a quedarse por segunda vez en la campaña sin tirar a puerta y firmaron el segundo peor registro de pases | La parte positiva del punto sumado señala a la defensa: por quinta ocasión esta temporada, el equipo se fue sin encajar un tanto

Ortuño disputa un balón con un defensa de la Ponferradina. MIKI LÓPEZ

Da la sensación de que el parón por el covid-19 se le ha indigestado al Oviedo. Al menos desde el punto de vista de las sensaciones. De una jornada para otra, el equipo sólido, incómodo para el rival y que encontraba vías para dañar al contrario que se vio en Almendralejo dio paso a una versión temerosa, un equipo al que le quemaba el balón y que sufrió para sumar un punto. La puerta impoluta fue la mejor noticia de una noche que invita a la reflexión y a la mejora inmediata. Solo restan diez fechas para saber el destino del equipo.

El Oviedo con menos pegada. La falta de punch fue lo que más dolió en el Oviedo que regresó el viernes a la competición. El equipo se quedó sin tirar ni una vez entre los tres palos. Es la segunda vez que sucede en la temporada, tras la derrota en Almería (2-0) de la 23.ª jornada.

El saldo ofensivo se limitó a tres tímidos acercamientos: un par de cabezazos de Carlos Hernández, uno en cada mitad, y un chut a las nubes de Christian. Es el peor registro ante la meta rival de la temporada, igualados esos tres disparos con los que se vieron ante el Mirandés en la cuarta jornada, en aquella ocasión, uno fue a puerta, el gol de Ortuño.

Atasco en la construcción. Preguntado al final del choque Ziganda por los problemas de su equipo, el navarro se centró especialmente en las labores de creación. Reconoció el entrenador que los suyos no habían estado cómodos con la pelota. La estadística le da la razón. El Oviedo solo acertó el 60,3% de los pases ante la Ponfe. Es la segunda peor marca de la temporada, tras el 59,74% de pases buenos que dieron los azules contra el Rayo en el Tartiere, en un choque acabó en victoria local.

La meta a cero, la mejor noticia. Ziganda, que siempre busca el lado positivo de las circunstancias, tuvo al menos un motivo al que agarrarse para confiar en la mejora de los suyos. Lunin volvió a dejar su meta a cero, lo que no es un logro tan habitual esta temporada. Con el choque ante la Ponferradina, son cinco las veces que se ha logrado acabar sin encajar ningún tanto. Antes, se consiguió contra el Tenerife en los dos partidos (sendas victorias por la mínima) y frente a Almería y Sporting en el Tartiere, dos empates sin goles.

La llegada de Lunin en el mercado de invierno le ha dado empaque a un puesto en constante debate durante el curso y el trabajo de Ziganda se ha centrado como primer objetivo en la mejora del rendimiento atrás. El equipo ahora es menos alegre, pero también concede menos.

Borja, la alternativa más sólida. Ziganda empleó 3 de los 5 cambios de los que dispone, pero trató de darle una vuelta de tuerca al planteamiento con un giro inusual: cambiar los dos delanteros. Rodri y Ortuño dejaron su sitio a Ibra y Borja. El canterano fue de los más destacados en el tiempo que pisó el césped y apunta a elemento a tener en cuenta para las jornadas que restan.

Compartir el artículo

stats