El Real Oviedo no pudo frenar al Cádiz. La defensa de cinco planteada esta tarde por Ziganda no fue suficiente para frenar las acometidas del líder, que atravesó las entrañas azules como viento de Poniente. Lozano aprovechó en dos ocasiones la candidez defensiva de los carbayones para finiquitar una victoria que pudo ser más abultada si Lunin no hubiese detenido un penalti a Álex Fernández a los diez minutos de partido. El meta ucraniano y Viti fueron de lo poco salvable del equipo.

Real Oviedo y Cádiz llegaban a este duelo con mucho en juego: los gaditanos, con la necesidad de sumar para mantenerse al frente de la tabla y los azules, para tratar de alejarse de los puestos de descenso. Pero los aprietos se quedaron en la previa. Con el pitido inicial del árbitro pareció que los únicos que se estaban jugando el pellejo eran los locales.

Los de Álvaro Cervera, un equipo con sello de autor, hicieron lo mismo que llevan haciendo toda la temporada y que tan bien les funciona. Robar y correr. Aun así, parecieron sorprender al Real Oviedo.

A los diez minutos los locales dispusieron de la ocasión más clara del partido. Una mano involuntaria de Tejera dentro del área, que sigue desconocido tras el parón, fue sancionada por el árbitro. Álex Fernández, que suma una docena de goles este curso, fue el encargado de ejecutar la pena máxima. Su disparo, flojito y centrado, fue atajado por Lunin, sin duda uno de los mejores del equipo en el partido.

El penalti no fue la única decisión controvertida del colegio, que en el minuto 28 expulsó a Ibra por protestar desde la grada, el banquillo de la "nueva normaldiad". La determinación fue tomada a instancias del asistente. Por televisión no quedó claro qué fue lo que motivó la roja, que acarreará al menos un partido de sanción.

El gol cadista llegó en el minuto 37. Una combinación en la banda izquierda entre Espino y Perea acabó con un balón en el corazón del área pequeña que Lozano alojó en la meta carbayona ante la falta de contundencia de la zaga carbayona.

Tras el descanso, misma historia. El Cádiz quiso más y lo encontró pronto. En el minuto 51. Salvi centró desde la derecha, Lucas Ahijado erró un despeje con la espuela y el balón le quedó manso a Lozano, que pasaba por allí y no dudó en aprovechar el regalo oviedista.

Con el 2-0 el Real Oviedo buscó la reacción. A punto estuvo Rodri de reenganchar a los suyos en el minuto 58, pero su remate con la testa, solo, en el punto de penalti, se fue alto. Fue una ocasión de esas que parece más fácil meterla que fallarla.

Ziganda también lo intentó a base de cambios, pero la cosa estaba demasiado cuesta arriba y los azules apenas inquietaron la meta de Cifuentes. En los minutos finales del encuentro el Oviedo consiguió cercar la portería cadista, pero sin suerte. Rodri, con una espectacular chilena en el minuto 87, fue el que más cerca estuvo de acortar distancias en un duelo para olvidar.