Había gente con mascarilla, sí; pero también mucha que no la llevaba. Además, las imágenes que se vieron del recibimiento de aficionados del Cádiz al autobús de su equipo antes del inicio del partido ante el Oviedo reflejaban una aglomeración en toda regla: cientos de personas, bengalas, botes de humo, jolgorio y cánticos para insuflar calor a un equipo que está en la lucha por el ascenso directo a Primera División. La única pega es que, en teoría, no se puede hacer porque aún estamos inmersos en una crisis sanitaria que en Lérida tiene confinadas a 200.000 personas.
DEMASIADA NORMALIDAD