Causa y efecto. Eso fueron las urgencias clasificatorias hoy para el Real Oviedo. La tensión agarrotó la fluidez ofensiva de los carbayones, que finalmente lograron llevarse los tres puntos a base de empuje, algo que le faltó a Las Palmas, ya de vacaciones por la capital asturiana. Ortuño, muy acertado durante todo el encuentro, y Sangalli firmaron una victoria que se sintió peligrar tras el gol de Rubén Castro.

La primera parte fue gris y anodina. Casi sin ocasiones. Hasta que Ortuño sacó los colores y se puso a dibujar. Primero en el minuto 25. Recibió un balón de espaldas, pivotó hacia su derecha y trazó un pase de tiralíneas entre el central y el lateral que Bárcenas, muy rápido, aprovechó para driblar a Álvaro, portero visitante, que le derribó. El colegio señaló penalti un instante antes de que su asistente le corrigiese: era fuera de juego.

La segunda fue en el 37. El yeclano bajó con maestría un balón caído del cielo para ejecutar una maravillosa vaselina para evitar la salida de Álvaro. El VAR revisó la jugada durante más de tres minutos por una posible mano que, según el criterio arbitral, no fue pese a las persistentes quejas canarias.

Tras el descanso los carbayones buscaron y gol y lo encontraron al poco de la reanudación. Llegó precedido de una gran jugada en la que Borja evitó que un balón se vaya por línea de fondo con un sensacional taconazo. El balón le llega a Sangalli que, dentro del área, hace un caño a un defensa y dispara. Su chut se fue a córner tras golpear en un defensa.

Mismos protagonistas en el tanto. Borja cuelga un balón al área a la salida de un córner, Grippo remata desviado y el balón le vuelve a caer a Borja, que golpea duro a portería. El meta Álvaro consigue rechazar el balón, que le llega a Sangalli quien, con un espectacular zurdazo, aloja el balón en la red.

El segundo tanto dio paso a los mejores minutos de juego del Real Oviedo, que tenía el partido controlado. Fueron solo apariencias, pues en el minuto 68 Rubén Castro metió el miedo en el cuerpo al conjunto azul. Una jugada por la derecha de Pedri acabó con el balón en el corazón del área para que el delantero canario, con 39 años ya cumplidos, 21 más que su asistente, hiciese el 2-1.

El gol amedrentó al Real Oviedo, que comenzó a ceder terreno ante los canarios, que arrinconaron a los azules a base de balones al área.

No obstante, las más claras fueron para el Oviedo. En el minuto 85 Coris birló un balón a Lemos en el córner, puso el balón en el punto de penalti y, con toda la portería para él, Sangalli disparó fuerte al cuerpo del portero, que logró repeler. El rechace le quedó de nuevo al donostiarra que, de cabeza, estrelló el cuero en el poste.

Aún hubo más. En el minuto 92 un pase magistral de Berjón dejó mano a mano a Rodri, que dio el balón al meta visitante con un flojo y centrado tiro.