Arrollador. Así ha estado hoy el Real Oviedo en La Romareda. El conjunto azul mostró su mejor versión en Zaragoza para lograr una importantísima victoria (2-4) que le hace ganar enteros en la carrera por la permanencia. Obeng y Sangalli, en la primera mitad, y Bárcenas y Ortuño en la segunda, hicieron los cuatro goles carbayones, que pudieron ser más: Rodri falló un penalti nada más comenzar la segunda mitad y Arribas estrelló un balón en el palo a los pocos minutos del comienzo del partido.

Aunque con objetivos diferentes, Zaragoza y Real Oviedo llegaban hoy con las mismas urgencias: con una victoria los maños podían volver a los puestos de ascenso directo y los carbayones podían meterse en más apuros todavía si no lograban sumar.

Ziganda apostó por su "ataque B": Rodri y Obeng, una opción que podía dar a entender que los azules buscarían contener en la primera mitad y ya en la segunda mitad, probablemente con Borja Sánchez y Ortuño en el campo, dar un paso adelante. Pero fue todo lo contrario. El Oviedo salió a por todas en La Romareda. La tromba azul pilló por sorpresa al Zaragoza, muy irregular tras la reanudación del campeonato, que fue un auténtico flan que los carbayones se comieron a cucharadas.

El primer aviso llegó a los cinco minutos, con un remate de cabeza al palo de Arribas en un córner. El segundo lo dio Obeng con unj tiro desde la frontal que rozó el palo maño a los ocho minutos. Y la tercera, a la que fue la vencida, vino en el 15: Tras una combinación con Nieto, Sangalli metió un balón en profundidad a Luismi que, desde la línea de fondo, dio un pase de la muerte que Obeng remató dentro del área pequeña tirándose al suelo.

El gol dio confianza al Real Oviedo, que lejos de dar un paso adelante, se fue a por el segundo. Llegó en el minuto 46 en una jugada ensayada: Bárcenas botó bombeado un córner en el ataque a la frontal donde esperaba Sangalli. El vasco, muy inteligente, golpeó el balón llovido del cielo con el interior. Cristian Álvarez no pudo hacer nada para evitar el 0-2 con el que se llegó al descanso.

No cambió nada tras el paso por vestuarios. El Real Oviedo salió a por más y a punto estuvo de encontrarlo a los pocos segundos de la segunda mitad. Tejera se internó con el balón en el área contraria, hizo una bicicleta, Clemente picó y derribó al capitán azul. Penalti claro que Rodri se encargó de ejecutar: estrelló el balón en el larguero.

A partir de ahí el Zaragoza dio un paso adelante y comenzó a embotellar al Real Oviedo, que creaba peligro saliendo a la contra. Fue así como llegó el tanto de la sentencia. Bárcenas robó un balón en su propia área, pasó a Borja, que condujo a las mil maravillas, dividió a los defensas y abrió a la izquierda al panameño, que acompañó la jugada y perforó con un potente zurdazo la meta maña, entonces defendida por Kiko Ratón, que acaba de entrar al campo por lesión de su compañeros Cristian.

Parecía que el partido estaba acabado, pero ni mucho menos. Superado el minuto 90 Ortuño recibió un balón en la frontal del área. Pivotó como un jugador de baloncesto y batió por bajo a Ratón, que solo recogió balones de dentro de la meta.

Aún en el descuento el Zaragoza acortó distancias. Primero Linares, de remate desde dentro del área y luego Kagawa, de penalti, hicieron dos goles que solo sirven para las estadísticas y que no lograron empañar el que ha sido, sin duda, uno de los mejores encuentro del Real Oviedo esta temporada.