Salvados. El Oviedo hizo los deberes esta noche en el Tartiere, venció al descendido Racing por la mínima (1-0) gracias a un gol de Obeng y certificó la permanencia matemática en Segunda División tras un año complicadísimo, coqueteando con los puestos de descenso desde el arranque en agosto. El Oviedo del Cuco, salvador tras su llegada en febrero (tiene números de ascenso), sumó por primera vez tres victorias seguidas y viajará a Elche el lunes para jugar un partido de mero trámite. La plantilla azul acabó el partido liberada. Prueba de ello son las lágrimas de Tejera, capitán. Y el club azul, a falta de un encuentro para irse de vacaciones, ya piensa en la temporada que viene.

El Oviedo entró con buen pie al partido y a los ocho minutos ya vencía por 1-0. Obeng se aprovechó de un error defensivo garrafal tras un pase en largo y delante de Crespo, con la zurda, la enfiló la red. El ghanés lo celebró simulando escanciar sidra y al Oviedo se le ponía el partido tal y como quería. Aunque las buenas sensaciones duraron solo unos segundos. El Racing sacó de medio y, en la misma jugada, una tremenda imprecisión entre Arribas y Lunin, que salió sin explicación a por un balón que era del central, acabó con Hidalgo, tipo pillo, empujando el balón a la red. El gozo en un pozo para el Oviedo, hasta que Trujillo Suárez acudió al VAR: Hidalgo se había acomodado el balón con la mano. Los azules respiraron y se hicieron dueños del partido, superiores al Racing, aunque no daban la sensación los cántabros de ser un equipo muerto en ningún caso. Sangalli probó fortuna en el 18 y casi mete en propia el Racing tras un centro de Bárcenas. Olartua también tuvo la suya en un córner y con el 1-0 y el Oviedo salvado se llegó al descanso.

La segunda parte siguió con un derrotero parecido, aunque Ziganda movió el banquillo a las primeras de cambio y renovó la delantera: entraron Borja e Ibra por Ortuño y Obeng. El Oviedo aguantaba el resultado el resultado, pero daba la sensación de tener cierto nerviosismo. El Racing, poco a poco, ganaba terreno y los azules no tenían el balón. Se mascaba cierto nerviosismo en el lado azul y costaba mucho atacar. El Racing, sin presión, lo seguía intentando. Bárcenas, destacado en la segunda parte, tiraba del carro en el ataque del Oviedo, falto de colmillo para matar el partido. Ziganda reforzó la defensa a diez minutos del final y sacó a Christian Fernández y a Coris por Sangalli y Bárcenas y cambió el esquema a cinco defensas para guardar el botín. En los últimos cinco minutos el Racing se hizo con el balón y el Oviedo intentaba salir a la contra.