La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Oviedo mereció el gol en la segunda parte pero perdonó

Carlos Hernández despeja ante Jonathas, con Lolo a la izquierda. LOF

De las botas del ovetense surgieron las acciones más animadas del Oviedo. Como el gol ya comentado de Lolo antes del descanso. Conducción del media punta, apertura a la banda y centro de Christian. De ahí, a la carambola a la red.

Antes, Nino había inquietado a Lunin en un par de ocasiones demostrando que el Elche tenía una marcha más en el partido. Parecía lógico. Y Jonathas había acertado con la meta azul, minuto 23, tras una gran jugada de Iván Sánchez, correteando en el área carbayona. El Oviedo trató de crecer con la pelota, hay que agradecérselo al equipo de Ziganda, que si hay algo que se le puede echar en cara últimamente (los números son impecables) es mostrar algo más con el balón, pero el Elche se reservó los sustos. Como un zurdazo de Folch que Lunin palmeó a córner. La sensación al descanso es que el Oviedo jugaba más liberado que su rival, aunque concediendo espacios que no han sido habituales en la etapa del Cuco.

Para el Elche, el escenario era el opuesto al que vivía el Oviedo. El éxito mayúsculo, a tiro de victoria. Aunque con un asterisco: la suspensión del Dépor-Fuenlabrada dejaba cualquier celebración en pausa. Si alguien tiene derecho a alzar la voz es Pacheta y sus pupilos, grandes perjudicados de un final de campaña que chirría demasiado.

Pero para tener derecho de queja, los ilicitanos debían ganar. Y en toda la segunda parte el que lo mereció fue el Oviedo. Inició mejor el segundo acto el Elche, con Lunin regresando al primer plano y Jonathas anotando en posición adelantada. Pero el conjunto azul se hizo con el mando tras ese arreón.

Ibra, Obeng y Berjón ingresaron como segunda unidad (minuto 55) y el ataque se agitó. A los 65, Saúl gozó de la más clara. Borja condujo la contra, Obeng sirvió el gol tras una excelsa maniobra en el área y Berjón, con la pelota mansa, lanzó a las nubes.

El capitán, que cierra el año sin goles en su cuenta, acaba un curso en el que solo ha dejado pinceladas. Lejos de su nivel de jugador franquicia. Sin contrato asegurado (aunque con el interés del club por que continúe), no hay ninguna certeza absoluta sobre su futuro.

Inmediatamente al error de Berjón, Obeng pudo anotar. Un buen servicio de Christian no fue aprovechado por el ghanés, perfilado para su zurda y el remate se fue rozando el poste.

El Oviedo olisqueaba el premio, pero el Elche tenía más en juego. De ahí que acertara en la primera que dispuso. Cruz centró medido y Pere Milla cabeceó abajo, imposible para el infranqueable Lunin.

El 2-1 fulminó el partido. Y con él, la temporada. Un año con más decepciones que alegrías pero con una aprovechable lección para el futuro. En Segunda, el orden es clave. En todos los estamentos. Y cuidar los recursos propios, también. Como Borja.

Compartir el artículo

stats