En el centro del huracán originado en el fútbol español. Ahí estuvo Joan Femenías, el portero del Fuenlabrada que quiere fichar el Oviedo. El mallorquín pasó trece días en cuarentena junto al resto de la expedición del club madrileño en un céntrico hotel de La Coruña mientras en los despachos del fútbol español seguía -y sigue, de momento encaminada hacia una Liga de 24 equipos- la guerra para desatascar el final de Segunda División por el brote de coronavirus en el Fuenlabrada que se conoció en la última jornada de Liga.
Para Femenías, como para el resto de la expedición, fueron trece largos días marcados por la tensión y la preocupación por la situación vivida, inédita en la historia del fútbol español. También de presión mediática, con cámaras de televisión y periodistas atrincherados en la entrada del hotel prácticamente todos los días desde el estallido de la crisis. El club, incluso, les recomendó no asomarse a las ventanas en la medida de lo posible. De momento, una gran parte de la expedición del club -33 personas de 46- pudo regresar ayer a Madrid tras dar negativo en las pruebas y haber pasado la cuarentena pertinente. Los trece integrantes restantes de la expedición del Fuenlabrada todavía permanecen aislados, evolucionan favorablemente y esperan poder regresar a Madrid en los próximos días. Para la expedición del Fuenlabrada que ya ve el desenlace en los despachos desde Madrid, fueron días interminables de muchas series y películas durante el encierro en la habitación.
Tal y como contó Sandoval, entrenador del Fuenlabrada y extécnico del Sporting, los integrantes de la expedición, entre ellos Femenías, estuvieron totalmente aislados en sus habitaciones. Los empleados del hotel les llevaban la comida en las horas pertinentes y hasta ahí llegaba su contacto con personas ajenas al personal médico. Los integrantes del Fuenlabrada, además, se mostraron en todo momento muy agradecidos por el trato que les dispensó el personal del hotel. El jefe de los servicios médicos del Deportivo, como desveló Sandoval, estuvo atento en todo momento a la evolución de la salud de los integrantes del Fuenlabrada, ofreciéndose incluso personalmente a llevar medicamentos al hotel y otros artículos de primera necesidad.
