Alejandro Arribas sigue en racha. La mejor versión del central llegó el año pasado tras el confinamiento y se mantiene en el inicio de la competición. Y para el protagonista, la razón está en el entrenador. José Ángel Ziganda es el que mejor ha sabido exprimir las condiciones de un líder del vestuario. "Tras el confinamiento hubo un cambio, sobre todo mental. La llegada de Ziganda me hizo cambiar y ahora me siento importante", indicó ayer ante los medios.

Para el zaguero, ser elegido uno de los cuatro capitanes entre sus compañeros es un "motivo de orgullo", pero también una "responsabilidad": "Me toca estar a la altura de este club y de mis compañeros".

El domingo tendrá delante al, seguramente, el ataque más temible de la Liga. Pero Arribas no se arruga: "El Espanyol no es solo De Tomás. Están Puado, Embarba, Wu Lei... Es un equipo muy completo que mantiene casi la misma plantilla de Primera. Son el equipo a batir por los futbolistas con los que cuentan pero en Segunda puede suceder cualquier cosa. Estamos preparados".

Arribas también aprovechó la oportunidad para valorar unas declaraciones de Javi Rozada, extécnico azul y actualmente en el Racing, en Radio Marca, en las que aseguraba que cuando llegó al primer equipo, con el Oviedo con 1 punto sumado sobre 15 posibles y colista de la tabla, se encontró con un vestuario lleno de "cadáveres", en referencia al mal momento anímico. "Desde que llegó Ziganda fuimos los mejores de Segunda y aun así lo pasamos mal. Que viniese Ziganda nos hizo salvar al equipo. Los números hablan por sí solos, él mismo queda retratado", valoró Arribas.