El Oviedo, enfriada ya la victoria frente al Sporting en el derbi (1-0), mira hacia el futuro en una temporada que no ha hecho más que comenzar. Ni el club ni la plantilla hablan de objetivos más ambiciosos que no sean ganar el siguiente fin de semana, pero sí hay pequeños retos que cumplir en la lista de tareas pendientes. Uno de ellos es volver a ser un equipo rocoso en casa, sobre todo vistos los precedentes de la campaña anterior. Que el Tartiere sea otra vez un fortín. Que el estadio azul imponga a los rivales.
De hecho, esa es una de las obsesiones de Ziganda, estudioso al dedillo de la categoría. El Cuco suele incidir mucho en ese aspecto a sus pupilos en las charlas en El Requexón. Cualquier equipo que quiera tener aspiraciones en una categoría tan dura debe construirse desde casa, les insiste a los suyos. Y las cifras están del lado del navarro, al menos de momento. Con él en el banquillo, el Oviedo solo ha perdido un encuentro de diez en el Tartiere. Fue el choque ante el Espanyol. El balance es de cinco victorias, cuatro empates y una derrota. En total, el Oviedo del Cuco suma el 63% de los puntos disputados en Asturias.
Y esa cifra tiene miga: es muy similar a la de los años en los que el Oviedo luchó por el play-off de ascenso desde su vuelta a Segunda en 2015. De hecho, la fiabilidad en casa únicamente se rompió la pasada campaña, una temporada para olvidar en el vestuario del Oviedo en la que el objetivo final acabó siendo salvar la categoría. Un imprevisto que trajo muchos agobios. En el resto de temporadas, con diferentes entrenadores y muchos cambios de plantilla, el equipo azul siempre respondió al calor de su público. El problema estuvo fuera. Ahora no hay oviedismo en el Tartiere, pero la idea sigue siendo la misma: ser sólidos en casa y rascar lo que se pueda lejos del Principado.
Las cifras del Cuco en casa son parecidas a las de la segunda temporada de Anquela al frente del equipo, cuando los azules consiguieron el 62% de los puntos en casa en una campaña en la que Egea finalizó el curso como entrenador tras el despido del jienense. El técnico andaluz tiene todavía el mejor registro en el Tartiere de esta etapa del Oviedo en Segunda. En la temporada 2017-2018, la primera con él al frente, el Oviedo fue el tercer mejor local de toda la categoría y consiguió el 73% de los puntos. En total, fueron 46 de 63, aunque la tibieza lejos de Asturias impidió a los de Anquela entrar en promoción. El año de Hierro fue similar. Con el malagueño al frente, en la campaña 2016-2017, el Oviedo también estuvo tercero en el ranking de fiabilidad en casa. Se llevó el 63% de los puntos en el Principado. Como sucedería después con Anquela, también fallaron las prestaciones lejos de Oviedo. Ambos equipos estuvieron cerca de meterse en play-off: el de Anquela no lo hizo por el goal-average y el de Hierro tuvo opciones hasta la penúltima jornada.
La temporada anterior a la de Hierro, con Egea y Generelo, la fiabilidad en casa fue exactamente la misma que la que muestra ahora el Oviedo del Cuco: el 63% de los puntos. El resultado final no fue el esperado, pero el conjunto azul volvió a estar cerca de conseguir meterse en el play-off. La fuerza en el Tartiere se rompió radicalmente el año pasado, cuando el Oviedo solo fue capaz de sumar el 51% de los puntos. De hecho, el resultado más repetido fue el de empate.
