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El cambio más extraño

Ziganda sorprendió al vestuario apostando por Brazão en la portería, fichado para suplir a Lunin El navarro informó de su suplencia a Femenías, que tiene una gran relación con el brasileño

Femenías, con Brazão detrás, ayer, en El Requexón. JULIÁN RUS

Ziganda hizo el domingo diez cambios de un plumazo. Pero ninguno sorprendió tanto como el de la portería. Femenías, un seguro bajo palos en este inicio de Liga, se fue al banquillo solo tres días después de ser (otra vez) el salvador del Oviedo en el empate ante el Rayo (0-0). Una decisión inesperada en el vestuario, que asumía rotaciones, pero no en la portería, donde salvo casos excepcionales no suele ser habitual la alternancia entre dos metas, incluso aunque haya partidos entre semana.

Ziganda le informó a Femenías de su suplencia antes del partido, en El Requexón. Ahora deberá volver a decidir quién es el elegido mañana ante el Logroñés en el Tartiere. Brazão respondió ante el Leganés. Femenías había sido el mejor del Oviedo en las jornadas anteriores. Difícil dilema en un asunto complejo, el de la portería, que desde el verano ha ido ya por un camino imprevisto.

La sombra de Lunin, ahora segundo portero del Real Madrid, era demasiada alargada. De ahí que el club tuviese claro que lo necesario era buscar en el mercado un portero de unas características parecidas a las del ucraniano. El foco se puso en Brazão. Joven y alto (20 años, 1,92 metros), como Lunin (21, 1,92 metros). Y perteneciente a un gran club de Europa, como Lunin. En este caso el Inter de Milán. La dirección deportiva puso muchos esfuerzos para convencer a Brazão, al que sedujeron mostrándole las ventajas del proyecto, donde sería uno de los pilares, según le dijeron. Tal y como lo había sido Lunin unos meses antes. El brasileño no dudó. Arnau lo definió en su presentación como "uno de los porteros de su edad con más proyección en el fútbol mundial". Las condiciones eran ventajosas para ambas partes. El club ya tenía portero estrella en forma de cesión.

Pero el problema para que Brazão se hiciese con la titularidad fue que, solo un mes antes de firmar, Femenías se había colado sigilosamente en la plantilla del Oviedo. Él fue el primer fichaje de Arnau este verano. Llegó en propiedad. Las negociaciones culminaron mientras el meta estaba confinado con el Fuenlabrada en La Coruña, tras el sonoro caso de los positivos en el club madrileño.

Cuando el lio acabó, puso rumbo a Oviedo. No tuvo ni vacaciones y se puso a entrenar. En el club no se dudaba al hablar sobre su fichaje: "A priori llega como suplente". Extremo entendible, cuando el balear había sido el tercer meta del recién ascendido Fuenlabrada, aunque en el tramo final de Liga sí se hizo con la titularidad. Ziganda le premió con la titularidad en la primera jornada y su rendimiento hizo el resto. A Brazão le tocó esperar. Su relación con Femenías, pese a la férrea competencia, es fantástica. Y, justo después de ser convocado con la selección de Brasil sub-23, a Brazão le llegó su momento.

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