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Juanma marrero. Capitán del Fuenlabrada, exjugador del Oviedo, hoy se enfrenta a los azules

Juanma Marrero se sincera: "Mi primer año en el Oviedo fue criminal en lo anímico"

“Que te pite el Tartiere es durísimo, pero me quedo con que, por suerte, pude cambiar la opinión del oviedismo”

Juanma Marrero, a la izquierda, en El Requexón junto a López Ramos en 2010

Juanma Marrero (Las Palmas de Gran Canaria, 1982) sabe lo que es sentir la furia del Tartiere. El capitán del Fuenlabrada vistió la camiseta carbayona durante dos temporadas en Segunda B (2010-2012). Eran años de inestabilidad en el club, con Alberto González como presidente y penurias en lo deportivo. Juanma llegó a Oviedo como lateral izquierdo y el Tartiere lo tuvo en su diana en su primer año como azul. La llegada de Pacheta supuso un antes y un después para él: se ubicó de central y todo cambió para bien en su carrera. “Cambié la opinión del oviedismo”, dice orgulloso a LA NUEVA ESPAÑA horas antes del partido de esta noche en el Tartiere (20.30 horas). Juanma, que tras salir del Oviedo pasó por el Numancia antes de llegar al Fuenlabrada, descubre que su primer año de azul “fue criminal en lo anímico”.

–Tiene 38 años y dicen de usted que está en el mejor momento de su carrera, ¿cómo lo hace?

–En el fútbol actual todo se conoce y hay pocos secretos. Cada año que pasa me cuido más. Los pequeños detalles marcan en este deporte.

–¿Cómo es el Fuenlabrada?

–Es un club pequeño y humilde que crece poco a poco. Creo que esa es la gran diferencia con el resto. Los dirigentes hacen las cosas bien y todo funciona. Vamos paso a paso.

–¿Cómo juegan?

–Somos ofensivos y valientes: salimos a ganar los partidos. Además, todos trabajamos, corremos y somos intensos. Creo que en el Tartiere se verá un duelo de tú a tú. El Oviedo también es valiente, mira para arriba y está en un buen momento.

"No me sorprende el nivel de Femenías"

Juanma Marrero - Capitán del Fuenlabrada y exjugador del Oviedo

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–¿Le sorprende el nivel de Femenías?

–Para nada. Compartí vestuario con él un año entero. Le vi entrenar, competir, y sé que todavía puede mejorar más. Es un gran portero y una gran persona.

–¿Habló con él antes de su fichaje por el Oviedo?

–Cuando supe del interés del Oviedo en ficharle tuvimos una conversación. Le dije que no se lo pensase, que el club es espectacular y Oviedo una gran ciudad para vivir. Me consta que está muy contento y además está demostrando buen rendimiento.

–¿Mantiene el contacto con él?

–Poco, pero sí que hablamos de vez en cuando. Me dice que está muy contento y a gusto en la ciudad. Le chocó un poco el cambio de clima, pero se adapta.

Juanma Marrero, con el Fuenlabrada

–¿Cómo era aquel Oviedo en el que usted estuvo?

–Como club estaba a la deriva. Había un presidente (Alberto González) perseguido por la justicia. Yo estuve dos años en el Oviedo y creo que al presidente lo vi una vez. Era todo muy convulso, la deriva del club se reflejaba en el equipo y no era una situación agradable. El club ha mejorado mucho y lo ha cogido gente que sabe lo que es el mundo del fútbol. Ha vuelto a la élite y ahora está peleando por volver a Primera, que es donde debe estar.

–¿Lo pasó mal en Oviedo en su primera temporada?

–El primer año fue criminal para mí en la parte anímica. No pude dar mi nivel como futbolista. Cuando se acabó esa temporada me reuní con el director deportivo y le dije que quería continuar para demostrar mi nivel. Quería cambiar la opinión de la gente y, pese a lo mal que había ido todo, estaba dispuesto a cumplir mi contrato. Otros hubiesen preferido marcharse, pero me considero una persona valiente.

–Y llegó Pacheta. ¿Cambió su carrera?

–Sin duda. Él fue el gran artífice de que todo cambiase. Empecé a jugar de central y todo se vio de otra manera. Me hizo cambiar de opinión y me ha dado mucho. Las cosas me fueron mucho mejor desde entonces.

–¿Cómo se lleva una pitada del Tartiere?

–Es durísimo. Lo peor que le puede pasar a un deportista es que su gente esté disconforme con su trabajo. Me quedó en que por suerte pude cambiar la opinión del oviedismo. Habrá alguno que se siga quedando con el primer año, pero es una satisfacción haber dejado buen recuerdo en el segundo.

–De eso pasaron diez años. Hoy se enfrentará al Oviedo y marcará a Blanco Leschuk.

–Es muy bueno. Fuerte, alto, y no es fácil de defender. Por su envergadura un defensa tiene las de perder. Será un bonito duelo.

–¿Ya han olvidado el “caso Fuenlabrada”?

–El equipo cerró esa página. Fueron semanas muy duras las que pasamos encerrados. Todo el mundo de fuera, en vez de preocuparse por nosotros, cargó en nuestra contra. Pasamos malos momentos, pero están olvidados. Ahora los comentamos a veces y es verdad que nos quedó la espina de saber qué hubiese pasado con toda la plantilla disponible, porque nuestro nivel era bueno. Siempre nos quedará la duda de saber si hubiésemos ascendido.

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