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El Lugo-Oviedo en cinco claves: rotaciones y brotes verdes

El Lugo cede el balón a los azules, acostumbrados al galope, que suman un punto en un campo difícil

Arribas salta con Barreiro, con Iriome al fondo. | LOF

Dominio sin llegada.

Y ataque sin premio final. Pasito a pasito. El Oviedo sumó ayer un punto en Lugo en un partido marcado por las rotaciones del Cuco. Seis nuevos rostros –el objetivo de tener al mayor número de jugadores enchufados– y una idea continuista: intentar galopar. En el plan inicial se coló el Lugo de Nafti, obrero del fútbol, que ha despertado al conjunto gallego tras un pésimo inicio. Los lucenses, conscientes de las virtudes del Oviedo, dejaron la iniciativa del juego a los azules en la primera parte. Cosa rara para el equipo carbayón, acostumbrado a esperar su ocasión y no a trabajar la jugada. Un dato da muestra del planteamiento del Lugo: el Oviedo tuvo el balón casi el 70% del partido, una circunstancia muy poco habitual. Con esos ingredientes y una coraza diferente, no jugó un mal partido el Oviedo en un campo siempre complicado en la categoría. Pudo recibir un gol en la primera parte, pero también pudo meter alguno en la segunda. La falta de acierto y la buena defensa gallega lo evitaron en una noche fría con varios brotes verdes. Uno evidente, el de Cedric, que parece despertar con el paso de las semanas. Dio la sensación de que el Cuco planificó el partido para llegar al minuto 60 –su momento favorito para hacer cambios– con todo a favor. Y así fue. Ahí entró Nahuel, que se mostró activo, pero no encontró muchos socios. Su favorito, Borja, solo jugó diez minutos.

El fondo de armario.

Cedric, dentro. Y Mujica y Riki, fuera. Entre las novedades en el once del Cuco llamó la atención la del extremo izquierdo. El resto, con más o menos altibajos, ya estaban entrando con más o menos minutos en los planes del entrenador. No así Cedric, en el grupo de “olvidados” hasta ayer, junto con Mujica, Riki, Aburjania y Diegui. Queda claro que en las últimas semanas la confianza del entrenador azul en el extremo cedido por el Atlético ha aumentado de forma considerables. No jugó ni un minuto ante el Fuenlabrada, pero sí los últimos instantes ante Las Palmas, Castellón y Zaragoza. En el otro lado de la balanza siguen Mujica y Riki, fuera de los planes del Cuco. Y también Diegui, que ayer fue citado. Asunto distinto es la situación de Aburjania, que se quedó en Oviedo por decisión técnica.

Los mensajes del Cuco

Cuco Ziganda, tipo listo acostumbrado a los clubes con foco, juega al despiste y mide al milímetro cada mensaje que lanza al exterior. En la comparecencia previa al partido del Lugo abrió la puerta a la salida de los que menos están contando en el mercado de invierno. “Todos somos jóvenes y podemos decidir cada seis meses”. También dijo que se planteaba hacer cambios, pero en ningún caso tantos como en Leganés (10). Finalmente fueron seis cambios. Más de la mitad de los que jugaron contra el Fuenlabrada. El Cuco siempre juega al despiste.

El motor de Javi Mier

Nadie le podrá decir al Cuco que no tira de los canteranos del Oviedo. Ahí está Javi Mier, reconvertido a mediapunta, ojito derecho del técnico navarro en El Requexón. Cuentan en la ciudad deportiva del Oviedo que Mier es el ejemplo perfecto de jugador del gusto de Cuco. Disciplinado en lo táctico, fuerte en lo físico, acude raudo a la presión y se asocia rápido. Un chico para todo. Un “motorín” para Ziganda. Un perfil completamente opuesto al de Riki, con el que ahora compite por una posición. El Cuco le dio ayer a Mier el premio de la titularidad. No partía de inicio desde septiembre, en el duelo ante el Espanyol. Dejó buenos momentos de fútbol en el inicio del partido en Lugo, sobre todo cuanto más bajaba a recibir al centro del campo, su lugar natural. Cerca estuvo de meter un gol tras una filigrana de cine.

Las claves de Tejera y Edgar

Que no pillen un resfriado Tejera o Edgar. Eso piensan en el Oviedo. La pareja catalana se ha convertido en una de las mejores noticias en el panorama azul en este primer tramo de Liga. La contención que aporta Edgar, además de la llegada, han provocado también la vuelta del mejor Tejera, que parece incluso más fresco que en su primer año de azul. El problema a la larga, en una categoría dura como es Segunda División, es que no tienen recambio (real). Jimmy y Aburjania serían los sustitutos, aunque apenas están entrando en la dinámica de grupo. Mientras, Tejera y Edgar lo juegan todo. El capitán ha disputado todos los partidos y solo salió desde el banquillo en uno, en aquella revolución fallida de Leganés. Edgar solo se perdió un partido, también el de Butarque, en su caso por sanción. La pareja catalana empieza a necesitar un descanso por lo que pueda pasar.

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