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El análisis del Oviedo-Alcorcón: Orgullo, valor y garra, pero poco fútbol

El equipo azul, que al menos intentó atacar ante un rácano Alcorcón, falto de talento en un duelo clave

Sangalli, en el área del Alcorcón

No habían pasado ni cinco minutos de partido cuando Christian, el favorito de Anquela en su etapa en el Oviedo, vociferó lo que sería la clave del encuentro: “Ya habéis visto lo que hay: a pelear”. Lo dijo el cántabro después de que el equipo azul recibiese una falta casi en cada jugada. Porque el Alcorcón se olvidó del fútbol y planteó una guerra de guerrillas. Y eso fue el duelo: más que un partido, una pelea. El equipo alfarero, por momentos, renunció incluso a atacar, encantado en el barullo. Planteamiento rácano que puede acabar siendo efectivo. “Patapúm pa’ arriba” y a vivir. La eterna crítica a Anquela en su etapa en el Oviedo, el conformismo, le sirvió al jienense para sacar petróleo en el Tartiere. El 1-1 final para el Oviedo en una tarde de perros pudo ser incluso peor. Le puso casta el Oviedo, le puso la garra necesaria para al menos empatar un partido que se puso cuesta arriba a falta de tres minutos –VAR mediante–. El Oviedo tuvo valentía y empuje, no así fútbol. Lo intentaba, pero no lo lograba. Faltó talento. En el partido del ser o no ser para el Oviedo, la oportunidad para dar un estirón y mirar arriba, el equipo azul no pudo. Se queda el 15.º, un puesto que hace no mucho estaría casi prohibido y ahora se admite porque la exigencia ha caído en picado. Evidente paso atrás en el primero de cuatro duelos de diciembre que se antojan claves para descifrar el rumbo de los azules. Después vendrá el mercado...

Alarma en la defensa y en el medio, ¿Edgar central?

Alerta roja. Por lesiones y por tarjetas. El Oviedo se dejó ayer más de dos puntos ante el Alcorcón. Christian vio la quinta amarilla y no podrá jugar ante el Sabadell. Y Tejera, faro del equipo y el hombre más en forma, es seria duda. El catalán abandonó el campo con molestias y, a falta de conocer los detalles de su dolencia, su estado físico preocupa y mucho en el club porque el boquete en el centro del campo puede ser de aúpa. Grippo también tiene molestias y si no llega al domingo el que jugará de central será Edgar, que retrasará su posición. Jimmy o Mier serían, a su vez, los posibles sustitutos del pivote. Pero, ¿qué hacer si falta Tejera? La opción natural es Aburjania, pero Ziganda no se fía. No lo ve apto para aportar y prefiere esperar. Otra opción sería Riki, que apenas cuenta. Sea como sea, serios problemas.

Lucas vuelve a ganar a Mossa y el Oviedo busca lateral

Cuando parecía que Mossa ya era fijo para Ziganda, se volvió a colar Lucas. El canterano azul fue titular ayer por delante del valenciano, que ante el Almería dejó una de esas jugadas dignas de meme, aunque cumplió en el resto del partdo. El Cuco decidió optar otra vez por Lucas en una posición muy sensible. Y es que el Oviedo pretende reforzarse en invierno con un lateral izquierdo. No es la prioridad, pero sí una petición de Ziganda a dirección deportiva, que ya rastrea el mercado. Las condiciones del lateral que se busca son las mismas que en verano: velocidad y buen toque de balón.

El Oviedo no entiende el VAR: ya van siete partidos con jugadas polémicas

El cabreo del Oviedo con los arbitrajes va en aumento. Ayer, más leña con Pérez Pallas en el VAR. Un posible penalti de Boateng a Borja en la primera parte encendió la mecha. Eso, y varias faltas del Alcorcón sin amarilla. Analizando partido a partido, parece que el Oviedo tiene razones para sentirse perjudicado en este inicio. En siete partidos de dieciséis ha habido acciones polémicas con el VAR. Desde aquel posible penalti a Viti en Miranda al de ayer a Borja. El enfado azul es precisamente por el comportamiento de los colegiados con el videoarbitraje. Porque el penalti en contra del Oviedo parece no ofrecer discusión: mano clara. Lo que no entiende el Oviedo es por qué unas jugadas son revisadas y otras no, como el posible penalti de ayer a Borja o el de Sangalli ante el Almería. Al asistente arbitral que fichará el Oviedo, Fernández Miranda, se le acumula el trabajo.

Los paseos de Anquela y su indicación más repetida: “¡Despeja!”

Pasito para adelante, hacia atrás. Me pongo bien la mascarilla. Me lamento. Y a dar voces. Ese ritual de gestos que tantas y tantas veces presenció el Tartiere, regresó al templo ovetense, pero en el banquillo rival. Anquela, visitante ilustre, volvió a la que fue su casa y cerca estuvo de cantar bingo bajo la lluvia. Se nota que el jienense fue feliz en Oviedo. Se le notaba ayer antes del partido mientras hablaba con empleados azules, con los que tanto compartió. Pura nostalgia. Luego saludó cariñosamente a Ziganda y, una vez en faena, ya no hay amigos que valgan. Anquela fue un volcán de gestos e indicaciones a sus jugadores durante todo el partido. No paró. Literalmente. Estuvo especialmente encima de David Fernández, ex del Oviedo, a quien le mandaba ordenar la defensa. Y, cuando algún jugador se metía en algún lío innecesario, Anquela lo tenía claro: “¡Despeja!”.

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