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Segunda División | Los equipos asturianos

Marco Sangalli: “Claro que me veo cinco años en el Oviedo, por eso firmé la renovación”

“Me considero oviedista, pero nunca podré tener el sentimiento de Jimmy, Riki, Borja o Mier; por eso hay que apostar por la cantera”

Marco Sangalli, ante el cartel de bienvenida a El Requexón, después de un entrenamiento.. | | R. O.

Donostiarra, de padre y abuelos milaneses, habla cuatro idiomas y está cerca de acabar una ingeniería. Y también le da al balón. De una forma estupenda, por cierto. Marco Sangalli (San Sebastián, 1992) es el hombre del momento en el Oviedo. Es, seguramente, el mejor futbolista en lo que va de temporada y ha firmado una extensión de su contrato hasta 2023 (2024 si las partes no se oponen). Una apuesta a contracorriente para un futbolista a contracorriente.

Satrústegui, goleador histórico de la Real, es su tío abuelo. Miguel Fuentes, el que fuera lateral y posteriormente presidente txuriurdin, es su tío. Su madre fue internacional por España de baloncesto. Marco y su hermano Luca, jugador de la Real, estaban predestinados al deporte. El extremo atiende a LA NUEVA ESPAÑA para hablar del Oviedo, de Segunda y del fútbol. Y de mucho más.

–¿Cómo lleva la carga de partidos?

–Yo diría que bastante bien aunque nunca se sabe, hay que andar con cuidado. Nunca había estado sometido a un ritmo de partidos tan intenso, es una situación nueva para todos. Me parece más duro mental que físicamente.

–¿Es el momento más dulce de su carrera?

–Pues no sabría decirte. En Oviedo ya viví una buena época personal el año pasado, es más fácil cuando el entrenador confía en ti y te da protagonismo. Este año bajé un poco el nivel unas semanas pero después llegaron los partidos de Las Palmas y Zaragoza y ahí se vio mi mejor versión. Y la cosa es que no sé por qué se dan esas rachas.

–¿Y lo de los goles? Está a 2 de su récord.

–Ahí influye la experiencia, los automatismos que coges. Algún amigo me vacilaba diciendo que no tenía gol y ya tengo respuesta: llevo 9 en el Oviedo (risas). Te familiarizas con las situaciones de gol, afinas la intuición. También te digo que el año pasado llevaba cuatro asistencias a estas alturas y ahora ninguna.

En el primer partido, ante el Cartagena, había compañeros a los que no conocía; ahora la sensación es que vamos cada vez a más

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–¿Cómo ve al equipo?

–En juego yo le veo al alza. Hay que tener en cuenta que empezamos sin estar todos listos. En el primer partido, ante el Cartagena, había compañeros a los que no conocía (Sangalli estuvo aislado por haber dado positivo en covid). Nahuel, Gustavo… se fueron incorporando poco a poco. La sensación es que vamos cada vez a más.

–Una directa: ¿firma estar en marzo a 4-5 puntos del play-off?

–Uf... No sé. Mira que me gusta estas cosas de hacer cábalas. Es que el año pasado si te encontrabas a 5 puntos del play-off puede igual estabas a 3 del descenso… pero este año parece que habrá más diferencia entre los de arriba y los de abajo. Estar a 4 del sexto a falta de 10 partidos no es mala situación pero prefiero no firmar nada.

–Usted se crio en la Real. ¿Apuesta por la cantera?

–Por supuesto. Por una cuestión de identidad que tiene una gran importancia. Mira, yo me considero oviedista, pero nunca podré tener el sentimiento de Jimmy, Riki, Borja o Mier; por eso hay que apostar por la cantera. Porque son del Oviedo de toda la vida. Y eso es un plus.

Luca y Marco Sangalli sostienen un trofeo tras un campeonato ganado por el oviedista.

–Un tema polémico: el VAR.

–Soy defensor de aplicar la tecnología y que sirva para impartir justicia pero su funcionamiento deja muchas dudas. Yo estoy jugando y me da la sensación de que el que decide no es el árbitro con el hablo, que es otro en una sala. Y hay un par de cosas que me llaman la atención.

–¿Por ejemplo?

Me da la sensación de que hay árbitros que, por su experiencia o personalidad, tienen mucha influencia sobre el criterio de otros. Que si hay un veterano en el VAR va a tener mucho peso sobre otro más joven en el campo, y viceversa.

Me da la sensación de que hay árbitros que, por su experiencia o personalidad, tienen mucha influencia sobre el criterio de otros

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–¿Algo más?

–La velocidad con la que analizan. Yo, que soy muy expresivo, a veces reclamo una acción y el árbitro me dice que ya la han visto y le dicen que no hay nada. ¡Pero si han pasado 5 segundos! Supongo que me lo dirán para quitarme de en medio (risas).

–¿El VAR crea inseguridad?

–Algo de dudas, sí. Cuando marcamos contra el Alcorcón pensé “algo pasó y nos lo anulan. A ver si Obeng que tiene el dedo muy largo lo tenía en fuera de juego…”.

–¿Se juega más tranquilo cuando tiene el contrato asegurado hasta 2023?

–En realidad no, porque en el campo te olvidas de todo.

–¿Se ve 5 años en el Oviedo?

–Sí, claro que me veo. Si no, no hubiera firmado la renovación. Es un reto y sería bonito estar 5 años aquí. A mí me gusta la estabilidad. Y sería importante, además, confiar en el bloque, como hizo el Cádiz.

–¿Cómo fue la renovación?

–Muy rápida. Las dos partes estábamos de acuerdo, sabíamos lo que queríamos. Lo hemos llevado con discreción aunque ya vi que salió publicado en LA NUEVA ESPAÑA.

–Su historia familiar tiene miga. Ascendencia italiana...

–Mis abuelos son de Milán. Emigraron a Vergara (Guipúzcoa) hace 60 años, mi padre tenía 7 u 8. Mi abuelo era ingeniero y se trasladó por trabajo. Y hasta ahora. Siempre digo que mis abuelos siguen viviendo en Italia: tienes que ver esa casa, es italiana cien por cien. Cada vez que voy a verlos, pasó de Donosti a Milán en un momento.

–¿Inter o Milán?

–¡‘Rossoneri’ siempre! Aunque a mi abuela le tira más el Inter.

–Hablará italiano...

–Más o menos, entiendo mejor que hablo. Mis abuelos han empezado a hablarme en italiano ahora, que tienen 90 años. Y yo les digo que ya podían haberlo hecho cuando era más pequeño, así ahora lo dominaría bien.

–¿Qué más idiomas habla?

–Euskera, y me defiendo con el inglés también. Pero nada que ver con mi padre: habla italiano, español, inglés, francés y portugués.

–Su tío es Fuentes, histórico lateral de la Real. Presidente, después.

–Un referente para mí. Hizo una carrera exitosa y después fue presidente. Yo tenía 14 o 15 años y estaba en la cantera de la Real. No fue una situación fácil, la verdad. Primero, porque no puedes evitar los comentaros del tipo “este está ahí porque es sobrino del presidente”. Pero además fue una situación complicada en el club. Esas cosas terminan afectando, era un niño y lo pasé mal.

Luca Sangalli, Fuentes y Marco Sangalli. M. S.

–Y su tío abuelo, Satrústegui. Familia de deportistas.

–Y mi madre fue internacional con España en baloncesto. Mide 1,73, que para la época era una altura importante y tenía un juego muy físico. Jugaba de todo, de alero, de ala-pivot, de base…

–¿El derbi de Asturias o un Real-Athletic?

–Pues veo muchas similitudes. En los dos lados hay pique más allá de lo futbolístico. En política, en turismo… En muchas cosas. Pero hay cosas que son obvias: San Sebastián es más bonito que Bilbao y Oviedo que Gijón (risas).

–¿Qué es lo que más le gusta del fútbol?

–El juego en sí: me encanta competir. Que la gente te aplauda, te silbe... Sentir que es un juego. El deporte, en suma.

–¿Y lo que menos?

–Algunas cosas aparejadas a la vida del futbolista. Soy consciente de que soy un privilegiado y no me quejo, pero sí hay cosas que cambiaría. Lo hablo mucho con mis amigos, siempre me dicen que qué suerte tengo, que se cambiarían por mí. Y lo entiendo, pero también he tenido que hacer algunos sacrificios, a lo largo de mi vida. Pero, en suma, me encanta el fútbol y soy consciente de la suerte que tengo.

–Decía un jugador azul que en Oviedo se es futbolista 24 horas, hasta para comprar el pan.

–Estoy de acuerdo. A mí la presión me parece bonita y aquí se vive con pasión, es verdad. En dos años en Alcorcón nadie me preguntó si era futbolista. Podía ser un deportista o un Erasmus. Aquí no hay día que no me lo recuerden.

Odriozola, Marco y Luca Sangalli. M. S.

–¿Y si no fuera futbolista?

–El día que el fútbol me deje de motivar, de enganchar, me pongo con los 60 créditos que me quedan de la carrera (ingeniería civil) y a otra cosa. Supongo que sería ingeniero pero me hubiera perdido esa sensación indescriptible de meter un gol en el último minuto. Esa facilidad para que se te pongan los pelos de punta te la da el fútbol.

–¿Cómo se ve cuando tenga 50 años?

–No me importaría seguir ligado al fútbol, aunque no sé lo que pasará. Si no, supongo que en el mundo de la empresa. Tendría que acabar la carrera, hacer un máster… La parte técnica de la ingeniería me gusta menos, así que me veo más dirigido hacia la empresa.

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