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Los carbayones de sangre azul: ovetenses que jugaron en el Oviedo

La doble vida de Jaime: de jugar en el Oviedo en Primera a acabar dos carreras universitarias

Con Ingeniería Química y ADE, y ahora funcionario en la Consejería de Hacienda, siempre tuvo claro que tenía que compaginar deporte y estudios

Jaime, con la camiseta de una de sus temporadas en el Oviedo, en la sede de LA NUEVA ESPAÑA. | Julián Rus

Jaime Jordán de Urries Fernández (Oviedo, 2-2-1977) es uno de los pocos ex jugadores del Oviedo que compaginó el fútbol con sus estudios universitarios. Jaime lo tuvo claro desde el principio y su familia también. “En alevines, cuando ya estaba en el Oviedo, mi madre me lo puso claro, si quería jugar al fútbol la condición no era solo aprobar, no podía bajar las notas que tenía. Como tenía muchas ganas de jugar al fútbol, no me quedaba otra que mantener el nivel que tenía en los estudios”. Eso le permitió acabar dos carreras, Ingeniería Química y ADE, y llegar a Primera División con el Oviedo, un sueño al alcance de muy pocos.

Jaime comenzó a jugar a fútbol con el equipo de Deportes Marigil antes de llegar al Oviedo en el primer año de alevines. Pasó por todas las categorías del club y en juveniles, en la temporada 94-95, llegó a debutar con el Vetusta con 17 años. En la siguiente, jugó con el filial en Tercera División e hizo la pretemporada con el primer equipo. Jaime debutó con el Oviedo en Primera División en la 96-97. Había realizado la pretemporada con Juanma Lillo e incluso fue convocado para varios partidos de la Copa del Rey, pero su debut se produjo en el penúltimo partido de Liga, ante el Valencia, en Mestalla. Novo, que había sustituido a Lillo en el banquillo, era el entrenador, y el centrocampista entró al campo a falta de siete minutos para el final para sustituir a César -ahora director de relaciones institucionales del club-. Jaime se acuerda de su debut, pero más de que cuando Novo le llama para entrenar con el primer equipo: “Llevaba solo dos semanas de prácticas de laboratorio en la facultad de Químicas y me permitió incorporarme más tarde. Para un jugador que crece desde pequeño en el Oviedo, debutar con el primer equipo y en Primera División fue una ilusión muy grande”.

"Para un jugador que crece desde pequeño en el Oviedo, debutar con el primer equipo y en Primera División fue una ilusión muy grande”.

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La siguiente temporada, la 97-98, con Tabárez en el banquillo del Oviedo, Jaime compagina el filial con el primer equipo, una campaña en la que fija su recuerdo en el partido de promoción de descenso ante Las Palmas. Con Paulo Bento lesionado, Jaime es titular en el primer encuentro disputado en el Tartiere. Con muchas bajas y Las Palmas como favorito, el Oviedo solventa con solvencia el primer partido con un 3-0, con dos goles de Iván Ania y otro de Dely Valdés. “Es uno de mis mejores recuerdos con el Oviedo, por su trascendencia y por el ambiente del Tartiere”, señala.

La temporada siguiente llega al banquillo del Oviedo Fernando Vázquez, con Jaime ya con ficha del primer equipo. Fue su campaña más completa en Primera División, llegando a ser internacional sub-21. “Fue el técnico que más apostó por mí. Fui titular desde el primer partido y el equipo tuvo una temporada muy tranquila, más de lo que al final reflejó la clasificación”, expone.

Jaime, con el Oviedo

Jaime no tuvo continuidad en el equipo con la llegada de Luis Aragonés en la temporada 99-2000 en la que sólo jugó un partido de titular y en la siguiente, con Antic en el banquillo azul, Jaime no tiene protagonismo en el tramo inicial e incluso llegó a plantear la posibilidad de salir cedido en busca de minutos. Sin embargo, todo cambió en la recta final de la Liga, fue titular y además destacado. Marcó el gol del triunfo en el Camp Nou ante el Barcelona, partido que parecía certificar la permanencia del equipo, pero el equipo acabó descendiendo en el último partido en Mallorca. 

En el anterior, el Oviedo recibía al Madrid en el Tartiere. El equipo de Del Bosque llegaba ya con el título de Liga y conjunto azul necesitaba ganar para asegurar la permanencia. Los azules jugaron toda la segunda mitad con un menos por la injusta expulsión de Oli. Eso condicionó el resto un partido que acabó con empate a un gol y con una jugada en la retina de todos los aficionados, una clara ocasión fallada por Jaime en el tramo final del encuentro. Jaime señala que “volví a ver el partido durante el confinamiento. A pesar de jugar con uno menos durante toda la segunda parte, tuvimos muchas ocasiones para ganarlo. Todo el mundo recuerda de ese partido la ocasión que fallé, quizás porque era al final y ya no quedaba tiempo para más, pero yo fui también el que marcó el gol del Oviedo. Si Oli no hubiese sido expulsado, creo que habríamos ganado seguro. No lo hicimos y luego se consumó el descenso en Mallorca. Fue una frustración y una gran decepción”, recuerda.

Jaime se lamenta de la ocasión fallada ante el Madrid.

La primera temporada en Segunda División, con Quique Marigil en el banquillo, es para Jaime “mi temporada más completa. Jugué todos los partidos y marqué siete goles”. Pero ahí ya percibe la cuesta abajo del equipo. “El ambiente entre la ciudad y el club se va enrareciendo y deportivamente lo acusamos”. Así se llega a la temporada 2002-2003, que Jaime califica como la “hecatombe” Con cuatro entrenadores en el banquillo, Marigil, Vicente, Miguél Sánchez y Rivas, “el equipo fue cuesta abajo desde el principio, a pesar de que había una plantilla con jugadores de experiencia en la categoría. No rendimos los suficiente. ¿Las razones? No las sé. La situación económica del club era muy mala. En enero se dejaron de pagar las nóminas e incluso hubo algún jugador que fichó en diciembre y no llegó a cobrar nunca… Es mi peor recuerdo en el Oviedo. Los jugadores fuimos responsables del descenso a Segunda B, pero no del posterior descenso administrativo a Tercera División”.

Amieva, Losada, Jaime y Paulo Bento.

En ese sentido, Jaime asegura que “el club no cumplió lo que acordaron con nosotros. Fuimos generosos y aceptamos cobrar unas cantidades muy inferiores a las que teníamos en nuestros contratos, pero al final no quiso darnos las garantías y la seguridad para poder cobrar”. Las denuncias de los jugadores acabaron con el descenso administrativo a Tercera División. Los futbolistas quedaron libres -aunque en el caso de Jaime acababa contrato- y el ambiente se encrespó todavía más. Jaime lo reconoce: “Había gente y, la hay todavía, que nos lo recrimina a los jugadores y nos echa toda la culpa, incluso lo llegan a personalizar como sucede en el caso de Oli, y me parece muy injusto”.

"Había gente y, la hay todavía, que nos recrimina a los jugadores el descenso a Tercera y nos echa toda la culpa, incluso lo llegan a personalizar como sucede en el caso de Oli, y me parece muy injusto”

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Tras su salida del Oviedo, Jaime juega dos temporadas en el Salamanca, en Segunda División, para posteriormente pasar al Eibar, en el que permanece temporada y media. En enero de 2007 deja el equipo armero y comienza a preparar oposiciones al Principado. Aunque no estaba entre sus planes volver a jugar, lo hace en la temporada 2007-08 en el Astur y la siguiente la empieza en el Marino de Luanco, hasta que en marzo de 2008 comienza a trabajar en el Principado. Tras aprobar las oposiciones, Jaime es ahora funcionario en la Consejería de Hacienda. Al volver la vista atrás es consciente de los sacrificios que tuvo que realizar para compaginar fútbol y estudios, pero no se arrepiente. “Muchas veces no podía seguir el ritmo de mis compañeros. Iba a una clase o a media en la facultad antes de ir a entrenar y luego volvía por la tarde, pero siempre tuve claro que tenía que compaginar las dos cosas”.

Jaime admite que sigue más ahora al Oviedo que hace unos años y se alegra de manera especial al ver que “llega gente de la casa al primer equipo. Creo que un club como el Oviedo debe apostar por esa política, por los jugadores de la cantera y darles confianza porque están demostrando que cuando se les ofrece la oportunidad, rinden al mismo nivel que el resto. Ahora, los equipos se caracterizan por demasiados cambios en sus plantillas de una temporada a otra y lo importante es poder establecer un proyecto a largo plazo en el que los jugadores de la cantera tengan un protagonismo destacado”.

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