La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un inicio de año que va para récord en el Oviedo: el peor desde 1992

El equipo azul solo arrancó un año sumando menos puntos que los tres de ahora hace 29 temporadas, cuando jugó la UEFA y acabó undécimo en Primera

19

Las imágenes del entrenamiento del Oviedo Miki López

El Oviedo de José Ángel Ziganda y Bingen Arostegi está firmando, tras la dolorosa derrota del sábado en Cartagena, el peor inicio de año azul de las últimas tres décadas. Para encontrar un botín por debajo de los tres puntos que ha sumado el equipo en los cinco primeros partidos de Liga de este 2021 –producto de tres empates– hay que remontarse a la campaña 1991-1992, cuando la mayor parte de los integrantes de la plantilla actual ni había nacido. Curiosamente, aquella fue de las campañas más brillantes de la historia del club, ya que disputó por primera y única vez una competición europea, la UEFA. Los oviedistas cayeron eliminados ante el Genoa tras sufrir un calamitoso arbitraje en el partido de vuelta en Italia.

Aquel “EuroOviedo” de hace 29 temporadas, asentado en Primera y dirigido desde el banquillo por Javier Irureta, terminó la temporada en una más que tranquila undécima posición. Sin embargo, en el mes de enero de 1992 sufrió un bajón incluso peor que el actual. La digestión del turrón navideño también fue pesada entonces. El Oviedo perdió en casa por dos a tres con el Logroñés, empató a cero en La Coruña ante el Dépor, sucumbió en el Tartiere por cero uno con el Albacete, volvió a perder por la mínima (1-0) en El Plantío ante El Burgos y cerró la racha negativa en Mallorca con la tercera derrota consecutiva. Un punto en cinco partidos.

Mucha posesión, pero muy poco remate. Como ya había sucedido una semana antes en el Tartiere ante el Albacete, el Oviedo tuvo mucho más el balón que el Cartagena en el partido del sábado –la proporción fue de 60 a 40 a favor de los azules–, pero los de Carrión remataron más del doble de veces que los de Ziganda. El dominio azul fue infructuoso, sin ideas para poner en apuros a la zaga local. El único disparo a puerta se produjo en el minuto 8 y fue obra de Leschuk. Está bien tener el balón, pero hay que saber para qué. Esto va de meter goles. Y a ser posible uno más el rival. A los azules se les ha olvidado esa norma básica. Llevan seis partidos sin cantar victoria y tres sin celebrar un gol. Preocupante.

Cambios que no cambian nada. Los jugadores que salieron desde el banquillo cuando el Oviedo ya estaba por debajo en el marcador, penalizado de nuevo por groseros errores defensivos, no aportaron absolutamente nada y estuvieron lejos de ser el revulsivo que necesitaba el equipo para revertir la situación. Fiel a esa norma que le impide realizar cambios antes de la hora de juego, a no ser por causa de fuerza mayor o riesgo de expulsión, el Cuco decidió mover el banquillo cuando se llegaba al minuto 60 de partido. Entraron Mier y Borja Valle. El berciano, único refuerzo invernal de los azules, sustituyó a un gris Borja Sánchez y pasó totalmente desapercibido. Luego saltaron al campo Rodri Ríos y Obeng, que tampoco inquietaron para nada a un Cartagena que es el equipo más goleado de Segunda.

Pleno de delanteros para una heroica imposible. El Oviedo no es un equipo que se despeine demasiado cuando se ve por debajo en el marcador. Ziganda no se tira al monte. Esta misma temporada ha sustituido en varias ocasiones a su “nueve” de referencia, Blanco Leschuk, cuando el equipo estaba perdiendo o empatando partidos que aspiraba a ganar. Sin embargo, en Cartagena acabó el choque con sus tres delanteros en el campo. Cuatro, si se cuenta también como tal a Borja Valle. Pese al inusual despliegue atacante, el Oviedo no consiguió inquietar a Chichizola, que tuvo una plácida tarde de estreno en el Cartagonova. Ni fútbol combinativo ni a la heroica. El Oviedo, con más delanteros que nunca, pero plano total con uno, dos y tres puntas, ni amagó con reaccionar.

Los riesgos del goal-average. Un gol arriba o abajo puede decidir un campeonato. Que se lo digan al Oviedo de Anquela, que en la temporada 2017-2018 se quedó sin promoción de ascenso por tener el goal-average perdido con el Numancia tras empatar ambos conjuntos a 45 puntos. Visto lo visto, y por mucho que desde el cuerpo técnico se insista en que aún hay tiempo para todo, mucho y muy rápido tienen que cambiar las cosas para que el objetivo final del curso vaya a ser el play-off. Mirando hacia abajo, el equipo ya tiene perdido el goal-average particular con el Logroñés, el Albacete y el Cartagena, tres rivales directos para evitar el descenso.

Compartir el artículo

stats