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La factura millonaria del césped del Tartiere, al detalle: más de millón y medio de euros en solo cinco años

El alquiler para cuatro años de las ocho nuevas lámparas de calor, como las de San Mamés, sale por algo menos de 400.000 euros

Las obras para cambiar el césped del Tartiere que se ejecutaron durante el verano de 2019. | Luima Murias

Los hasta ahora fallidos intentos de mantener en buen estado el césped del Carlos Tartiere durante toda la temporada han consumido más de 1,5 millones de euros durante el último lustro. Del total, 521.000 euros corresponden a los contratos municipales de mantenimiento, alrededor de medio millón a las lámparas de calor y una cantidad similar a los dos últimos cambios de césped llevados a cabo en el estadio. Sin embargo, como volvió a quedar de manifiesto en los dos últimos partidos disputados por los azules en su feudo, la importante inversión económica no se ha traducido todavía en un terreno de juego a la altura de lo que se espera de una entidad como el Real Oviedo.

La última esperanza para adecentar un campo que nunca ha estado bien desde su inauguración hace veinte años son las ocho lámparas de calor de tecnología holandesa que ha alquilado recientemente el club y que pasarán su primera prueba de fuego en el choque del lunes ante el Lugo. Se trata de un modelo como el que se usa para mantener San Mamés como una alfombra. Además, y entre otros, también se utiliza en los terrenos de juego del PSV Eindhoven (Holanda) y de Los Ángeles Galaxy (EE UU).

El sistema de elegido es el que ha recomendado la Liga. El coste del arrendamiento de las ocho lámparas que ya están en el Carlos Tartiere queda ligeramente por debajo de los 400.000 euros para un periodo de cuatro años. A esa cantidad habrá que añadir la factura eléctrica, de la que se hará cargo el Ayuntamiento tras alcanzar un acuerdo con la entidad azul. El contrato de alquiler suscrito por el Oviedo con la firma proveedora (SGL), que viene trabajando para los principales clubes europeos, entre ellos el Real Madrid y el Barcelona, incluye una opción de compra tras el primer año de uso.

Los expertos han llegado a la conclusión de que, a falta de una actuación en las capas más profundas del drenaje, la causa principal del mal estado que presenta ahora el césped del Tartiere reside en la escasa o nula iluminación natural en muchas zonas del campo. Las lámparas holandesas controlan todos los factores de crecimiento de la hierba –la luz, la temperatura, el CO2, el agua, el aire o la nutrición– lo que, según la empresa arrendadora, permite “un crecimiento óptimo del césped en cualquier condición, incluso en invierno”. En San Mamés, que también tiene problemas de sol, han dado gran rendimiento.

Dos jardineros, trabajando en el césped del Tartiere.

El Carlos Tartiere se levantó sobre un terreno arcilloso en el que antiguamente hubo una tejera y que presenta una humedad muy elevada. No es el emplazamiento más propicio para un equipamiento de este tipo, a la vista de la complejidad hidrogeológica del subsuelo. Baste decir que bajo el talud se ha detectado una aportación de agua a la zona del terreno de juego. Con tales antecedentes, el estadio se proyectó con una capacidad de infiltración basada en una red de tubos de drenaje en el fondo y cubierta por tres capas de elementos permeables, grava, gravilla y arena.

Con el paso del tiempo, esa capacidad de infiltración ha ido a menos, generándose, además, elementos químicos fitotóxicos. El resultado de todo ello, del agua y de la escasa luz solar, es un césped muy debilitado e incapaz de resistir en unas condiciones aceptables en cuanto arrecia el mal tiempo.

El Oviedo –que ya ha sido sancionado más de una vez por la Liga a causa de la paupérrima imagen que da su terreno de juego en las retransmisiones televisivas– trató de atajar la situación durante el verano de 2019, procediendo al cambio del césped del Tartiere. La inversión, asumida en su integridad por el club con un coste de unos 300.000 euros, incluyó también una actuación para la mejora del drenaje, pero se ciñó exclusivamente a la capa más superficial.

El estado del césped del Tartiere visto desde los exteriores del estadio antes de un derbi

Esta temporada, tras unos primeros compases de la competición en los que la hierba presentó un estado inmaculado, los problemas regresaron con el mal tiempo. Sin embargo, por lo que se ha podido apreciar esta semana, todo parece indicar que el terreno de juego estará bastante mejor el próximo lunes ante el Lugo.

El del verano de 2019 no fue el primer cambio de césped del Tartiere en los últimos años. El Ayuntamiento, que había acometido en 2015 una obra previa de 15.000 euros para instalar una nueva red de drenaje, ejecutó una primera renovación del terreno de juego de cara a la temporada 2016-2017. Sus resultados también fueron decepcionantes. En aquel entonces, la inversión fue de 193.600 euros y consistió en cambiar una capa de arena, aplicar un tratamiento de granilla y colocar tiras de tepes de cuatro centímetros de espesor. Nada impidió que buena parte del campo se volviera a convertir en un lodazal con la llegada del invierno: ni esta actuación sobre el terreno, ni la posterior adquisición por parte del club de las cuatro primeras lámparas con las que se buscó mejorar el estado del terreno de juego en el otoño de 2019. El gasto en ese sistema de calor rondó los 120.000 euros.

A la vista del mal estado del campo y de las dificultades para lograr que el Tartiere presente unas mínimas condiciones en invierno, los contratos que se han ido firmando de 2015 hasta la actualidad para que una firma externa se encargue del mantenimiento del césped suman 521.000 euros de fondos municipales. A esa cifra hay que sumarle el desembolso que se ha hecho desde el club, que asumió el mantenimiento del terreno por un año el pasado agosto.

El Ayuntamiento se reúne con Jarpa. El Ayuntamiento de Oviedo tuvo una reunión ayer con la empresa Jarpa, encargada del cuidado del césped azul, para organizar toda la logística referente al mantenimiento de las nuevas lámparas. En los próximos días también habrá una reunión con el club para decidir aspectos como el montaje, el transporte y el almacenaje.

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