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Los siete retos del Cuco en el Oviedo: de mejorar en el Tartiere a encajar más los fichajes

El equipo azul, penalizado por el gran número de empates, solo superado por el Fuenlabrada, y por el escaso rendimiento de numerosos fichajes

José Ángel Ziganda. | Luisma Murias

José Ángel Ziganda llegó hace un año al Oviedo con el equipo en una situación límite y cumplió el exigente objetivo para el que fue reclutado por Arnau: mantener en Segunda a un equipo que parecía muerto cuando fue cesado Rozada. Doce meses después, en una circunstancia no ideal pero sí considerablemente mejor de la que se encontró en febrero de 2020, el Cuco afronta varios retos cuando se acerca el momento decisivo de la temporada.

La tabla dicta sentencia. A Ziganda, como él mismo ha reconocido, nadie en el club le exige ni le ha puesto como objetivo irrenunciable el play-off de ascenso. La plantilla tampoco ha sido confeccionada para estar sí o sí en los puestos de promoción. Sin embargo, no es menos cierto que el Oviedo tiene potencial y en algunas fases de la temporada ha hecho méritos para encontrarse en una situación más desahogada de la que vivió tras las derrotas ante el Albacete y el Cartagena. El equipo del Cuco, que hoy es decimocuarto en la tabla, no ha pasado todavía de la undécima posición en la liga. Mejorar ese registro se antoja el reto principal del técnico navarro, directamente relacionado con una mejora del juego, que llegó a ser brillante en algunas fases de la primera vuelta y se cayó con el inicio del este año. La victoria del lunes ante el Lugo, cuando los azules apuntaron una ligera mejoría pero sin alcanzar su mejor versión, puede ser un punto de inflexión.

El Tartiere, un fortín a recuperar. Esta temporada, sin público en las gradas, el estadio municipal de La Ería ha dejado de ser una plaza fuerte y esa es una de las claves para que el equipo no haya conseguido remontar el vuelo. El Oviedo está despachando como local la peor campaña desde que regresó a Segunda en la temporada 2015-2016. Los pupilos de José Ángel Ziganda han conseguido cuatro victorias en los trece partidos disputados en el Tartiere en estas primeras 25 jornadas de competición. Fueron ante el Sporting, el Castellón, el Tenerife y el Lugo. Los otros nueve choques en casa se saldaron con cinco empates (Cartagena, Rayo Vallecano, Fuenlabrada, Alcorcón y Mallorca) y cuatro derrotas (Espanyol Logroñés, Almería y Albacete). En total, 17 puntos de 39 posibles. Es decir, menos de la mitad (43%), con diecinueve goles a favor y catorce en contra. Contra lo que ha venido siendo habitual en el club en su historia más reciente, este Oviedo saca casi tantos puntos fuera –14 en lo que va de curso– como en casa. Mejorar las cuentas en el Tartiere es otro de los retos que afronta el Cuco.

Ziganda, en El Requexón

Los córners y faltas, un dolor de cabeza continuo. La estrategia defensiva se ensaya de manera habitual e intensa en El Requexón, pero ese trabajo no ha tenido reflejo sobre el terreno de juego en demasiados partidos. Se trata de una faceta que, tal y como han reconocido el técnico y el capitán Tejera, ha penalizado mucho a los azules en lo que va de temporada. El Oviedo lleva encajados catorce goles en jugadas de estrategia, siete de ellos en saque de esquina. Se trata de una cifra demasiado alta para un equipo que tenga otra aspiración que mantener la categoría. Nadie en Segunda División está concediendo más que los oviedistas en ese tipo de lances. Por poner los ejemplos más cercanos, el gol que supuso la derrota ante el Albacete vino precedido de un error individual de Christian Fernández ante Zozulia. En Cartagena fue Rubén Castro quien aprovechó el fallo de Lucas Ahijado para encarrilar el partido a favor de los blanquinegros. La sangría se contuvo el lunes pasado ante el Lugo y queda por saber si la herida cicatriza del todo. Aunque en estas jugadas prima lo individual, con marcajes al hombre por parte de los azules, la mejora del saldo defensivo a balón parado es otro de los retos de Ziganda para lo que queda de ejercicio. Una clave para evitar que se le escapen partidos controlados o en los que el Oviedo es superior al rival.

La cantera, el futuro a consolidar. Ziganda ha apostado por varios futbolistas de la casa por encima de otros que parecían más contrastados. El técnico navarro tiene gran fe en jugadores como Javi Mier, Lucas, Obeng, Jimmy o Viti, a los que ha mantenido en situaciones complicadas. Se trata de una política que el entrenador parece dispuesto a confirmar en lo que resta de campaña, y también en el caso de que firme la renovación. La mala marcha de los principales equipos de la fábrica azul –Vetusta y División de Honor– dificulta que el número de canteranos en la primera plantilla vaya a más, aunque sí que podría encontrar hueco la campaña que viene Riki, cedido al Racing de Santander este mercado de invierno. Se trata de uno de los jugadores más prometedores de esta hornada de canteranos azules.

Ziganda

Segundos en empates, un paso demasiado corto. El Oviedo es, tras el Fuenlabrada, su próximo rival, el equipo que más empata de la categoría. Los azules llevan firmadas diez tablas en lo que va de liga, cinco en casa y cinco fuera. El dato puede confirmar que el equipo, salvo raras excepciones, compite y que resulta complicado meterle mano. Ahora bien, no es menos cierto que ir de uno en uno es un paso demasiado lento para un club con expectativas de estar en la zona noble o, cuando menos, desahogada de la tabla. El Oviedo solo ha perdido en lo que va de campaña dos partidos más que el Espanyol, pero los periquitos van segundos en la clasificación con 49 puntos y los azules decimocuartos con 31. La gran diferencia estriba en que los catalanes solo han cedido cuatro empates. Los mismos que el Almería y el Leganés, tercero y cuarto, respectivamente. El Rayo, que ocupa el último de los puestos que dan acceso a la promoción de ascenso, ha perdido los mismos partidos que el Oviedo. Sin embargo, ha empatado la mitad y, en consecuencia, le saca diez puntos de ventaja. Lograr que esos partidos igualados o en los que el Oviedo está siendo mejor terminen con tres puntos, y no uno, en el zurrón azul se revela como otra de las claves para José Ángel Ziganda en el tramo final de la presente temporada.

Escaso protagonismo de los fichajes. La mayor parte de fichajes que han llegado este curso a Oviedo no han cumplido o no están cumpliendo las expectativas. Femenías, Edgar y Nahuel son las excepciones, porque teóricos refuerzos como Cedric Teguía, Aburjania o Rafa Mujica apenas contaron para el técnico en la primera vuelta y se han ido en el mercado de invierno en busca de unas oportunidades que no tuvieron en la capital de Asturias. El portero brasileño Brazao llegó como teórico titular, pero se ha tenido que conformar con el banco ante el buen desempeño de Femenías. En todo caso, en los dos partidos de liga que disputó no dio el nivel como para seguir en el once titular. Por su lado, Blanco Leschuk, fichado para poner la guinda a la plantilla con un atacante de garantías, lleva una trayectoria claramente a la baja. Cierto es que en su trayectoria nunca descolló por ser un goleador puro, pero sus registros en el Oviedo empiezan a ser decepcionantes. Con cuatro tantos en su haber, el argentino no ve puerta desde hace ya más de dos meses, concretamente desde el 11 de diciembre de 2020, cuando los azules vencieron cómodamente al Tenerife por cuatro goles a dos y el Tiburón hizo los dos primeros en apenas siete minutos de juego. Borja Valle, el único refuerzo de invierno, cuenta más bien poco para el técnico y solo lleva 93 minutos disputados. Ha participado en cinco partidos (uno de Copa y cuatro de Liga) desde que regresó a la capital del Principado a finales del pasado diciembre. El pasado lunes, ante el Lugo, en un encuentro que se presentaba clave para que los azules sacasen la cabeza, el berciano ni salió al campo.

La renovación, ralentizada. La renovación del Cuco parecía una prioridad del club el pasado diciembre, después de que el equipo se asomara a la mitad de la tabla y ofreciera unas sensaciones positivas para ir pensando en algún objetivo más ambicioso que la mera permanencia. La negativa racha de seis partidos sin conocer la victoria enfrió el asunto, aunque la entidad está por la labor de que el Cuco siga, al menos, una temporada más al frente del equipo.

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