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El Tiburón Blanco del Oviedo tiene hambre de gol

Leschuk, que lleva cuatro tantos de azul, se centra en el partido del lunes en Fuenlabrada para cortar una racha sin ver puerta que supera los dos meses

Leschuk, en el partido ante el Málaga

Gustavo Exequiel Blanco Leschuk, apodado “el Tiburón”, tiene hambre de gol. El ariete azul espera romper en el estadio Fernando Torres de Fuenlabrada una racha sin ver puerta que supera ya los dos meses de duración. La última vez que el argentino consiguió perforar la meta rival fue el 11 de diciembre de 2020 ante el Tenerife en el Carlos Tartiere, cuando logró en apenas siete minutos dos de los cuatro tantos que lleva de azul. Desde entonces, han transcurrido siete jornadas consecutivas de sequía para un delantero que nunca destacó por firmar unos grandes números como goleador –y el Oviedo era consciente de ello cuando le reclutó a préstamo hasta final de temporada– pero al que le empieza a pesar una situación que se agrava porque sus compañeros de ataque –Obeng y Rodri Ríos– tampoco se están mostrando especialmente resolutivos de cara a portería. Leschuk sabe que necesita marcar cuanto antes y trabaja duro para ello: entrena muchas veces en doble sesión por su cuenta y se cuida al máximo en las comidas. Físicamente está como un toro y sus compañeros no dudan de que el gol no tardará en llegar.

Gráfico

“Gustavo no es un futbolista egoísta, para él predomina lo colectivo y que el Oviedo gane. Eso es lo importante y no marcar si pierde el equipo”, explican desde el entorno de un futbolista que no puso mala cara cuando el Cuco Ziganda le cambió en varios partidos en los que el equipo necesitaba apretar en ataque cuando iba empatado o por debajo en el marcador. “Él sabe que el fútbol es cuestión de rachas y que el gol va llegar”, subrayan las fuentes cercanas al futbolista que ven a Blanco Leschuk –un trotamundos del fútbol que ha pasado por Ucrania, Marruecos, Turquía o Suecia– “feliz” en la capital de Asturias.

A sus 29 años, el espigado Blanco Leschuk, de 1,91 metros de altura, está ofreciendo en Oviedo un comportamiento como goleador muy similar al que dio en Málaga hace dos temporadas, en la que fue su primera experiencia en el fútbol español. Disputó 39 jornadas de liga y acabó el curso 2018-2019 con nueve dianas en su haber. A estas alturas de la campaña, el Tiburón llevaba materializados seis goles con los malacitanos, dos más que los anotados hasta la fecha con el Oviedo. Adrián González, el hijo del madridista Míchel, fue el máximo artillero de los de La Rosaleda aquel curso, con diez dianas.

Con 1.378 minutos disputados de azul, Blanco es el noveno jugador más utilizado por el Cuco en lo que va de campeonato. Debutó en la jornada quinta en el derbi que el Oviedo ganó al Sporting y, desde entonces, ha participado en diecinueve choques, todos ellos de titular menos uno, el disputado ante el Leganés en Butarque, donde Obeng fue el ariete titular. El Cuco le ha sustituido en doce ocasiones.

Los cuatro tantos que lleva Leschuk en el Oviedo marcan un promedio de un gol cada 344 minutos, con una media de 0,21 goles por cada partido disputado. En los 19 encuentros que ha jugado, el argentino ha realizado 25 remates, lo que quiere decir que convierte el 16% de sus lanzamientos a puerta.

Leschuk sustituyó en el frente del ataque azul a Alfredo Ortuño, que estuvo la pasada temporada en el Oviedo cedido por el Albacete, club al que ha regresado esta campaña. El artillero murciano, de unas características diferentes a las del argentino, acabó con catorce goles el agónico curso en el que se rozó el descenso. Cuatro de ellos fueron de lanzamientos desde el punto de penalti.

En esa faceta, Leschuk ha marrado el único penalti que ha tirado para el Oviedo. Fue ante Las Palmas en el estadio Insular, aunque el fallo del ariete no incidió en el resultado final. El Oviedo consiguió imponerse por un gol a dos en uno de sus partidos más solventes del curso. Desde aquella jornada diez de la liga, los azules no volvieron a disfrutar de una pena máxima a favor hasta el pasado lunes en el Tartiere ante el Lugo. Lo lanzó y marcó Tejera, con Leschuk sobre el campo. El catalán había convertido ante el Sporting el primero de los tres penaltis a favor que lleva el Oviedo esta temporada.

Leschuk se estrenó como goleador con el Oviedo en Zaragoza, un mes después de su debut de azul ante el Sporting. Un tanto importante para él y para el equipo, por cuanto fue el de la victoria azul por uno a dos en La Romareda. Christian Fernández había adelantado a los maños con un gol en propia puerta antes de que Borja Sánchez estableciera el empate momentáneo en el marcador.

El argentino no tardaría en volver a mojar. Dos jornadas después del triunfo en tierras aragonesas, Gustavo Blanco Leschuk convertía en el Carlos Tartiere el 1-1 ante el Almería, que se impuso finalmente por uno a dos. A los quince días, en el mejor tramo de los azules y del argentino en lo que va de campaña, el ariete fulminaba al Tenerife con dos goles en los siete primeros minutos de un partido que terminó ganando el Oviedo por cuatro a dos.

Tras aquella goleada a los chicharreros al Oviedo se le apagó la luz. También a Leschuk. El equipo no logró más victorias hasta el pasado lunes frente al Lugo y el argentino no ha vuelto a ver puerta desde entonces. La cita del Fernando Torres está marcada en rojo por el Oviedo para confirmar que lo de enero fue un bache pasajero y para saciar el hambre de gol del Tiburón Blanco.

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