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Borja Valle. Jugador del Real Oviedo

Borja Valle responde a todo: “En el Oviedo no hay menos exigencia, lo que hay es coherencia”

“Estoy bien, mi forma de ser no va de crear problemas, he venido a sumar y si me he encontrado algo bueno ha sido el vestuario”

Borja Valle, en El Requexón

Dice Borja Valle (Ponferrada, 1992) que esperaba jugar más, pero que asume la realidad. También dice que habla mucho con Ziganda. Que incluso discute con él cuando tiene que hacerlo. También recalca que no es que la exigencia con el Oviedo haya disminuido respecto a su anterior etapa, sino que ahora hay “coherencia” con los objetivos. Lo asegura el berciano a LA NUEVA ESPAÑA antes de recibir mañana al Zaragoza en el Tartiere (21.00 horas, Gol). Al atacante del Oviedo le duele el modelo del fútbol actual, centrado, dice, en el dinero. También le duele el empate ante el Fuenlabrada del pasado lunes. Él participó en la jugada del segundo gol azul.

–¿Gol en propia o suyo?

–Lo dieron en propia, pero no iba mal dirigido. Lo malo es que la alegría nos duró unos treinta segundos.

–¿Todavía escuece ese empate?

–Cuando lo tienes en la mano, en un campo tan complicado como el del Fuenlabrada... es duro que en treinta segundos se te vaya todo. Intentamos analizar los errores, no confiarnos, y trabajar bien ese segundo en el que llegamos tarde.

–¿Qué está haciendo mal el Oviedo para estar abajo?

–Conozco muy bien la categoría y es muy complicada. Tenemos que tener un sello de identidad y de hecho creo que lo tenemos. Un rival sabe que al Oviedo no le va a ganar 4-0, que peleamos hasta el final. Esa identidad está marcada y la temporada es larga e intensa. Yo confío en este equipo.

–¿Qué identidad es esa que está marcada?

–Somos duros, intensos, correosos y serios. Así la describiría. Luego está el fútbol, que es un deporte que es de errores más que de aciertos.

–¿Qué le diría a un oviedista pesimista que hubiese tirado ya la toalla con este equipo?

–Más que a los pesimistas, se lo diría a las personas que siguen el fútbol. Que sean conscientes de que es complicado y que lo intentamos hacer lo mejor posible. Para lo bueno y para lo malo queda mucho tiempo todavía.

Borja Valle Real Oviedo

–¿Usted cómo lo lleva?

–Estoy bien, mi forma de ser no va de crear problemas ni tengo nada negativo en mi entorno. He venido a sumar, si es jugando más, mejor; si no, lo que me toque. Quiero que se me recuerde por estar preparado.

–Los minutos que ha jugado...

–(Interrumpe) Que han sido pocos, pocos...

–¿Esperaba jugar más cuando llegó?

–Puede ser, puede ser. Cuando tomas una decisión sí que puedes tener otro pensamiento o esperanza. Todos somos egoístas, pero asumo la realidad.

–¿Habla con Ziganda sobre su participación?

–Tengo buena relación con él, abierta y sincera. Discutimos cuando tenemos que hacerlo y desde el primer día he tenido muchas conversaciones con él.

–¿Y qué le pide?

–Me pide que aporte, que sume, y me dice que es complicado entrar, que hay varios jugadores. Yo tengo que estar centrado. Lo único que quiero es sumar y estar disponible para cuando se me requiera.

–¿Cómo se lleva la competencia? ¿No son demasiados para un solo puesto?

–Este año no es difícil llevar la competencia. Si me he encontrado algo bueno es el vestuario. Todos somos muy coherentes y no hay ningún tipo de problema.

Borja Valle, esta semana Real Oviedo

–¿Va a ser titular ante el Zaragoza?

–Si lo supiese se lo diría... No lo sé.

–Usted ya estuvo en Segunda con el Oviedo y el objetivo era el play-off. ¿Nota que la exigencia en el Oviedo ha disminuido respecto a su anterior etapa?

–No es que lo note: lo que creo es que se ha puesto coherencia en los objetivos. Entiendo que la exigencia del Oviedo siempre tenga que ser máxima, pero las cosas suceden por algo. Debe haber un proceso, un tiempo para encajar las piezas. Nos hemos dado cuenta de que si sucede (el play-off) es porque todo está encajado. No creo que se haya bajado la exigencia.

–Arturo Elías dijo que espera que luchen por el play-off, ¿le parece posible?

–Entiendo que diga eso y yo también lo espero. ¡Ojalá! Lo último que voy a decir es que no quiero jugarlo o que es imposible. Pero vuelvo a lo de antes, cuanto mejor hagas las cosas más cerca estará. Ojalá sea ya este año y nos veamos arriba a final de temporada.

–¿Dónde se encuentra más cómodo jugando?

–En los últimos años siempre he estado jugando por dentro. Ahí me encuentro a gusto. Creo que he madurado en mi forma de jugar, antes en banda igual era más incisivo, más regateador, ahora me gusta dar continuidad al juego.

Borja Valle, en El Requexón con Linares

–Tiene a otro Borja, Sánchez, muy cerca, ¿qué le parece?

–Se nos complica en los entrenamientos por el nombre... A veces me llaman Valle, otras veces Borja... Es gracioso. Borja me parece una persona muy campechana y un chico que tiene todo para seguir creciendo y representar al club. Le veo como un icono del Oviedo porque tiene la cabeza bien amueblada.

–Dijo en su presentación que cuando ascendió con el Oviedo era un niño, pero que ahora sigue siendo el mismo. Algo habrá cambiado, ¿no?

–Sí, claro. Hace cinco años... He madurado en mi forma de ver el fútbol. De ver lo que realmente es el fútbol, digo.

–¿Qué es realmente?

–Cuando tienes 10 años piensas que es una pelota y que todo es muy bonito, pero no es así. Con el paso del tiempo te vas dando cuenta de la realidad y lo he aprendido con las experiencias que he vivido.

–¿Es complicado ser futbolista?

–Es complicado siempre. Cuando ganas y también cuando pierdes y se te falta al respeto. Es complicado asumir que la gente no te ve como una persona normal. Un futbolista también llora, también siente y mucha gente no sabe que el primer perjudicado cuando las cosas van mal es el propio jugador. Eso es duro, es difícil y solo queda llevarlo con tus seres queridos.

–¿Los futbolistas viven aislados?

–Precisamente ese es uno de los motivos por los que me di cuenta de que el fútbol de hoy es menos fútbol. Me sorprende que mucha gente pueda pensar eso de que estamos aislados. No somos diferentes: somos personas que tienen un trabajo con repercusión mediática. Me encantaría que no se hiciese negocio con la imagen del futbolista, pero es imposible. Todo lo mueve el dinero.

Por la izquierda, Borja Valle y Borja Sánchez, en El Requexón. | LNE

–¿Fue muy duro estar en Rumanía sin cobrar?

–Como experiencia vital fue maravilloso, pero sí se me hizo difícil. Tenemos un concepto equivocado del país. En Rumanía aprendí muchísimo y lo volvería a repetir. Lo que sucede es que el fútbol a nivel financiero y de gestión es un desastre. Lo único que recibíamos eran mentiras diarias a la cara. Los que optamos por irnos allí tuvimos que volver con una mano delante y otra detrás.

–¿Fue su peor momento?

–No, en absoluto. El descenso del Dépor me ha marcado mucho por cómo ha sido, por cómo sucedió. Considero que es mi casa y ese descenso lo llevaré siempre marcado a fuego lento, como mi etapa en el Ourense.

–Cuénteme una llamada clave en su vuelta al Oviedo que no se sepa.

–La llamada clave fue la del delegado del equipo (Dani Bautista, exjugador azul), que es una persona en la que confío y con la que viví momentos muy bonitos en el Oviedo. Me contó cada una de las cosas que sucedían aquí y cuando sabes que una persona no te engaña...

–¿Le dijo que firmase sin dudar?

–No, no (se ríe). Me contó cómo era el club, cómo estaba el vestuario y la situación diaria. Cosas que a nosotros, los futbolistas, nos interesan a la hora de tomar una decisión.

Borja Valle R.O.

–¿Ha cambiado mucho el club?

–Realmente no ha cambiado nada, es diferente en lo emocional. Ver a Bautista en la oficina y no en el campo, no ver a Linares, a Toché, a Erice... Es lo que se me hizo raro.

–Dígame algo bonito de su anterior etapa y algo malo.

–Lo peor fue aquella lesión en el primer partido, ante el Sporting B. Lo bueno lógicamente es el ascenso a Segunda, fue un premio para todo el oviedismo y a los jugadores nos cambió la vida.

–¿Por qué no siguió?

–Lo expliqué en mi presentación y creo que quedó bastante claro. Es algo de lo que no me gusta hablar, porque es negativo.

–Esta vez firmó solo por media temporada, ¿le gustaría quedarse el año que viene?

–Firmamos cinco meses y lo que tenemos claro ambas partes es que, ni para bien ni para mal, nos va a atar un contrato. Si ambas partes queremos lo mismo, no habrá problema. Ojalá las cosas salgan bien.

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