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Los factores que preocupan al Oviedo: endeblez en casa, sequía goleadora y falta de de creatividad

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El entrenamiento del Oviedo tras perder en Girona Irma Collín

La derrota del Oviedo ante el Girona (0-1) ha supuesto un duro golpe anímico para la plantilla después del triunfo en el derbi y además ahonda en uno de los principales problemas que ha tenido el equipo del Cuco esta campaña. El conjunto azul es un flan en el Tartiere. La marca de las seis derrotas supone ya el récord negativo en casa desde el retorno a Segunda. El asunto preocupa especialmente en el club, que contempla con nerviosismo el estado actual del equipo, en busca de la permanencia a falta de seis jornadas. Y las señales que emite el Oviedo invitan a la intranquilidad.

Cuando jugar en casa es una pesadilla. Varios jugadores del Oviedo sostienen entre bambalinas que jugar sin público es un grave impedimento. Que el empuje del Tartiere acabaría siendo clave en varios partidos que no finalizaron con triunfo. Sin embargo, en el vestuario azul también se preguntan cuál sería la reacción del Tartiere esta temporada. Sea como fuese, el fútbol en silencio le sienta muy mal al Oviedo. Ya van seis derrotas, la marca negativa de esta última etapa en Segunda. Ni en el curso pasado, el peor hasta la fecha desde el ascenso, lo pasó tan mal el Oviedo en casa. Hoy y ahora, tras 18 partidos jugados en Asturias, el resultado que menos se ha repetido es la victoria: 5 triunfos, 7 empates y 6 derrotas. En total, 22 puntos. La campaña pasada por estas fechas el Oviedo tenía 23.

La defensa ya no es el problema. El Girona aprovechó contra el Oviedo una de las pocas internadas en el área para adelantarse en el Tartiere. El tiro de Bárcenas, y otro remate desde fuera del área, fue suficiente. Poco bagaje para adelantarse. La defensa azul, pues, no parece el problema, con Grippo y Arribas rindiendo a un buen nivel. La zona ofensiva, en cambio, es la que preocupa especialmente en el Oviedo. De ahí que sorprendiese de puertas para adentro la suplencia de Borja en lugar de Obeng. Solo cuando salió el canterano tuvo cierta sensación de peligro el equipo azul, que no obstante no tiró a puerta en todo el partido.

Sequía goleadora. El gol se reparte en el Oviedo. La foto fija de los principales anotadores es una anomalía respecto a temporadas anteriores. Tres jugadores son los máximos goleadores con cinco tantos: Leschuk, Sangalli y Nahuel. Pero, aunque la falta de gol no sea un problema, en las últimas semanas el equipo azul sí está echando de menos una referencia ofensiva. Ayer mismo lo dijo Borja Sánchez, que no obstante indicó que es responsabilidad de todo el equipo anotar goles. Hay un dato de la delantera azul que duele especialmente: los arietes carbayones solo han logrado dos goles en 2021: el tanto de Rodri frente al Zaragoza (1-0) y el de Leschuk contra el Alcorcón (1-1). Obeng, el otro delantero, no anota desde el mes de octubre ante el Logroñés (2-3). La sensación que da el Oviedo en muchos partidos es que hace falta un rematador a los numerosos centros laterales. Rodri, suplente ante el Girona, sí cazó varios envíos, pero no tuvo ningún éxito en el remate final para desesperación general.

Preocupación en el club, con el futuro de Ziganda en el aire. Los dirigentes del Oviedo presencian con mucha preocupación el desenlace de la actual temporada. La sensación interna tras la derrota ante el Girona era de descontento total con el desempeño del equipo. En la entidad se piensa, además, que el rendimiento del equipo va a peor según pasan las jornadas. Lo positivo, sostienen, es el colchón de cinco puntos sobre el descenso y el mal momento de los equipos de abajo. El Oviedo se está jugando la permanencia, además, cuando el futuro del entrenador está todavía en el aire, pendientes ambas partes de sentarse para hablar de la temporada que viene. Desde el club se defiende a capa y a espada el trabajo del Cuco, expulsado el domingo, pero tampoco se oculta que un mal final pondría cuesta arriba su continuidad.

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