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¿Cómo han sido históricamente las relaciones entre la cantera del Oviedo y el Sporting?: "Respeto y confianza"

“La relación era normal y cada uno defendía lo suyo”, dicen antiguos responsables de las categorías inferiores del Sporting y del Oviedo

Eugenio Prieto, Javi Amieva, Eloy Olaya y Ramiro Solís

Dos gigantes compitiendo por el gran pastel de Asturias. Una competencia feroz, pero casi siempre “basada en el respeto, en la confianza”. Y una premisa básica para entender el fútbol base: “Cada uno, en su sitio”. Las relaciones entre el Oviedo y el Sporting atraviesan un bache después de que la polémica de la cantera de Mareo llegase a la capital. El club azul mantiene la premisa de respetar el acuerdo tácito entre los dos clubes para no “robarse” canteranos, aunque el presidente del Oviedo salió a la palestra para resaltar que “no existe colaboración”.

Javi Amieva

El ambiente en las inferiores de los dos equipos está enrarecido tras este episodio y amenaza unas relaciones, las de la cantera, en las que en los últimos años ha imperado la normalidad. Así lo analizan las personas que saben de primera mano lo que supone dirigir las categorías inferiores de los equipos más importantes de Asturias. Todos coinciden en lo básico: el Sporting ha tenido siempre más medios a su alcance, humanos y materiales, pero el Oviedo comenzó a tener una estructura en la etapa de los noventa, con Eugenio Prieto. Con estos ingredientes, la convivencia siempre ha sido positiva. “La relación era muy normal y el trato exquisito, pero cada uno sabía que defendía lo suyo. Muchas veces, que un jugador que destacase en otro equipo fuese al Oviedo o al Sporting dependía de quién hablase primero con los padres. En eso sí había competencia”, explica Eugenio Prieto, expresidente del Oviedo (1988-2002) y con un papel activo en la gestión de la cantera desde el primer momento.

“Me ayudó mucha gente. Enrique Casas, Paco Daunesse, Pichi Naves, Pichito... Pero yo estaba muy encima. También teníamos a Nacho Canal, que metía todos los datos en un ordenador, y ojeadores por toda Asturias y fuera de la región. Nuestro principal competidor era el Sporting, tanto arriba como abajo, pero siempre hubo y habrá mercado para los dos”, sostiene Prieto, que recalca que en su época no había disputas por los fichajes de los canteranos.

Ramiro Solís

“Si llegaba uno del Sporting al Oviedo, que a veces pasaba, era porque estaba libre. No nos lanzábamos a por uno de ellos, ni ellos a por uno de los nuestros, porque cada uno estaba en su fuerte. No hacía falta firmar ningún papel”. Prieto recuerda su fórmula para cerrar el fichaje de una joven promesa. “Nos sentábamos con sus padres y siempre decía lo mismo: ‘Tienen todo el tiempo del mundo para decidir si vienen al Oviedo, pero si dicen que no, aquí no se van a sentar más”.

A 28 kilómetros de El Requexón, durante la presidencia de Prieto, Ramiro Solís era el hombre para todo de la cantera del Sporting. Empezó en 1985 con el infantil, entrenó en casi todas las categorías y también dirigió la estructura de Mareo, que en aquella época tuvo un funcionamiento distinto a El Requexón.

“Nosotros intentábamos surtirnos de los equipos de la zona de Gijón. Los presidentes de esos equipos sabían que si había un chaval destacando el Sporting sería su primera opción. Teníamos convenios con la mayoría de ellos y luego recibíamos informes de ojeadores en el resto de Asturias”, recuerda Solís, que destaca el crecimiento del Oviedo en los noventa. “Fueron potenciando la cantera poco a poco con empuje de Eugenio y la relación siempre fue excelente. Teníamos un pacto de no agresión que siempre se cumplió y si se daba la circunstancia de que un chaval se cambiaba del Oviedo al Sporting, o al revés, se debía a un descontento puntual. Son situaciones que ocurrieron, pero puntuales”.

Eloy Olaya

Prieto lo corrobora. “Íbamos mucho a Mareo a ver partidos. ¡A veces nos invitaban a comer callos! Y poníamos en común las necesidades que podíamos tener”. Para Solís, que también dirigió la cantera azul años después y también fue entrenador del primer equipo, la clave estaba en que “cada club tenía su área de influencia para captar jugadores”.

La correcta relación entre las canteras atravesó su momento más tenso en el 2003, con el descenso administrativo del Oviedo y el futuro de la entidad en riesgo. El club azul tuvo que reiniciar las categorías inferiores y muchos jugadores se fueron al Sporting. Javi Amieva, actual coordinador del área de deportes del Centro Asturiano, fue el responsable de la cantera azul en aquella época. “Fue una situación complicada y difícil para todos y tengo que reconocer que Emilio de Dios y Eloy Olaya, responsables del Sporting en aquellos momentos, fueron sinceros y directos. Todo el mundo se aprovechaba de nuestra situación y nosotros solo intentamos salvar lo que teníamos”, rememora Amieva, que da detalles sobre lo sucedido.

“No podíamos tramitar licencias y citamos a todos los padres para explicarles la situación. Muchos jugadores decidieron marcharse, pero otros se quedaron. Yo me quedo con el cariño de los padres. Hubo algunos, como Omar Sampedro, Michel o José Ángel, que acabaron en el Sporting, pero tampoco se le puede recriminar nada. Con ellos (el Sporting) tuvimos siempre buena relación y en los años sucesivos recuperamos la normalidad”.

A Eloy Olaya, que por aquel entonces era secretario técnico del Sporting, le tocó vivir el hundimiento de la cantera azul desde el otro bando. “Fueron momentos duros y difíciles para el Oviedo y la situación era complicada. Nosotros hablamos mucho con ellos, con Javi Amieva y con el presidente, y la relación era buena. Hubo jugadores que vinieron al Sporting, pero también otros que se fueron de Asturias y creo que es lo especialmente doloroso. Recuerdo como si fuese ayer una conversación con el padre de Mata, que acabó yéndose al Real Madrid”, recuerda Olaya, que celebra que en los años posteriores “el Oviedo se reconstruyó y la relación volvió a ser la anterior, con competencia, pero con respeto”.

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