El Oviedo volvió esta mañana a los entrenamientos tras el fallecimiento de Francesc Arnau, que ha dejado desolado al club azul y ha impactado al mundo del fútbol. La sesión se debería haber celebrado ayer, pero se trasladó a esta mañana. Este lunes el Oviedo juega ante el Mirandés a las 18.30 horas, un partido sin nada en juego para ninguno de los dos equipos.
La plantilla azul salió al campo número 2 sobre las 11 horas. Las banderas ondean a media asta en la ciudad deportiva azul. Todos los miembros del club presentes en la ciudad deportiva y empleados se colocaron en el centro del campo de entrenamiento y se guardó un emotivo minuto se silencio en memoria de Arnau, que falleció con 46 años.
La sesión se desarrolló en un ambiente de tristeza absoluta, con la plantilla todavía en shock por lo sucedido. Federico González dialogó largo y tendido con Ziganda en el campo de entrenamiento mientras los jugadores se ejercitaban. Mañana, partido.
Desolación en el Oviedo
La muerte de Arnau conmocionó al mundo del fútbol y ha dejado al Oviedo desolado por lo inesperado de la noticia. El catalán llevaba las riendas de la dirección deportiva desde diciembre de 2019, tenía contrato en vigor por un curso más y en la actualidad estaba inmerso en la planificación de la temporada siguiente. El día de su muerte estuvo trabajando en asuntos del club desde primera hora en El Requexón.
Tuvo una larga charla con los jugadores del Vetusta y después se reunió con los consejeros, con el director general Federico González y con el gerente David Mata en el interior de las oficinas. El ambiente de la reunión fue de normalidad total con varios asuntos a tratar, entre ellos la renovación del entrenador. A lo largo de la tarde, Arnau recibió varias llamadas relacionadas con el Oviedo y atendió mensajes.
Poco antes del trágico suceso despachó con un representante por teléfono. Arnau vivía en el centro de la ciudad desde su llegada a Oviedo y no hacía excesiva vida social en la capital, centrado en su trabajo. “Casa, Tartiere y El Requexón”, solía repetir el catalán cuando hablaba de su día a día en Asturias. Conversador, educado y obseso del fútbol, en las últimas semanas los que trataban día a día con Arnau lo notaban algo alicaído, aunque tampoco le dieron excesiva importancia.
La persona más próxima a Arnau en el Oviedo era David Comamala, secretario técnico. Catalán como su jefe, Comamala era la mano derecha del director deportivo. Ambos pasaban juntos horas y horas organizando la dirección deportiva. “Gracias por todo y más, siempre en el corazón. Que la tierra te sea leve, amigo”, dijo el secretario técnico. Numerosos futbolistas de la primera plantilla y de las categorías inferiores también quisieron mandar un mensaje de apoyo a su familia. “Hoy es un día muy triste. Mucha fuerza a la familia y amigos de Francesc Arnau. Él confió en mí y me regaló la oportunidad de vestir esta camiseta y le estaré eternamente agradecido. Te echaremos mucho de menos. Descansa en paz. Corazón azul”, escribió el delantero Rodri.
