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Los siete deberes que tendrá el nuevo director deportivo del Oviedo

El club deberá hacer frente a varias operaciones complejas con poco margen de tiempo

Borja Sánchez

La sensación de todos los actores implicados es de impaciencia. “A ver si por fin esta semana…”. El Oviedo espera la llegada de un director deportivo que tome decisiones. Y el nuevo hombre urge porque las tareas encima de la mesa se amontonan. Varias voces del club azul analizan los principales retos que asumirá el nuevo gestor. Hay innumerables, porque el Oviedo solo tiene 11 jugadores con contrato en vigor para la temporada que viene, pero siete destacan sobre el resto. Los siguientes.

¿Renovar a Ziganda? El director deportivo que recale en el Oviedo no tendrá que buscar entrenador. La continuidad de Ziganda es una premisa del club sea quien sea el nuevo responsable. El problema son los tiempos. Si el director deportivo firma antes que el entrenador, él será el que se siente con el navarro a cerrar su nuevo contrato. No se esperan problemas porque Ziganda quiere seguir, pero el club duda qué acontecimiento llegará primero: la renovación del Cuco o la llegada de un nuevo director deportivo.

Tejera y Juanjo Nieto. Son dos de los jugadores sobre los que quiere seguir pivotando el Oviedo. Los dos acaban contrato en junio y sus agentes esperan la llamada del Oviedo. Para el club azul no es una operación sencilla, pero sí asequible. La entidad ofrece estabilidad, los jugadores han sido felices en el club y a eso se agarrará el nuevo director deportivo para intentar renovarles. A Nieto le deberá subir el sueldo y a Tejera, previsiblemente, ofrecerle un nuevo contrato a largo plazo.

Formar un nuevo equipo de trabajo. Se trata de un reto primordial. En el Oviedo se da por hecho que el nuevo director deportivo no vendrá solo. El club azul admite que la estructura debe crecer. La presencia de David Comamala, que vino de la mano de Francesc Arnau, fue una novedad en el club después de varios años. Los antecesores del catalán estuvieron solos: sin mano derecha. Paralelamente, también está pendiente solventar la propia situación de Comamala, con contrato en vigor por una temporada más. En principio, se desvinculará del Oviedo.

Las relaciones con la cantera. En la pasada temporada, la cantera del Oviedo fue por un lado y el primer equipo por el suyo. El distanciamiento de la dirección deportiva con los responsables de las categorías inferiores del club era notable. El reto del nuevo director deportivo azul será unir las diferentes áreas del club. En la entidad se repite que el Oviedo “debe ser un club de cantera”.

Lateral izquierdo y portero. El verano que se avecina será de muchos fichajes. Como pocos, habrá una decena de caras nuevas. Ziganda ya ha dicho internamente que se necesitan nuevas caras. Por posiciones, queda claro que el Oviedo necesita un lateral izquierdo y un portero. Lo primero es un anhelo de hace casi dos años. Lo segundo es una cuestión de necesidad tras el adiós de Brazão.

Afrontar la reconversión de la delantera. Es el asunto que más va para largo. La línea ofensiva del Oviedo está huérfana porque solo Obeng tiene garantizada la continuidad. Tener pólvora en el ataque puede determinar el devenir de una temporada. De hecho, en el Oviedo ponen el foco en la falta de un “9” goleador como uno de los principales factores que explican la falta de éxito de esta campaña.

Culminar la renovación de Borja Sánchez. No quita el sueño, pero preocupa. Atar al jugador referencia del Oviedo será otro reto del director deportivo. Él deberá culminar una operación que ya dejó encarrilada Francesc Arnau. El ovetense acordó con el catalán firmar hasta 2025 y su cláusula de rescisión se elevaría hasta los 10 millones de euros. El asunto estaba pendiente de México. Borja acaba contrato en 2022, pero espera firmar antes de que empiece la temporada.

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