“En este momento empieza la temporada 21/22”, expuso Manolo Paredes, presidente en funciones, en el estrado. Y con ese título presentó en sociedad a dos piezas llamadas a darle forma al nuevo proyecto del Oviedo, el que comandará Rubén Reyes, exjugador del Oviedo, en la dirección deportiva y Antonio Rivas, exfutbolista y exentrenador carbayón, como encargado de la cantera. La presentación fue un guiño claro al pasado del club.
Porque entre los presentes al acto, situado entre los periodistas, asistió a la puesta en escena Manuel Lafuente, el que fuera presidente del Oviedo en los momentos más delicados de su historia.
Lo hizo con un brazo escayolado tras un accidente doméstico. También estaba Pedro Luis González, el que fuera segundo técnico con Rivas en su momento.
La representación institucional, en un segundo plano, corrió a cargo de Federico González, asesor del Grupo Carso; David Mata, gerente con mando; y César, responsable de relaciones institucionales. La plana mayor del club apoyando lo que tiene pinta de ser un cambio de perspectiva en el club.
Los gestos hacia el pasado no se limitaron a los presentes. También se encargó Paredes, y en su turno de palabra Reyes y Rivas, de dos ilustres ausentes: Peter Dubovsky, fallecido hace 21 años, y Francesc Arnau, anterior director deportivo que perdió la vida a finales de mayo. “Mucho ánimo para sus familias”, dijo Paredes.
Claro y con mensaje directo, Rubén Reyes insistió en algunas ideas que parece que será la hoja de ruta azul a partir de ahora. Una fue resaltada en varias ocasiones: “Hay que tener jugadores que generen recursos futuros, no rendimiento de un solo año”. El Oviedo y Reyes quieren un proyecto, no vivir el día a día.
El colofón al acto lo puso Antonio Rivas, voz pausada y gesto tranquilo. Como no podía ser de otra forma cerró el acto con otra referencia a lo que fue el Oviedo y lo que es ahora: “ ¿Qué ha cambiado en el Oviedo? Que hay más gente. Entonces hacíamos lo que podíamos y ahora es fútbol profesional”.
