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Segunda División | Los equipos asturianos

"Rivas es una leyenda en el Oviedo", dicen los que vivieron lo sucedido en 2003

Jandro, exjugador azul: “A mí y a una serie de guajes nos convenció de que el equipono desaparecía y de que nos quedáramos”

Rivas le da indicaciones a Jandro en un partido del Oviedo Luisma Murias

Lo primero que dicen las personas que estuvieron con Antonio Rivas en el Oviedo en 2003 cuando se les pregunta por el regreso del que fuera jugador y entrenador azul es que les produce “una enorme alegría”. Lo asegura Manolo Lafuente, presidente del club en esa etapa; también Javi Amieva, que se encargó de coordinar las categorías inferiores; y lo repite Alejandro Martínez, “Jandro”, al que Rivas convenció para quedarse en el primer equipo. “A mí y a una serie de guajes nos convenció de que el Oviedo no iba a desaparecer, de que nos quedáramos. Yo tenía muchas dudas, pero él había tirado mucho de mí cuando estuve en el filial, confiaba en mí y me acuerdo que tuve una conversación en la que me dijo ‘no te vayas, va a ser un gran año’, me quería el Celta B, pero él me dijo que no tenía nada que ver jugar en el Vetusta a hacerlo en el primer equipo y viví cosas muy guapas ese año”, explica Jandro, que lo volvería a hacer de nuevo.

LNE Rivas y Lafuente

Fue Rivas el que cogió las riendas en lo futbolístico de un club que acababa de bajar deportivamente a Segunda B y administrativamente a Tercera, y que atravesaba por graves problemas económicos. En 2002 pasó de dirigir al juvenil de División de Honor a coger al primer equipo en Segunda cuando era último y con la permanencia muy lejana. Tras el descenso administrativo a Tercera siguió de entrenador. El primer año el Oviedo se quedó a las puertas del ascenso, que sí se consiguió la temporada siguiente. En la temporada 2005/06, ya en Segunda B, fue despedido a mitad de curso.

Para Javi Amieva, Rivas “asumió una responsabilidad que también suponía riesgos, fue nuestro líder para afrontar esta situación tan complicada y difícil. Nos cerraban puertas por todos lados, solo la Federación Asturiana nos abrió la suya, nos tocó contener la desbandada, el primer equipo bajó a Segunda B, luego a Tercera, y eso suponía que el filial descendía a Preferente, hubo que prescindir de un equipo alevín y de otro cadete”, explica. A Amieva le sucede lo que a muchas de las personas que estuvieron entonces en el Oviedo: rememora con cariño esa etapa a pesar de los problemas. “Tengo buenos recuerdos de esa época, yo no era la persona adecuada para estar allí, tenía 32 años y no tenía capacidad para gestionar, pero formamos un grupo de trabajo de gente que estaba muy implicada, éramos un grupo de amigos, de oviedistas que quisimos sacar eso adelante”, relata.

Nacho Orejas Rivas tras el ascenso a Segunda B

Para Manolo Lafuente lo que consiguió Rivas tuvo “un mérito enorme”, a pesar de que no se logró a la primera el ascenso de Tercera a Segunda B: “Con la presión que teníamos del ACF, se construyó un equipo como se pudo y quedó campeón, lástima que se nos escapó el ascenso en Arteixo, pero al año siguiente no hubo problemas. El Oviedo no tenía un duro, estaba en suspensión de pagos, solo teníamos los ingresos de los abonados, Antonio tuvo un mérito enorme, con la ayuda de Pedro Luis (González, segundo entrenador). Lo que no entenderé jamás es cuando le cesaron, desde entonces el equipo fue cada vez a peor y terminó volviendo a bajar a Tercera”. Lafuente cuenta que, en esa época, Rivas y todos los que estaban trabajando en el Oviedo tenían “un sueldo de supervivencia”. El único que el club se podía permitir.

Y de lo que fue en el pasado a lo que supone en el presente como nuevo director de la cantera del Oviedo. “Con el fichaje de Rivas, también con el de Reyes (nuevo director deportivo del club) percibo una enorme satisfacción de la afición, un acercamiento al club, ya veremos cuáles son los resultados, pero la afición va a estar más volcada, no me cabe duda”, dice Lafuente. Lo mismo piensa Jandro: “Presta que vuelva gente de la casa al club, he visto cosas que no me han gustado, como la salida de Silva y de Fermín, y me gusta ver que El Requexón vuelve a llenarse de oviedistas, es de agradecer”. Para Amieva supone “recuperar unas señas de identidad. La afición está muy contenta”. Y es que, coinciden los tres, “Antonio Rivas es una leyenda del Oviedo y, además, una muy buena persona”.

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