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Euforia en diferido: 30 años de la clasificación del Oviedo para la Copa de la UEFA

Se cumplen tres décadas del triunfo del Atlético en la Copa que certificó la presencia de los azules en Europa | Los jugadores fueron premiados con un Volvo valorado en 2 millones de pesetas

El once del Oviedo en el partido ante el Génova en el Tartiere. | LNE

Aquella fue una celebración a dos tiempos. Con un periodo de espera que se hizo eterno, especialmente largo en los últimos 120 minutos. En la temporada 1990/91, el Oviedo tocó techo. No fue la mejor temporada de su historia, los tres terceros puestos (34/35, 35/36 y 62/63) siguen teniendo la marca, pero sí fue la única ocasión en la que el equipo azul se paseó por Europa. Y aquella clasificación, de la que ayer se cumplieron 30 años, llegó con suspense.

“Nerviosísimo. Lo vi más que nervioso”. Eugenio Prieto era el presidente de aquel equipo irrepetible. Lo de los nervios se refiere al choque que decidía si el Oviedo jugaba en Europa o no. Y, curiosamente, los azules no estaban en el acto. El conjunto carbayón había firmado una excelente temporada con un sexto puesto con el que se codeó con la elite de la Liga. Y eso que, como denunció entonces su entrenador Jabo Irureta, algún arbitraje polémico le había privado de escalar más puestos.

La Copa de la UEFA (precedente de la actual Liga Europa) estaba destinada a cuatro equipos. El Barça, campeón, jugaría la Copa de Europa. El Atlético fue segundo, lo que otorgaba puesto UEFA pero debía jugar la final de la Copa ante el Mallorca, que acabó 15º. El campeón jugaría la Recopa. Si era el Atlético, liberaría una plaza para jugar la UEFA. Aquella noche, el oviedismo se convirtió a la fe colchonera por razones evidentes.

Una página de LA NUEVA ESPAÑA del 29 de junio de 1991.

Una página de LA NUEVA ESPAÑA del 29 de junio de 1991.

“En principio el Atleti era favorito. Había acabado segundo en una gran campaña. Pero el Mallorca también tenía un equipazo, con Nadal y compañía”, recuerda Prieto. El guion del partido le dio la razón: un choque igualado, con más tensión que juego. La final cumplió los 90 minutos sin variaciones en el marcador. LA NUEVA ESPAÑA había invitado aquella noche a Eugenio Prieto y a otros representantes de la directiva a seguir el encuentro en la redacción. “Yo me puse solo en una esquina porque quería verlo solo”, explica Eugenio Prieto.

Hasta que en la prórroga, la explosión de júbilo. A los 112 minutos, Alfredo aprovechó un rechace tras un primer intento de Sabas para anotar. Fue el último impulso que necesitaba el Oviedo para hacer historia. “A Alfredo le vi un día que estaba en Madrid y me acerqué al entrenamiento del Atlético. Le di las gracias a él y a sus compañeros”, señala Prieto.

El Oviedo logró el éxito rotundo y a la directiva le tocó cumplir. Cada futbolista de la primera plantilla fue premiado con un Volvo valorado en cerca de 2 millones de pesetas. “Hablamos con el concesionario para que nos hicieran precio, porque al final eran ventipico coches”, matiza Prieto. A Irureta le tocó una recompensa mayor: 5 millones de pesetas.

“Fue el colofón perfecto a una temporada que no olvidaremos. Y además fue un premio merecido. Aquel equipo merecía el reconocimiento de poder competir en Europa”, señala ahora el expresidente del conjunto azul.

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