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Qué fue de aquellos fichajes

Jon Erice, del Tartiere a Vancouver

“No me arrepiento de nada de mi paso por Oviedo”, confiesa el navarro, sin equipo tras acabar su contrato con el Hércules

Jon Erice, en un partido con el Real Oviedo. | LNE

“Mis años en el Oviedo fueron los más felices de mi vida, tanto para mí como para mi familia”, confiesa Jon Erice cuatro años después de dejar la disciplina azul. “Viví grandes momentos como futbolista y como persona. Devolver al Oviedo al fútbol profesional me hizo muy feliz”, reconoce el centrocampista, que vuelve todos los años a la ciudad para a visitar a amigos que mantiene de su etapa como oviedista. Jugador clave en la plantilla que consiguió el ascenso, ahora se encuentra libre tras finalizar su contrato con el Hércules. Tras jugar en lugares tan dispares como Vancouver (Canadá), Limasol (Chipre), Cádiz o Guadalajara, el exjugador azul no se cierra puertas a nada. “Ahora con un bebé es complicado, pero estoy abierto a todo. El fútbol es lo que me llena, y si me convence a mi o a mi familia, no tengo ningún problema en salir”, aventura. Con 34 años y recién superada una lesión en los soleos, Erice reconoce que todavía le queda mucho fútbol en las botas y que cuando el cuerpo no aguante le gustaría seguir ligado a este deporte. “Tengo los tres niveles de entrenador y me gustaría mucho dedicarme a eso, pero hay muchos puestos donde creo que podría hacer un gran trabajo”, afirma.

Como para muchos oviedistas, su mejor recuerdo como azul fue el ascenso vivido en Cádiz en 2015. “Fue un momento extraordinario. Todos los fans del Oviedo recuperaron la ilusión por el equipo. Para mí es un orgullo ser uno de los partícipes de parte de la historia azul”, reconoce el mediocentro. Aunque los últimos años ha jugado bastante lejos de Asturias, no se ha olvidado de la ciudad, lugar al que confiesa que vuelve todos los años, ya que mantiene amigos de su etapa como carbayón. Además, la capital lo recibe con los brazos abiertos. “Cada vez que voy hablo con aficionados. Siempre me paran para hablar conmigo o para hacerse una foto. Yo estoy encantado de que la gente me recuerde. Me siento muy querido por la afición”, comenta.

A pesar del buen recibimiento que recibe por las calles ovetenses, los últimos años de Erice no fueron como desearía. Desde una parte de la afición se le señaló como el culpable de que Sergio Egea tuviese que presentar su dimisión cuando el equipo iba tercero en Liga. “Era titular indiscutible con Sergio, siempre me alababa y conocía perfectamente mi comportamiento. Él sabe que no tuve nada que ver con su salida”, indica Erice, que señala a otros jugadores y al club por no querer decir nada públicamente y dejar vía libre a los rumores. “El día que sucedió todo yo no estaba entrenando en el campo. Los titulares teníamos sesión en el gimnasio. Hubo cámaras y personas que lo vieron todo”, confiesa.

Sus polémicas no acaban aquí. En su última temporada tuvo un enfrentamiento con el líder del grupo Symmachiarii. “Él se autodenominaba el jefe de la afición. Siempre han seguido al equipo, pero desconozco el motivo por el que pasaban esas cosas. No fue nada grave, pero considero que no se pueden cruzar líneas. Una cosa es lo que pasa en el terreno de juego y otra es faltar al respeto. Eso ya no tiene nada que ver con el fútbol”, explica el exjugador azul, que pone como ejemplo las situaciones vividas por jugadores como Álvaro Morata, Marcus Rashford o Bukayo Saka.

“No me arrepiento de nada de mi paso por Oviedo. Me desgasté día a día por el equipo, aunque no se viese en los focos. Me fui contento, lo di todo. Estoy muy satisfecho por mi actuación con esa camiseta”, confiesa Erice, que cree que en aquella época no se valoraba lo difícil que es estar arriba en Segunda División, pero que con el paso de los años se está poniendo en valor. A pesar de como se produjo su salida, en sus palabras se transmite el amor que tiene por el Real Oviedo. “Sigo mucho al equipo. Estoy muy pendiente de la actualidad, es un equipo que me ha marcado y quiero que le vaya lo mejor posible”, reconoce.

Tras su salida del Real Oviedo, Erice hizo las maletas dirección Albacete. En el conjunto manchego fue clave durante temporada y media, cuando le surgió la oportunidad de jugar en la MLS. El pamplonés recibió una oferta de los Vancouver Whitecaps y se dirigió hacia Canadá para medirse sobre el terreno de juego a jugadores como Zlatan Ibrahimovic o Wayne Rooney. “Es un fútbol diferente al que estamos acostumbrado en Europa. Su estilo es menos táctico, lo que más importa son las transiciones. Aunque la Liga tiene jugadores muy top, lejos de las estrellas los jugadores son muy similares a los que se pueden ver por Segunda División”, comenta el excentrocampista azul sobre la experiencia, que fue más corta de lo que le gustaría por culpa de un problema personal.

“A los aficionados del Oviedo solo les puedo decir que disfruten de la vuelta a los estadios, que valoren lo difícil que es estar ahí y que apoyen al equipo para que entren en una dinámica que les ayude a subir a Primera, que se lo merecen”. Con estas palabras se despide un oviedista más, que a pesar de no tener un final de cuento de hadas guarda un gran recuerdo tanto de la ciudad como del equipo. Una rara avis en el mundo del fútbol (no tiene redes sociales) cuya imagen fue dañada por unos pocos, pero que la afición aún recuerda con cariño.

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