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“Míster, me quiero marchar”: la intrahistoria de la salida de Riki del Real Oviedo

El canterano se va del Oviedo por cuarta vez, cedido al Burgos de Michu | El jugador veía imposible convencer a Ziganda, que alineó a Álex Suárez por delante de él

Riki, con el coche del club

Riki quería jugar. Convencer a Ziganda era prácticamente misión imposible. Esa era al menos su sensación. Lo sucedido la pasada temporada estaba muy reciente. El canterano tenía muchos equipos detrás y no quería empezar el curso a destiempo. Por eso durante los primeros días de pretemporada fue el propio Riki el que tomó la iniciativa e hizo un aparte con Ziganda en El Requexón, adelantándose así a los tiempos y dejando las posiciones claras.

–Míster, me quiero marchar del Oviedo.

Al Cuco, que quería ver la evolución del jugador en la pretemporada, no le pilló de sorpresa la declaración de intenciones. Tampoco al resto de la plantilla. Finalmente, dicho y hecho.

Riki ya no se entrenó ayer en El Requexón antes del amistoso ante el Avilés, se despidió de sus compañeros y puso rumbo al Burgos, recién ascendido a Segunda, donde jugará hasta final de temporada. El movimiento se hizo oficial a primera hora de la tarde. Riki tiene contrato en vigor con el equipo azul hasta 2023. El equipo del exoviedista Michu, director deportivo, llevaba tiempo detrás de Riki, como adelantó LA NUEVA ESPAÑA el pasado 18 de junio. El Málaga de José Alberto también preguntó por el oviedista, pero Riki decidió aceptar la propuesta del Burgos, donde también juega Saúl Berjón. Los dos ovetenses mantienen una gran relación.

Se desatasca de esta manera uno de los asuntos pendientes del verano azul. La marcha de Riki, que el curso pasado se fue cedido al Racing cuajando una gran actuación, tiene una sola explicación: su nulo “feeling” con Ziganda. Ni el cambio de sistema del verano, un 4-3-3 que podía favorecer la candidatura del ovetense, ni el vacío en el centro del campo mudaron su deseo. Riki veía imposible hacer cambiar de opinión al Cuco y el entrenador tampoco hizo un gesto que indicase lo contrario. El adiós de Riki se daba por seguro en la plantilla en la primera semana de preparación.

El Cuco, además, optó por el juvenil Álex Suárez por delante de Riki en varios ensayos en El Requexón y también en el primer amistoso del verano, ante el Rayo Majadahonda en Navia (2-0). Ese movimiento no hizo más que darle más argumentos a Riki de que su marcha era lo correcto. Ziganda, no obstante, comentó internamente que optaba por Suárez precisamente por la decisión de Riki de marcharse.

La realidad es que el centrocampista no quería bajo ningún concepto vivir media temporada como la pasada. El ovetense hizo entonces la pretemporada de 2020 con el Cuco, fue titular en varios amistosos e incluso marcó un gol ante la Ponferradina. En competición, sin embargo, únicamente jugó 91 minutos repartidos en 5 partidos de Liga. Muy poco para un jugador que quiere crecer.

En el club decidieron aceptar la salida de Riki al Burgos porque ese fue el deseo inamovible del jugador. La entidad quería mantener al futbolista y no fortalecer a un rival de la categoría. El Oviedo le dio el sí por el empeño del futbolista. El ovetense lo tuvo claro desde el principio y además su primera intención fue irse libre y no cedido.

Rubén Reyes, que confía en las capacidades del jugador, ni siquiera contempló esa posibilidad. De ahí que todo se haya arreglado con la citada cesión. Riki, que empezó en el Oviedo en infantiles, se va del club por cuarta vez en su carrera. Siendo juvenil se fue al Astur y al Tineo, cedido por el Oviedo.

Luego se desvinculó del club azul y fichó por el Marino antes de recalar en el Langreo, reclutado precisamente por Michu. En 2018 el Oviedo volvió a ficharle. Tras el préstamo en el Racing ahora se va al Burgos. El Oviedo vuelve a decirle adiós con la intención de que regrese la temporada que viene. El medio Montiel, del Rayo, está cerca de fichar por el Oviedo y si nada se tuerce ocupará la plaza que deja Riki.

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