Su carta de presentación se ubica en la banda derecha, como teórico extremo, pero la práctica se encarga de ubicarle por distintas partes del campo. Rozada le empleó como latera en alguna ocasión y cumplió con nota. A Ziganda le gustaba que se orientara hacia dentro y dejara libre la banda para la locomotora de Juanjo Nieto. Ha hecho de media punta y segundo nueve, siempre cumpliendo. Es raro el tramo de la temporada en la que baje su nota media. Ahora, Marco Sangalli vuelve a presentarse como recurso en la libreta de Ziganda, que le situó como interior del 4-3-3 en pretemporada y que se le hizo estrenarse en Almería como segunda punta. “La clave es ayudar donde sea: en el centro o en la banda”, reflexiona con naturalidad cuando se le pregunta por su capacidad para jugar en varias posiciones.

Al protagonista, la posición no parece una cosa que le preocupe en exceso. No parece tener problemas para adaptarse a las circunstancias. “Soy un extremo que habitualmente tira diagonales y con Nieto, la temporada pasada, ya ocupó posiciones más interiores en el campo. Con el cambio de sistema de este año, es verdad que es algo nuevo para mí pero no tan alejado de lo que hacía antes”, indica el donostiarra.

Resumir las virtudes de Sangalli en pocas ideas no es tarea sencilla. El extremo es un futbolista completo, un 7 en varias áreas. Es profundo cuando la ocasión lo requiere, aúna talento para combinar con precisión para centrar desde la banda. Y asegura, dato importante, un puñado de goles cada temporada: lleva 10 en dos temporadas en el Oviedo. Para Ziganda, un pilar en todos los aspectos. “Marco (Sangalli) tiene un trabajo increíble. Lo sitúe ahí porque queríamos un futbolista que ayudara a Obeng en la presión”, explicó el Cuco tras la derrota en Almería. La frase descubre que la labor defensiva de Sangalli es otro de los puntos a favor de su inclusión en el once titular indiscutible de cada campaña.

Ahora, en su tercera campaña con la camiseta azul, como uno de los veteranos en el vestuario, defiende el comienzo atropellado del equipo en la competición: “Hablar de un inicio flojo es relativo: llevamos solo 2 partidos y fuimos mejores que el Lugo y en Almería jugamos ante uno de los rivales más complejos. Pocos equipos sacarán algo positivo de allí. Competimos hasta el final, peleamos por sacar un punto”, defiende.

Y amplía su análisis del momento del equipo: “Venimos de dos años de inicios deficientes y en estos primeros partidos es importante no desengancharse de arriba y sacar puntos para no repetir situaciones vividas con anterioridad, disfrutar de un año tranquilo y pelear por otro tipo de cosas”.

Sangalli muestra su ambición, comedida, sobre el objetivo real de este Oviedo: “Se han hecho fichajes de la categoría, buenos jugadores. A ver si podemos hacer un año bonito. La ilusión de todos, desde el jardinero al presidente, es estar lo más alto posible. A todos nos gustaría. Pero marcar el objetivo es un tema del club, no los jugadores”.