De él, dicen los que le vieron en acción, destacaban dos cosas. Una, el desplazamiento en largo. Materia troncal para un centrocampista. Otra, su habilidad para usar los codos y proteger la pelota. De primero de jugador canchero. Horacio Norberto, “el Cholo”, Palmieri fue uno de los fichajes más estrambótico del Oviedo en los años 70 (1979), fruto de la factoría de fichajes Yagüe, presidente por entonces. Llegó precedido de cierta fama en Argentina, sobre todo en San Lorenzo de Almagro, y se fue de Oviedo con solo 5 partidos jugados, uno en Liga, y un gol en su cuenta, el que le marcó al SD Ibiza. No es el mismo club al que el sábado se enfrentará el Oviedo (UD Ibiza), pero sí el único representante de la isla con el que han jugado los azules.
Para entender la llegada de Palmieri al Oviedo hay que remontarse al 28 de agosto de 1979, cuando el Oviedo se enfrentó al Racing de Santander en plena pretemporada en el torneo “Ciudad de Oviedo”. “Lo mejor y lo único bueno del partido de ayer fueron los pases en largo del argentino Horacio Norberto, que se ganó, en los 45 minutos que estuvo en el campo, a todos los aficionados”, resaltaba la crónica de LA NUEVA ESPAÑA. Junto al argentino, estaban a prueba en el Oviedo Krisnic, Urruchurtu, Keita y Kozic. Una práctica común en la etapa de Yagüe.
“En aquel amistoso corrió todo lo que no corrió después”, señala José Carlos, que estaba en aquella plantilla. El caso es que aquella actuación le valió para quedarse en el equipo. Se había ganado una oportunidad a través de un intermediario que se lo ofreció a Yagüe. Palmieri había empezado en Boca (6 partidos en dos años) para pasar después por Atlanta, All Boys, Unión y, ahora sí, triunfar en San Lorenzo. “Vengo con la intención de jugar al fútbol y ganar plata”, dijo tras el amistoso ante el Racing. Hubo más de lo segundo que de lo primero.
Porque Palmieri, 27 años de aquellas, no parecía en las mejores condiciones físicas. “Creo que tenía tocada la rodilla”, señala José Carlos. “Se le veía que no estaba bien”, añade Vicente González Villamil, también de aquella plantilla. “No la rascó”, resume otro excompañero, Vili.
El argentino, clásico 5 argentino, centrocampista de contención, jugó un partido de Liga y 4 de Copa. Su momento de mayor gloria llegó ante el Ibiza. Pero la suya es una una historia poco lucida hasta para eso, para celebrar el gol. Hay dudas sobre su autoría. La jugada en cuestión sucedió a los 17 minutos. Palmieri recibió el rechace de la defensa en un córner y disparó a la red. Lo que no quedó claro es si entró directo o fue Herbera el que tocó finalmente. Aunque en la mayoría de registros aparece el argentino como autor del tanto.
Aquella eliminatoria contra el Ibiza se había resuelto en el Tartiere, con ese 4-0 en el que Palmieri abrió la lata. Pero el primer capítulo se había jugado una semana antes, en el Municipal de Ibiza. “Recuerdo que calló una tromba de agua impresionante y que el campo estaba impracticable”, indica Vicente. “Allí no se podía jugar”, remarca José Carlos. El Oviedo amarró un 0-0 valioso.
El choque de vuelta quedaría marcado los días previos por la tragedia: la muerte inesperada de Parajón. El choque en el Tartiere fue el primer homenaje de sus compañeros. Y la única ocasión en la que un argentino que prometía, de nombre Palmieri, pondría su nombre a un gol azul.
