El listón no estaba muy alto, especialmente en el caso de David Costas, que no había disputado ni un solo minuto el año pasado con el Celta, pero sí sorprende que la adaptación haya sido tan exprés. Al caso de Costas, inédito en la 2020/21, se une el de Luismi, 164 minutos el curso pasado, para confirmar que, al igual que sucediera el año pasado con Nahuel, recuperado para la causa tras unos años grises, Oviedo va camino de convertirse en una plaza donde recuperar las mejores sensaciones.
Ni Costas ni Luismi han necesitado de proceso de adaptación para demostrar que son de los futbolistas más dominantes en Segunda. El central, atento al corte, expeditivo y siempre concentrado, ya es el líder de una zaga que reclamaba nuevos bríos. El gallego, 26 años, es el líder silencioso del Oviedo y ha disputado hasta la fecha todos los minutos sobre el terreno de juego: 540. Hay un dato que habla de su nivel en el cuerpo a cuerpo: aún no ha visto ni una sola amarilla.
Con Luismi, 29 años, el proceso sí ha tenido otros tiempos. Su integración ha sido progresiva. No entró hasta la tercera jornada, en la que participó en un cuarto de hora. En Huesca, cuarta fecha, ya fue titular y jugó hasta el 68. En la quinta y sexta jornada también salió de inicio para dejar su saldo personal en 232 minutos, superando en este mes y medio de competición los 164 minutos de toda la temporada pasada en el Elche.
Está por ver si los esfuerzos seguidos en este inicio de Liga no le cuestan un parón en su puesta a punto. Luismi fue sustituido en Ibiza en la segunda mitad por molestias musculares y el desarrollo del trabajo esta semana en El Requexón dirá si está en condiciones de jugar el domingo ante el Girona en el Tartiere.
Rubén Reyes ha optado en el mercado por futbolistas con margen de crecimiento y con una condición indispensable: necesitan demostrar sobre el terreno de juego. Los de Costas y Luismi, que vienen de malas experiencias, son buenos ejemplos. También el de Pombo es un fichaje con similares condiciones, después de desaparecer de los planes de Cervera en el Cádiz en la segunda mitad del pasado curso y en el inicio del actual, en el que se quedó incluso sin dorsal.
El caso del delantero aragonés, en cuanto a talento y momento futbolístico, guarda algunos paralelismos con el de Nahuel Leiva, que aterrizó en Oviedo la pasada temporada con un claro déficit de confianza en sus posibilidades tras su etapa poco exitosa en Tenerife. Ahora, en el club azul, se espera que Ziganda vuelva a hacer de resucitador con el talento de Pombo.
Y está el caso de Borja Bastón, que sí contó con minutos en su último destino, Leganés, pero que no tuvo un idilio especialmente intenso con el gol. El madrileño se quedó en la 2020/21 en 5 dianas en 2.128 minutos. Ahora, con dos aciertos en 5 partidos jugados, tres titular, parece fácil mejorar su registro en Butarque.
