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La hora de Brugman: el uruguayo apunta a la titularidad ante el Girona

El medio es el segundo jugador azul con mejor porcentaje de pases en el campo del rival

Brugman da un pase en El Requexón. | Real Oviedo Nacho AZPARREN

Mientras Luismi sigue entre algodones, aún renqueante de la sobrecarga que se produjo en la segunda parte del choque de Ibiza, Gastón Brugman acelera. Porque, vistos los condicionantes, esta es su semana. Busca el uruguayo su primera titularidad con el Oviedo desde su desembarco de Italia en el último minuto del mercado de invierno y Ziganda podría darle los galones. A las precauciones con Luismi, que viene de un año con muy poco protagonismo, se une la sensación de que Brugman ha caído de pie en Oviedo. Solo suma 66 minutos con los azules, pero es tiempo suficiente para ver que la asignatura de adaptación a la Segunda española está superada con nota.

El gol de Ibiza coronó la actuación más convincente del charrúa en este inicio de competición. La sensación es que siempre que ha salido lo ha hecho con el ritmo adecuado, y que siempre ha echado una mano. Algunos datos estadísticos lo confirman. Por ejemplo, en sus 66 minutos sobre el césped, Brugman ha acertado con el 78,9% de los pases, un índice aceptable que le sitúa en el sexto lugar entre los futbolistas azules, por detrás de Borja Sánchez (84,1%), Dani Calvo (83,8), Sangalli (82,6), Jimmy (81,3) y Joni Montiel (81,2).

Pero sus números esconden una curiosidad, la efectividad de Brugman crece cuanto más se acerca al arco rival. Si se analizan sus envíos en el centro del campo de los rivales, el uruguayo acierta en un 81,8% de los intentos. Solo hay un futbolista del Oviedo con un índice superior, Borja Sánchez: 82,1%.

Brugman Real Oviedo

Y los números siguen destacando si se dan más pasos adelante. En cuanto a los pases en el último tercio del campo, Brugman tiene un respetable índice de envíos buenos, del 77,8%. Es el tercero más destacado en el Oviedo en este apartado. Le superan Joni Montiel, líder en este sector tan decisivo del campo, con 83,3% de envíos acertados, y Borja Sánchez, 82,1.

La clave en lo que queda de semana es comprobar si Luismi sigue al margen del grupo o se ha esperado a las últimas semanas para que empiece a trabajar con el foco puesto en el Girona, rival del domingo. Ziganda ha repetido en varias ocasiones las virtudes de Brugman, con el que se le ve encantado. Pero en su intento de acceso al once, el uruguayo se ha encontrado con dos problemas. El primero, el nivel de los pivotes titulares. Jimmy ha entrado en el campeonato en el mejor momento de su carrera y aporta equilibrio y velocidad en el pase. Luismi ha sido indiscutible desde que dio los primeros síntomas de haber recuperado la chispa perdida tras un año aciago en Elche.

El segundo obstáculo ha sido el sistema. La llegada de Brugman coincidió con un cambio táctico dado por Ziganda. El 4-3-3 con el que empezó el Oviedo el campeonato dio paso al 4-4-2, un dibujo que, a priori, no parece el más idóneo para ubicar a Brugman, centrocampista con buen pie y con capacidad para incorporarse al ataque. Jugar con tres en el medio sí parecía ideal para sus condiciones.

Ahora a Ziganda le toca decidir de cara al choque ante el Girona, en una apuesta que, en todo caso, se parecerá bastante a la de las últimas semanas, en las que el equipo ha despegado en la tabla para merodear la zona de play-off. Ya son cuatro semanas sin perder, con 8 puntos sumados de los 12 últimos en juego.

El 4-4-2 parece innegociable, con Obeng y Bastón como referencias en punta. A la duda de Luismi se suma la ausencia segura de Marco Sangalli, que sigue recuperándose de su rotura de fibras mientras el equipo se apoya en Viti en la derecha.

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