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El análisis del empate entre Oviedo y Girona: sin puntería primero, sin empuje después

Tras no acertar en la primera parte, a los azules les faltó algo de ambición tras el descanso

Obeng entra al campo, con el fondo Norte animando. | Irma Collín

El punto permite mantener la racha sin perder (cinco semanas) y ahonda en la idea de que este Oviedo compite contra todos los rivales. Y, además, abe adaptarse a cualquier tipo de partido: ayer tocó hacerse fuerte atrás y buscar los espacios. Pero el premio, con un simple vistazo al resumen y la clasificación sabe a poco.

Porque el objetivo del Oviedo este año es el de dar un paso más respecto a anteriores ediciones. Y ese paso adelante necesita de victorias como la de ayer. El Tartiere, con una victoria en cuatro encuentros, ya ha dejado escapar muchos puntos en este inicio de campeonato.

A la búsqueda de las razones de por qué el Oviedo no se fue con los tres puntos (que le hubieran dejado otra semana en play-off) hay dos aspectos significativos. A la primera parte le faltó acierto. Obeng, en dos ocasiones, y Dani Calvo gozaron de opciones de las que dan victorias. Con menos que eso se han ganado partidos. A la segunda, sin tanta acción, le faltó empuje del equipo. O ambición. Porque dio la impresión, quizás también mérito del Girona, que los azules estaban demasiado cómodos con el empate, que no les incomodara. Quedará la duda de qué hubiera pasado si el equipo hubiera dado un par de paso adelante ante un rival que concedía en el inicio de la jugada.

El estreno de Pombo

Al oviedismo le quedaba por escrutar una de las operaciones de Rubén Reyes en el mercado estival: la de Jorge Pombo, cedido por el Cádiz y llamado a aportar soluciones originales al ataque de los azules. Ayer se vio un primer resumen de sus características: contacto continuo con el balón y la necesidad de encontrar gente con la que asociarse. Ayer no era el escenario más propicio para sus características, como reconoció el propio Ziganda. A pesar de ello, lo intento, mostrando su tendencia natural a orientarse al centro y buscar que pasen cosas en la zona más caliente del campo. Solo fueron detalles, unas pistas de lo que se podrá ver más adelante. A Pombo le tocó, sobre todo, trabajar ante el Girona y empezar a cogerle el tono al equipo. Vendrán tardes más sencillas para mostrar su talento.

Cornud-Borja, sociedad en peligro

El 4-4-2 de Ziganda tiene una clara tendencia hacia la banda izquierda, allí donde se asienta Borja Sánchez, el jugador de más talento de este equipo. El canterano parece haber casado muy bien con Pierre Cornud, lateral de corte ofensivo y que habla el mismo idioma: balón al pie para desarmar a las defensas rivales. La sociedad que forman los dos promete darle muchas alegrías al Oviedo esta temporada. Se vio especialmente en la primera parte, cuando Obeng y Calvo recibieron en el área sendos regalos desde la banda zurda. Los delanteros pueden ser los grandes beneficiados.

La sociedad queda ahora en suspenso a la espera de saber el estado de la lesión de Cornud, que fue sustituido en la segunda parte. Con el derbi a la vuelta de la esquina, emerge Mossa en el lateral izquierdo. Un nombre que cuadra con el derbi.

Tres brazaletes de la cantera

Jimmy comenzó el partido ante el Girona con el brazalete de capitán. En la segunda parte, Ziganda ordenó su cambio para meter a Mier. Y la capitanía pasó a Borja Sánchez, otro de la casa. Cuando al media punta se le acabó la gasolina, entró Pombo al césped. Y con él, otro tránsito de brazalete: esta vez para Lucas Ahijado. Tres chicos de El Requexón ejercieron ayer como capitanes del Oviedo, lo que deja claro que la apuesta por los de la casa sigue vigente: para poder llevar el brazalete hay que estar sobre el terreno de juego.

El sincero análisis de Míchel

Los entrenadores suelen vestirse con una coraza en las salas de prensa que les invita a referirse a los partidos de una manera sincera. A Míchel, técnico del Girona, se le ofrcía la oportunidad de alabar el fútbol-control de los suyos, aunque no creyera en ello, para explicar un punto que, para un favorito, sabe a poco. Pero optó por la lectura más crítica con el juego de los suyos.

El Girona tuvo el control del balón durante todo el partido, pero nunca se vio con el control del partido. El matiz es importante. Se quejó el entrenador de los catalanes de que su equipo había tenido la posesión pero de una forma engañosa y, añadió, le había faltado ganar duelos.

Desde esa perspectiva, al Oviedo se le pueden poner pocos peros: siempre es sincero con su propuesta. Incluso en los momentos menos brillantes.

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