Las consecuencias del derbi quedan en el aire. En realidad, el duelo ante el Sporting, el más esperado del año, fue como un paréntesis en la larga trayectoria del Oviedo por la empinada Segunda División. Una semana con un ambiente diferente, de exacerbamiento del oviedismo en las horas previas, de cánticos y apoyo. De colorido. Concluye el capítulo más especial con un empate, otro en la larga lista de igualadas en la etapa de Ziganda. Cerrado el paréntesis, el Oviedo sigue mirando a la competición con los mismos ojos: el equipo hace muchas cosas bien, sobre todo en el aspecto defensivo, pero aún le falta ese paso adelante que dan los equipos candidatos a todo.
El empate ante el Sporting (1-1) evitó lo que podía ser un punto de inflexión en la temporada, aunque refrendó la imagen de equipo competitivo y guerrero que ha repetido durante todo el curso. Es complicado meterle mano pero le cuesta un mundo ganar los partidos. La cita más esperada también supuso otra igualada, la cuarta consecutiva, que corta a los azules su intento por meter la cabeza otra vez entre los seis primeros de la tabla, la zona de mayor confort para cubrir la semana. La X ante los rojiblancos es, además, la sexta del equipo azul esta temporada. Nadie iguala tanto como este Oviedo.
En realidad, el empate es el camino más transitado por el equipo azul desde que Ziganda se convirtiera en su entrenador. El Cuco ha dirigido al conjunto carbayón en 65 partidos desde febrero de 2019, algunas semanas antes de la crisis del covid, y 28 han acabado en empate. Es decir, el 43,1% de los choques finalizaron en tablas.
Los mejores números del navarro llegaron en su primer intento, en los últimos 14 partidos de la temporada 2019/20. El Oviedo ganó 7 encuentros, igualó 3 (el 21,4%) y perdió 4. Sumó 24 puntos de 42 en juego, el 50%. Números para pelear un ascenso y que le sacaron de los problemas.
Peores fueron los registros de la 2020/21, en la que el Oviedo acabó en mitad de la tabla tras sufrir algunos problemas en el inicio. Los azules ganaron 11 choques y perdieron 12. El número más llamativo fue el de los 19 empates, la cifra más alta de la categoría (uno más que el Fuenlabrada): el 45,2% de los partidos acabaron en tablas. El exceso de igualdad lastró al equipo en su intento por estar arriba: solo sumaron el 41,3% de los puntos en liza. Entre los seis primeros, el Girona empató 11 partidos y el resto (Espanyol, Mallorca, Leganés, Almería y Rayo) 10.
Este año, la cifra va en aumento. Ya van 6 igualadas en 9 choques, o sea el 66,7% del total. Aunque el equipo marcha con buen paso por el campeonato, instalado ahora en el octavo puesto a 2 puntos del play-off: suma el 44,4% de los puntos que se han disputado.
La intención en el vestuario es convertir esa suma de empates en triunfos cuanto antes, empezando por el duelo ante la Real B del domingo. En el club no duele tanto la cifra como las condiciones en las que se dieron los empates. Porque se considera que, en la mayoría de ellos, el equipo estuvo más cerca de ganar que el contrario.
Ante el Lugo (2-2), por ejemplo, en la fecha inaugural, el equipo desperdició un 2-0 en el tramo final tras completar unos muy buenos 60 minutos. Contra el Tenerife (0-0), el único que tiró a puerta fue el equipo de Ziganda. En el 1-1 de Ibiza, los azules apretaron al final y Mier gozó de una ocasión inmejorable en el añadido. Ante el Girona (0-0), Obeng y Calvo malograron balones francos en el primer acto para adelantar a los azules. En los dos últimos empates, 0-0 en Zaragoza y 1-1 frente al Sporting, sí fueron duelos de alternativas que pudieron caer hacia cualquier lado, aunque el empate en el derbi a 7 minutos del final deja la sensación de que se evaporaron 3 puntos.
