No se gana mucho (2), tampoco se pierde (1). Sobre todo, se empata (7). Y el asunto cada día preocupa más a los responsables del club azul. Las tablas del Oviedo en San Sebastián ante la Real Sociedad B (1-1), las quintas consecutivas, han instaurado a la entidad azul en estado de nerviosismo. No se discute –todavía– a Ziganda. Pero la sensación en el club es que el equipo atraviesa por un momento dudoso de identidad, que hay signos claros de estancamiento y que esta semana será clave para saber hacia dónde transita la nave. Se necesita un golpe encima de la mesa para cambiar la racha. De lo contrario, la primera gran crisis de la temporada será inevitable. Eso se masculla en la trastienda del Oviedo. No hay tiempo que perder.
El Oviedo juega el jueves ante el Burgos de Saúl Berjón en el Tartiere y el domingo ante la Ponferradina en El Toralín. Dos encuentros claves para alzar el vuelo y olvidar los fantasmas. Que los hay. Ya en frío, los análisis internos que se hacen en la cúpula del club fluyen por dos frentes. El primero de ellos es el plan del equipo. El Oviedo, con una plantilla a priori mejorada respecto al curso anterior y confeccionada para ser protagonista, no da el paso adelante esperado.
“Todavía no sabemos bien a qué jugamos”, dice un miembro de la entidad. Resultados a un lado, el plan de veraniego está en el cajón hasta nueva orden. Aquel plan se basaba en un 4-3-3 y la idea de primar la posesión. Un simple dato rebate aquella puesta en escena: el Oviedo solo ha ganado la posesión una vez en lo que va de Liga. Fue precisamente el domingo ante el equipo de Xabi Alonso: tuvo el 53% del tiempo el balón en su poder.
El segundo factor que analiza el club es la gestión de los recursos que hace el Cuco Ziganda. La confección de la plantilla fue ampliamente respaldada en el Oviedo. “Es muy buena”, repitió varias veces Rubén Reyes tras el mercado de fichajes. “Coincido con él. Hubiese firmado esta plantilla en julio: mi valoración es positiva”, avaló Ziganda.
La realidad tras diez partidos disputados es que hay fichajes que apenas cuentan. Ni salen de inicio, ni prácticamente participan. Matheus no salió ni a calentar ante la Real Sociedad B. La anómala situación extraña cada día más en el club. En la entidad sorprendió el once utilizado ante la Real Sociedad B, con Viti de segundo punta y Bastón en el banquillo (tenía unas molestias).
Con la mirada en el Burgos
El vestuario del Oviedo, mientras tanto, apuesta por centrarse en darle la vuelta a la situación ante el Burgos. Dos pesos pesados tomaron la palabra tras el empate en tierras vascas. El primero fue Borja Bastón, goleador. “No nos vamos contentos. Veníamos a por los tres puntos y es una pena (no ganar). Nos falta esa pizca de suerte o hacer un poco más para llevarnos los partidos”, dijo el ariete, autor del gol azul y recuperado de sus molestias. Borja Sánchez, su asistente en el tanto, valoró la actualidad del equipo antes del entrenamiento de ayer. “Una vez más nos vuelve a pasar lo mismo y las sensaciones no son buenas. Es verdad que no perdimos, pero llevamos tiempo buscando esa victoria que nos merecemos por ocasiones. No ha podido ser”, dijo el ovetense, que le mandó un mensaje cariñoso a Saúl Berjón antes de verse con él el jueves. “Es un jugador muy importante. Aprendí aquí mucho de él y espero que el jueves esté tranquilito. Le saludaré y le daré un abrazo”.
Cornud y Luismi vuelven con el grupo
La buena noticia de la mañana de ayer en El Requexón fue ver a Luismi y a Pierre Cornud trabajar junto al resto de sus compañeros. Los dos se han perdido los últimos partidos por problemas físicos. El preparador físico azul, Berto Martínez, dirigió la primera parte de la sesión, mientras Ziganda dialogaba con Bingen Arostegi, su mano derecha. Montiel y Matheus, dos de los jugadores que menos están participando, estuvieron de confidencias durante todo el calentamiento. Ambos comentaban detalles del partido. Del Vetusta estuvieron Marco Suárez, Matovu, Lucas Laso, Merayo y Joselu. El equipo volverá hoy al trabajo en El Requexón.
