Análisis

El bisturí del Oviedo: la crisis del equipo ya es oficial

El conjunto azul cae ante el Burgos, suma 5 puntos de 18 y Ziganda pasa por su peor momento

Borja Bastón celebra el gol del Oviedo ante el Burgos. | Miki López

Borja Bastón celebra el gol del Oviedo ante el Burgos. | Miki López

Xuan Fernández

Xuan Fernández

El sopapo, nocturno y en jornada intersemanal, fue de los gordos y puede marcar un antes y un después en la temporada. El Oviedo cayó ayer derrotado ante el Burgos (1-3) y por tanto la crisis del equipo azul ya es oficial. Van cinco empates seguidos y una derrota. 5 puntos de 18. Y una brecha que asusta en el Tartiere, una victoria, cuatro empates, una derrota y la asistencia cayendo en picado. El ambiente, dentro y fuera, es de preocupación total tras la primera bronca del Tartiere, que despidió al equipo con una buena pitada. El Cuco Ziganda pasa ahora su peor momento como entrenador del Oviedo, aunque no parece que se vayan a tomar decisiones en caliente con la Ponferradina esperando a la vuelta de la esquina. La plantilla, muy tocada, intentará ahora calmarse, resetear y buscar explicaciones. El equipo parece perdido, tácticamente anulado y solo en manos de los fogonazos de Borja Sánchez, que no puede con todos. Tampoco la suerte acompaña al Oviedo: ayer hubo dos palos (tres contando otro de Bastón, aunque el árbitro pitó fuera de juego) y varias aproximaciones peligrosas que pudieron acabar en gol. No fue la noche azul. Sí la del Burgos, con un Calero más defensivo que Hierro y Anquela juntos pero que fue capaz de armar su guion y sacar petróleo.

Camiseta de estreno

Para lo más puristas, una aberración. Para los modernos, una buena idea. El fútbol de ahora. El Oviedo formó ayer con una camiseta de rayas rosas en vez de con la azul tradicional. “¿Pero, qué es esto?”, preguntaba algún despistado en los pasillos del Tartiere. Ver el partido se hacía raro. El motivo, positivo, era solidario: se trataba de visibilizar las acciones de la Asociación española contra el cáncer en Asturias. La camiseta, que “enamoró a Arturo Elías”, se subastará para ayudar económicamente a dicha entidad. La zamarra pasa ahora a ser la segunda del equipo y la conocida como “sacavera” será la tercera. Entre nuevas y viejas camisetas, rosas y azules, el club sigue buscando algo básico que todavía falta en la primera, en la segunda y en la tercera: un patrocinador principal.

Saúl Berjón, ayer. | Miki López

Saúl Berjón, ayer. | Miki López

La noche de Berjón: asistencia y "saludo" al Cuco

¿Cuántas veces habrá visto el Tartiere esa jugada? Saúl Berjón, recibe en la izquierda, encara, se para, aguanta, la suelta... El antiguo capitán azul, que se fue de aquella manera con un comunicado vía Whatsapp, regresó ayer al Tartiere con el Burgos. Pese a que su inicio fue titubeante, con tres pérdidas, después se convirtió en una pesadilla para Lucas una vez que le pilló el ritmo al partido. El Tartiere le recibió sin chispa, pero le despidió con una gran ovación. Y, mientras se retiraba, pasó algo extraño. Berjón se cruzó con Ziganda y al pasar le enseñó el escudo del Burgos. Suya fue la asistencia en el segundo gol del Burgos, la tercera en lo que va de temporada en su partido más especial, ante el equipo de su vida y del que no pierde detalle pese a la distancia: hace bien poco estuvo en la capital acompañado por empleados del club y disfrutó del ambiente festivo de la ciudad.

Una mini revolución

Quien se esperase una gran revolución ayer en el Tartiere falló de lo lindo. El Cuco versión madrileña, aquel que cambiaba a casi todos menos al portero en Leganés y en Alcorcón, pasó ya a mejor vida. Ayer fueron cuatro cambios: Cornud, Montiel, Jirka y Bastón. Se cayeron Mossa, Viti, Sangalli y Obeng. Se mantuvo Jimmy y no entró Javi Mier, la opción ensayada durante toda la semana. Mier recibió un golpe en el último entrenamiento de la semana y no estaba en condiciones para jugar ante el Burgos. Hay preocupación en el club con una posible lesión.

La jugada cómica de la noche

La jugada fue el colmo del sinsentido. Descuento de la primera parte. 0-1 en el Tartiere a favor del Burgos y el respetable cada vez más caliente. Los pitos aumentan y cada pase atrás del Oviedo, tónica habitual, cabrea más a la hinchada. Hasta que el balón acabó en el área del Burgos como quien no quiere la cosa. En las botas de Borja Sánchez, por la izquierda. El ovetense –el único que inventa– dejó sentado a un rival con un regate y se la dejó en bandeja a Jimmy, que demostró saber pisar el área. El mediocentro tiró con la zurda, el balón iba para dentro, se celebraba el empate cuando... Jirka evitó el gol de su compañero. El balón golpeó en el extremo, debajo de la portería no sé sabe por qué y además en fuera de juego. Ver para creer. El colmo. El eslovaco arregló su jugada: le hicieron el penalti que propició el empate.

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