Salvado el “matchball” en Ponferrada, el Oviedo se encamina a otro choque con olor a final. Primero porque el equipo aún debe escalar para situarse en el lugar que, se entiende dentro del club, le corresponde por plantilla y segundo, y más importante, por el poder que tiene el Tartiere a la hora de dictar sentencia. El equipo avanza al ritmo adecuado a domicilio, pero el mayor lastre de los azules, como ya sucediera el curso pasado, se sitúa en su estadio. El Carlos Tartiere, domingo a las 16.00 horas, será testigo el domingo ante el Málaga de si la recuperación de los azules es un hecho o si, por el contrario, regresan los problemas para Ziganda.
Los números del Oviedo como local impiden, de momento, cualquier intento de asalto a la zona de play-off. Nadie duda a estas alturas de que la asignatura pendiente está en el Tartiere. Los de Ziganda han jugado seis choques ante su gente y solo en uno han salido victoriosos. Fue ante el Cartagena (2-0), en un ejercicio de practicidad que se supone a un candidato. Bastón marcó en la primera parte tras un penalti forzado por Obeng y un gol en propia meta puso tierra de por medio en el segundo acto.
El resto, cuatro empates y una dolorosa derrota. Las igualadas se produjeron ante el Lugo (2-2), Tenerife (0-0), Girona (0-0) y Sporting (1-1), en algunas citas, especialmente en la inicial ante el conjunto gallego, con la sensación amarga de haber dejado escapar una buena oportunidad de quedarse con los tres puntos. La derrota (1-3) frente al Burgos fue la estocada que parecía definitiva para Ziganda, pero la reacción en Ponferrada le ha dado una vida extra. Deberá aprovecharla el domingo ante el Málaga.
Los números son claros: solo hay cinco equipos en Segunda con peor bagaje en casa que los seis puntos del Oviedo. El Alcorcón ha sumado cuatro puntos; Zaragoza y Leganés, cinco; y Amorebieta y Real Sociedad B, seis. Y solo se encuentra un conjunto, el Zaragoza, que sume menos triunfos ante su gente: los maños aún no han ganado. Curioso contraste con su rendimiento a domicilio, porque el Oviedo es ahora mismo el quinto mejor visitante de la Liga.
