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Yayo, el primero de la “generación Ipad”: así es el canterano de 17 años del Oviedo

El medio forma parte de la quinta que en 2014 ganó el campeonato de España benjamín y recibió una tablet de regalo de Arturo Elías | Su estreno con el primer equipo del Oviedo en Andratx fue seguido por su padre y su tío en directo: “Es un orgullo para la familia”

Yayo, en un entrenamiento con elprimer equipo. | Luisma Murias

Aquella generación reclutada por el Real Oviedo, la nacida en 2004, no tenía rival en las pistas de fútbol sala. Tanto que en la final del Campeonato de España benjamín, junio de 2014, derrotó en Badajoz al Pozo Murcia por 13-1. Tal fue la algarabía en el club, que Arturo Elías, el jefe, celebró el triunfo desde su cuenta de Twitter anunciando, de paso, una “prima” especial. “Mil felicidades, benjamines del Real Oviedo: campeones de España. Además de un gran orgullo, el club les dará un Ipad a cada uno”, publicó el yerno de Slim. Siete años después de aquel triunfo, Pelayo González Rey, que formaba parte de aquel conjunto, ha sido el primero en debutar con el primer equipo del Real Oviedo: lo hizo en los primeros 45 minutos del duelo copero en Andratx. Yayo, su nombre futbolero, se convirtió a sus 17 años y 124 días en el más precoz entre los integrantes de la “generación Ipad”.

Diego, hermano de Yayo, con la camiseta del debut en la Copa.

Diego, hermano de Yayo, con la camiseta del debut en la Copa. Irma Collín

Lo de Yayo no es un apodo casero, viene del mundo del fútbol. “Había otro Pelayo González en el equipo y el entrenador, Javi Cordero, nos preguntó si no nos importaba que le llamara Yayo”, cuenta Javier González, padre del debutante, aún emocionado por el estreno.

Javier presenció en debut en la grada de Sa Plana junto a su cuñado, también Javier. Fue un vuelo improvisado desde Bilbao. “Un día que no olvidaremos. Agridulce por el resultado, pero un orgullo indescriptible”, señala. Lo es para sus padres, Javier, taxista, y Marlén, que trabaja en un despacho de abogados, ambos hijos de ganaderos de Tineo. También para el hermano de Yayo, Diego (21 años), que compatibiliza los estudios con su labor como entrenador de un alevín del San Claudio, localidad donde reside la familia.

Javier ha vivido la evolución de un chaval que tuvo como paso decisivo el salto a campo. Porque en aquella “generación Ipad” no era pieza fundamental. “Samu; Charbel, Osky, Borja y Mario Fuente”, recita Javier de memoria el quinteto de gala que fue campeón de España. Yayo, que había llegado tras unos meses despuntando en el Vallobín (antes se inició en el Nazaret), trataba de hacerse hueco.

Yayo, campeón de la Oviedo Cup en 2016 y mejor jugador del torneo.

Yayo, campeón de la Oviedo Cup en 2016 y mejor jugador del torneo. J. G.

Fue con Álex Díaz, ahora en la secretaría técnica del club, cuando encontró su sitio, ya en alevines. Díaz captó el potencial que Cordero había empezado a exprimir para moldear un centrocampista. “Es un 6. Si tengo que buscarle un símil en el fútbol actual me quedó con Busquets”, apunta Javier Benavides, que fue coordinador de la cantera del Oviedo la pasada temporada. El ídolo del oviedista casa con esa idea: Bruno Soriano, centrocampista del Villarreal.

"Es un 6; Si tengo que buscarle un símil en el fútbol actual me quedó con Busquets"

Javier Benavides - Exdirector de la cantera del Real Oviedo

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Su paso al fútbol de campo le convirtió en indiscutible. Y en cada escalón superado iba acompañado de un complemento imprescindible: el brazalete. “Yayo es un tío de vestuario, con un comportamiento espectacular. Respetado por los compañeros por su seriedad y su trabajo. Es líder sin que necesite hablar todos los días”, le define Benavides. En la familia recuerdan la carta que Yayo le escribió al periodista José Ramón de la Morena cuando era alevín para intentar que invitara al Oviedo al tradicional torneo de Brunete, reservado para las canteras de los equipos de Primera. De la Morena contestó a la misiva prometiendo estudiar la propuesta y regalándole un libro dedicado.

Lo que quizás nadie vio venir fue su crecimiento exponencial de los últimos meses. Del Liga Nacional a clave en la permanencia del División de Honor. De ahí, a básico en un Vetusta líder. Y el premio añadido: estrenarse en el fútbol profesional. “Por encima de todo entiende el juego. Y es competitivo: puede ir ganando su equipo 10-0 que no pierde la seriedad ni un segundo”, dice Benavides.

Esa madurez en el campo también la aplica fuera. Por eso, dicen sus más cercanos, ayer no estaba exultante por el imberbe estreno. Aunque hubiera llegado acompañado de una excelente asistencia de gol. La eliminación copera pesaba.

Yayo, el cuarto por la izquierda de la fila del medio, tras proclamarse campeón de España benjamín en 2014. LNE

De Yayo ya se han alabado sus condiciones futbolísticas. De Pelayo, el adolescente que estudia segundo de bachiller en el IES Doña Jimena (los entrenamientos matinales del Vetusta le han obligado a elegir la educación a distancia) y que piensa hacer magisterio, los halagos van en la misma línea: un chico maduro, responsable y, requisito necesario para que todo encaje: bien organizado. “Es un muy buen estudiante, y sabe cuadrar muy bien su tiempo: tiene para el fútbol, para estudiar y para cuidar sus amistades”, indica su padre. Cuando tiene un hueco libre en su apretada agenda, coge el patinete eléctrico y queda con sus amigos.

Yayo, con contrato hasta 2023 y que, ¡novedad llamativa!, aún no tiene representante, encabeza la quinta que quiere liderar el Oviedo futuro. Es el primero de la “generación Ipad”.

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