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Un sopapo que trae cola: el análisis del Oviedo

La goleada encajada por el Oviedo en Tenerife, con el talento en el banquillo, sorprende al club, que acelera la búsqueda de un central

Dani Calvo intenta despejar un balón, el viernes pasado durante el duelo ante el Tenerife. | Carsten W. Lauritsen

Ziganda no lo pudo definir mejor. “Ha sido una desagradable sorpresa”. Es verdad: nadie en el club y nadie en la plantilla se esperaban el semejante bofetón de Tenerife. El 4-0 cayó como una losa en el Oviedo, de descanso hasta mañana y en estado de reflexión, como siempre sucede tras una dura derrota.

La primera vez que el Oviedo del Cuco está fuera el partido. Ni siquiera ante el Burgos (1-3 en el Tartiere con burla de Berjón incluida), el Oviedo se había mostrado tan inferior. No fue solo una cuestión de fútbol: el Oviedo tuvo el balón la mitad del tiempo. Esta vez la sensación fue de total impotencia. Entre el Tenerife y el Oviedo, que tienen un límite salarial parejo, había un mundo. “Parecíamos de otra categoría”, admite un jugador de la plantilla. La del viernes se trató de la mayor goleada en la etapa de Ziganda. Solo una vez el Oviedo del Cuco había encajado 4 goles: la campaña pasada ante el Rayo, con la salvación matemática ya conseguida. En Tenerife se rompió algo para el Oviedo. Ya que la coraza azul, esa que hacía que el equipo nunca perdiese la cara al partido, tan cacareada en los momentos malos, saltó por los aires en quince minutos.

El talento, en el banquillo, y Brugman, insustituible. Sorprendió ver a Borja Sánchez en el banquillo. Un riesgo demasiado grande teniendo en cuenta la magnitud del rival. Sin el ovetense, el Oviedo no encuentra quien amase el balón. Más aún si falta Brugman, que durante la semana se perdió al menos un entrenamiento en El Requexón. Jimmy, que abusa de los pases horizontales, y Luismi, que no es un creador, no pudieron llevar el peso ofensivo del equipo y se limitaron a achicar agua. Así, difícil. El único que agitó al Oviedo fue Pombo, que llegó con la vitola de fichaje de quilates para elevar la calidad y solo ha sido titular una vez.

La necesidad de un central. Tras la salida de Arribas, el Oviedo tiene tres centrales en su plantilla. Dos de ellos, Costas y Calvo, son, según el club, “uno de los mejores servicios de Rubén Reyes en el pasado mercado”. El problema es que ahora no tienen competencia real. Christian, del que el Cuco valora su actitud, únicamente está para un caso de necesidad. No es una alternativa. Asunto central para Ziganda, ya que si uno de los dos centrales titulares atraviesa un mal momento de forma pueden venir los problemas. Sucedió el domingo con Calvo, alejado de su nivel habitual, que erró en dos goles. Reyes acelera para fichar a un central, la pieza necesaria.

¿Qué pasa con Montiel? El atacante madrileño salió por Bastón en los últimos minutos del partido. No le dio tiempo a aportar nada. Su situación llama la atención: vino como diferencial y solo juega minutos intrascendentes. Reyes no se quiere deshacer de él, Ziganda tampoco y el interesado, mientras, espera.

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