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El Carlos Tartiere volvió a rugir: el gol que metió la grada

El estadio superó los 15.000 espectadores y vivió un gran ambiente en el triunfo azul

En imágenes: el partido del Real Oviedo ante el Mirandés Juan Plaza

A este paso, la “haka” con la que el Oviedo celebra los triunfos al final de los encuentros en casa va camino de convertirse en rutina. Porque la racha del equipo, también en casa, es asombrosa. Pero era repetición no le resta un ápice de emotividad. Muchos esperan en su asiento a que los futbolistas cumplan con el rito frente al Fondo Norte antes de enfilar el camino hacia casa.

Fue esa escena de comunión entre plantilla y seguidores la guinda a una tarde especial para el oviedismo. Porque su equipo ganó, que es lo importante a estas alturas. Pero porque además el ambiente dentro del estadio fue el de las grandes ocasiones.

Se dieron cita en el municipal ovetense 15.108 espectadores en las gradas. Lejos de la marca del derbi, pero caliente para convertir el estadio en una caldera desde el primer minuto. La “haka” fue el colofón, pero la fiesta se había iniciado mucho antes.

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