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David Costas Defensa del Real Oviedo

“Contra el Mirandés corrimos 6 kilómetros más que ellos; el Oviedo va como un tiro”

“Ojalá ascendamos y juegue aquí en Primera; lo firmaría aunque luego subas y el entrenador no te ponga, porque sería una experiencia que no se me olvidaría en la vida”

David Costas, jugador del Oviedo, con el escudo del Capitán América MIKI LOPEZ

La suya es la excepción que confirma la regla. Porque, a veces, segundas partes sí son buenas. David Costas (Chapela, Pontevedra, 1995) jugó cuatro meses y medio en el Real Oviedo en 2017. Se salió. Y le quedó un recuerdo imborrable. Por eso, tras rescindir con el Celta este verano en una relación, contractual y afectiva, de idas y venidas, lo tuvo claro: regresar. Jugar en el sitio donde fue feliz. Y ahora, 9 meses después, ha demostrado que puede incluso con su recuerdo. Es el líder de la defensa azul, la línea más sólida. Él, defensa indestructible, posa para LA NUEVA ESPAÑA con el escudo del Capitán América. Porque lo suyo tiene que ver con proteger al equipo, con amortiguar los golpes. Y cumple con su misión con la eficacia del mismísimo Steve Rogers.

–Menuda racha llevan.

–El equipo está en un gran momento, todo nos sale bien. Ha coincidido un gran momento de todos, de los que juegan y de los que no. Ojalá sigamos así.

–Contra el Mirandés estuvieron muy serios.

–Sabíamos que ellos generaban muchas llegadas y teníamos que dar el primer golpe. El míster nos repitió durante la semana que debíamos salir convencidos. Y la verdad es que últimamente estamos saliendo muy metidos, y esos primeros minutos son claves.

–¿Qué hizo el domingo, el día después del triunfo?

–Vi el Alcorcón-Girona y luego un poco del Ponfe-Cartagena… Está la cosa apretada. La verdad es que esperaba que alguno pinchara, un empate de la Ponfe, el Tenerife en Lugo, o yo qué sé... Luego ves los resultados y dices ‘joe, qué pena’. Pues a pensar en el siguiente.

–Decía el otro día Ziganda que no sabía si los jugadores hablaban de play-off. Que él no.

–A ver… No estamos obcecados con el tema, lo que pasa que es normal que de vez en cuando comentes algo, como pasa en todos los equipos. Pero es que la competición está muy cara. Recuerdo que al principio de la temporada decíamos “con 65 puntos te metes en el play-off”… Y mira ahora. No vale de nada hacer cuentas, mejor pensar solo en el Málaga.

David Costas, ayer, con el escudo del Capitán América. | Miki López

–¿Cómo explica el cambio de este Oviedo?

–No lo sabría explicar en una sola razón, pero sí te digo que el equipo está como un tiro, también físicamente. El míster nos dijo el otro día que contra el Mirandés habíamos corrido 6 kilómetros más que el rival. Eso es bastante, ¿eh? Ves estadísticas y en pases, posesión, tiros… más o menos está igualado. Pero corrimos mucho más que ellos. Y se ve en todos. El que sale desde el banquillo va volando. En estas épocas el problema es que alguno desconecta y eso se nota. Pero aquí no pasa.

–¿Percibe la ilusión de la gente con el equipo?

–Sí que lo notas, sí. Ayer (por el lunes) salí a pasear y me paró mucha gente. Me decían, “este año, sí”. Les notas con ganas de celebrar. Sería la leche. A la afición le hace ilusión, pues imagínate a nosotros… Subir a un equipo como el Oviedo a Primera tiene que ser increíble. Tengo un ascenso con el Celta B, pero es un filial, nunca viví una sensación así.

–¿Le paran mucho por la calle?

–Sí, Oviedo es diferente (risas). Mucha gente te dice muchas cosas. Vivo cerca de la ruta de los vinos y tengo que meter el coche por allí y después de los partidos, cuando ganamos, montan un cristo… (risas).

"En mi primera etapa estuve aquí cuatro meses y medio e hice muchos amigos, algo que no me ha sucedido en otros lugares. Estuve encantado, mi novia también. Los dos lo tuvimos claro: queríamos volver"

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–¿Por qué eligió Oviedo?

–Tuve opciones de irme a Estados Unidos, a Boston y Sacramento, también a Arabia Saudí. Y algunas ofertas de Segunda. Pero me había pasado un año sin jugar y no me lo pensé. Conocía Oviedo, el club y la ciudad, estuve encantado en mi primera experiencia. Hablé con Rubén (Reyes), luego cuando ya se hizo me llamó el míster. Pero no me hacía falta porque lo tenía claro. En Oviedo sabía que me iba a sentir futbolista otra vez.

–La gente siempre le tuvo en gran estima aquí.

–Cada verano que sonaba para volver, la gente se volcaba, y eso me llegaba. En mi primera etapa estuve aquí cuatro meses y medio e hice muchos amigos, algo que no me ha sucedido en otros lugares. Estuve encantado, mi novia también. Los dos lo tuvimos claro: queríamos volver.

David Costas, el día de su presentación en 2016 Julián Rus

–¿Ha vuelto a hablar con Hierro?

–Sí, sí. Cuando fiché en verano me escribió para felicitarme. Me dijo que estaba muy contento de que volviera al Oviedo.

–Ziganda. ¿Qué parte de culpa tiene en la situación del equipo?

–El míster es el capitán del barco. Que no parezca que es por hacerle la pelota, ¿eh? (risas). Es que yo creo que de verdad es clave. Mi experiencia me dice que los equipos que tienen un buen entrenador tienen mucho ganado. Es verdad que nos costó al principio coger el ritmo, pero había mucha gente nueva. Ziganda tuvo paciencia, mantuvo un bloque y estuvo insistiendo todos los días. No quiero compararme con equipos grandes pero en el Liverpool se nota que está Klopp, España con Luis Enrique… Y Ziganda es muy importante en el Oviedo.

–¿Se esperaba este rendimiento o tenía dudas?

–En Vigo me apartaron ya en diciembre. Había recibido una oferta de Estados Unidos y digamos que me invitaron a salir. Yo no lo vi claro. Dije que no me iba y me apartaron. En ese momento supe que se acababa la temporada para mí. Pero tenía 26 años, no podía dejarme ir, y empecé ya entonces a prepararme para este año.

"El míster es el capitán del barco. Que no parezca que es por hacerle la pelota, ¿eh? (risas). Es que yo creo que de verdad es clave. Mi experiencia me dice que los equipos que tienen un buen entrenador tienen mucho ganado"

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–¿Y qué hizo?

–Fue duro, al principio no me dejaban entrenar. Me mandaban correr una hora, sin cambios de ritmo ni nada. Hablamos con la AFE y cambió radicalmente. A partir de entonces todo fueron facilidades. Que si quería material, que si entrenamientos mañana y tarde… Hice un trabajo específico, intentando igualar las cargas de los que jugaban. Si el central titular hacía 500 metros a alta intensidad y 7 kilómetros a media-baja, yo intentaba igualarlo en los entrenamientos. Me fui de vacaciones y tenía la necesidad de seguir entrenando.

–Le vino hasta bien.

–En pretemporada estuve una semana con el Celta y volaba. Me notaba mejor que cuando acabé la temporada. Y aquí, ya en Oviedo, igual. Me noté fuerte.

–¿Siempre fue defensa?

–Mi primera posición fue central, pero en la cantera también jugué de pivote y lateral. ¡Ojalá me hubieran probado de delantero! Siempre quieres ser el que meta goles. Aunque ahora ya no nos la vamos a jugar (risas).

David Costas, jugador del Oviedo MIKI LOPEZ

–Debutó en Primera con 18 años. ¿Cómo lo llevó?

–A nivel mental no era consciente de lo que estaba viviendo. A veces lo pienso: si me pusieran ahora con esta cabeza en aquella situación, cómo cambiaría la cosa. El reconocimiento de la gente me chocó, pero no era consciente de que estaba jugando partidos de Primera. Y cuando me di cuenta ya no tenía continuidad, dejé de jugar y salí cedido varias veces.

–¿Le afectó?

–Fue muy difícil de gestionar. Que venga un entrenador y que sepas que no vas a contar no es sencillo. Mucha gente no es capaz de asimilar esa situación. Llegó un momento que saturé y supe que tenía que salir y jugar: Mallorca, Oviedo, Almería, Barça B…

–Le salió bien en Oviedo, y también en Barcelona. Debutó con el primer equipo.

–Sí, jugué un partido en la Copa. Y ese año la ganamos, así que no sé si se puede decir que gané una Copa del Rey (risas). El otro día en Twitter me apareció un mensaje de los “últimos jugadores del Celta que han ganado un título”. ¡Y salía yo!

–¿Rascó prima por aquel título?

–No, eso no.

–¿Cómo fue aquella experiencia con el Barça?

–Estaba haciéndolo bien con el filial y a veces entrenaba con el primer equipo. Se lesionó Umtiti y Valverde me dijo que a partir de entonces entraba en dinámica con ellos. Me entrenaba todos los días con Iniesta, Messi, Piqué… Entraba en las convocatorias (Valencia, Bilbao, Villarreal…). Fue una experiencia increíble. Es otro mundo.

–Messi.

–Es otro nivel, nunca vi nada igual. Iago Aspas, que es amigo mío, lo ves que destaca, que la toma de decisiones la hace un segundo antes que el resto, que define de maravilla… Pero Messi es otra cosa. ¡No se equivocaba nunca! Ni en los reducidos. Y hacía todo súper rápido. Hacía lo más complicado muy fácil.

–¿Y de trato?

–Volví al año siguiente con el Celta al Camp Nou. Fui titular. Y en el túnel de vestuarios se acercó y me dio un abrazo. No pude tener la camiseta porque tenía unas diez peticiones de otros jugadores, que ya habían incluso hablado con Rafinha para pedírsela.

"En Segunda sueles firmar dos años porque piensas que si te sale bien luego puedes negociar por algo más alto, pero yo quería años. Busco estabilidad"

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–Al final, el camino le trajo de vuelta. ¿Ve al Oviedo muy cambiado?

–Yo al Oviedo siempre lo he visto muy profesional. Es el primer equipo en el que tengo un nutricionista todas las semanas a mi disposición. También un podólogo, las instalaciones son cómodas…

–¿Busca la estabilidad?

–Eso es. En Segunda sueles firmar dos años porque piensas que si te sale bien luego puedes negociar por algo más alto, pero yo quería años. Eso me recuerda a Iago (Aspas) que siempre que negociabas una renovación te decía “cuantos más años, mejor. Eso ya es tuyo”. Y tiene razón. Si estás cómodo en un sitio y eres feliz, cuantos más años mejor.

–En verano llegarán las ofertas…

–No sé si tendré o no, pero estoy feliz aquí. Yo me veo aquí, tengo dos años más de contrato. En mi cabeza no está irme a ningún lado. Ojalá ascendamos y juegue aquí en Primera. Aunque luego subas y el entrenador no te ponga, lo firmaría, porque sería una experiencia que no se me olvidaría en la vida.

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